Giro electoral

Sánchez recupera ante el 8-M la bandera de la igualdad que el PSOE cedió a Podemos

Los morados muestran sus diferencias con el PSOE y les acusan de seguir negando una negociación para reformar la ley del 'solo sí es sí'

Pedro Sánchez, durante su participación en un acto sobre feminismo con motivo del Día Internacional de la Mujer

Pedro Sánchez, durante su participación en un acto sobre feminismo con motivo del Día Internacional de la Mujer / Borja Sánchez-Trillo/EFE

Juan Ruiz Sierra
Miguel Ángel Rodríguez
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El anuncio por parte de Pedro Sánchez de que el Ejecutivo aprobará una ley para que la paridad sea obligatoria en empresas, gobiernos, listas electorales, colegios profesionales y jurados supone la puesta en práctica de un proceso que los socialistas llevaban meses gestando. El manual de instrucciones de cualquier coalición indica que los socios deben distanciarse conforme se acercan las elecciones, pero en el movimiento del presidente, explican en su partido, ha tenido aún más que ver el choque con Unidas Podemos por la reforma de la ley del 'solo sí es sí' a las puertas del 8-M.

El próximo martes, casi a la misma hora en la que el Congreso debatirá la propuesta socialista para subir las penas y evitar que más agresores sexuales se vean beneficiados en sus condenas, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, dará cuenta desde la Moncloa de la futura norma. No está nada claro que la ley para asegurar la paridad pueda aprobarse antes de que termine la legislatura, dentro de algo más de siete meses, pero la iniciativa, que tiene algo de improvisación, pretende tener efectos políticos inmediatos, reconocen fuentes socialistas. 

Elevarse por encima de la división con Unidas Podemos por el ‘solo sí es sí’, que el PSOE asume ya como imposible de superar y ahora solo busca que la reforma de la norma culmine lo antes posible. Mostrar el pedigrí feminista del partido justo cuando el cambio en la controvertida ley, en plena tormenta por el 'caso Mediador' y las fiestas con prostitutas de un diputado socialista rápidamente expulsado, va a salir adelante con los votos del PP y Vox, solo 24 horas antes del Día Internacional de la Mujer. Y por último, explican en la dirección del PSOE, mostrar de nuevo a los socios de Unidas Podemos, que el martes votarán en contra de la subida de penas a los agresores sexuales, quién manda en la coalición. 

"Visiones distintas"

La paridad es una materia que entra de lleno en las competencias del Ministerio de Igualdad, dirigido por Irene Montero, según el reparto pactado por los socios para lograr la investidura de Sánchez, a comienzos de 2020. Lo lógico, según el guion marcado a lo largo de esta agitada legislatura, habría sido que la ministra morada hubiera participado, incluso protagonizado, un anuncio de tanto calado como el llevado a cabo por Sánchez el sábado. Pero la iniciativa no fue consensuada con Podemos, que permaneció ajeno al anuncio y reaccionó tomando distancia, criticando que solo fuese dirigida a una élite (la que forma parte de las cúpulas de partidos y empresas) y no al conjunto de las mujeres.

Fuentes del equipo de Montero aseguran que estaban al tanto del anuncio que iba a realizar el jefe del Ejecutivo y que se les informó previamente de este movimiento. Buena prueba de ello es que minutos antes de que Sánchez diera a conocer la noticia, la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ya lanzaba reproches velados a la norma: "Feminismo no es que Ana Patricia Botín y Marta Ortega dirijan una gran empresa, es topar las hipotecas de tipo variable". Las mismas fuentes recalcan que hay "visiones distintas" a la hora de enfocar la paridad y aseguran desconocer quién ha redactado el proyecto de ley en el que no han contado con Igualdad.

Sin esperanzas

Con este gesto, Sánchez toma impulso ante el 8-M y las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, pero también contribuye a enrarecer aún más la relación con sus socios morados ante la votación el martes de la reforma del 'solo sí es sí'. El acuerdo aquí ya se da por inviable, tras meses de infructuosas negociaciones. Una ministra socialista señala que lo que se intentó en un principio fue ir aquí de la mano y que Igualdad "capitalizara" la corrección de la norma, pero que llegó un momento en el que la falta de avances provocó que el socio mayoritario en el Ejecutivo decidiera no esperar más.

En el ala morada del Gobierno no comparten esta visión. Todos los dirigentes de Podemos llevan semanas criticando que el PSOE se haya levantado de la mesa de negociaciones y no cesan en sus llamamientos a buscar un acuerdo que evite la división en la votación del martes. Sin embargo, "ninguna novedad" es la respuesta que dan en el entorno de Montero sobre si se han reactivado los contactos con los socialistas. Las mismas voces aseguran que "el acuerdo no está tan lejos", pero que resulta imposible entenderse en base a una propuesta "calcada" a la que hizo el PP.

"Puedes decir muchas veces que eres un partido muy feminista, pero si el martes vas a votar la reforma de la ley de libertad sexual con el PP y con Vox a lo mejor le estás dando gato por liebre a la gente", les ha acusado Belarra este domingo a los socialistas, convencida de que la defensa de la norma, tal cual está redactada en la actualidad, les reforzará ante su electorado. No está tan segura la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que desde que estalló la polémica ha hecho de la ambigüedad su bandera, sin posicionarse claramente salvo para pedir un acuerdo. No obstante, aseguró que en la votación será disciplinada y se posicionará junto al resto de Unidas Podemos, en el 'no', escenificando la ruptura. En cualquier caso, la coalición resistirá a pesar de este enfrentamiento. "Compartimos muchas cosas más de las que nos separan", dijo Sánchez el pasado viernes.

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