Sesión de control

Los 'comuns' aprietan al PSC para que pacte los presupuestos de Aragonès

Illa reclama al 'president' y a su Govern "un cambio de actitud"

Pere Aragonès

Pere Aragonès / FERRAN NADEU

Xabi Barrena

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Extraña sesión de control donde el grueso de los ataques, los formulados por los actores centrales que participan en la gobernabilidad catalana, se dirigieron más contra Salvador Illa y el PSC que contra Pere Aragonès y su Govern. Unos por los presupuestos y los otros por la batalla entre el Gobierno y el Tribunal Constitucional a cuenta de la reforma del Código Penal. Ni Junts ni el propio Illa formularon pregunta concreta alguna y sí una suerte soliloquio parlamentario, valga la paradoja. La sesión de control más plácida en tiempos, sobre todo para un 'president' que cuenta con el apoyo de tan solo 33 diputados.

Pere Aragonès y Jéssica Albiach mostraron plena complicidad, apenas una semana después de que suscribieran el acuerdo por el que los 'comuns' apoyan los presupuestos del Govern. Como si leyeran un guion a medias, ambos subrayaron la importancia de aprobar, cuanto antes, las cuentas. La líder parlamentaria de En Comú Podem, además, afirmó que pactar unos presupuestos "nada tiene que ver con dar apoyo o no a un Govern en minoría", como si el grupo socialista precisara de esa puntualización. Albiach cerró su intervención con una "cada fuerza deberá decidir en qué lado se sitúa". Apretar sin querer hacer daño, pues, tanto la 'común' como el jefe del Executiu.

Albert Batet (Junts), por su parte, dedicó toda su intervención en apuntar que el mismo partido socialista que considera, ahora, la intromisión del Tribunal Constitucional como "un ataque a la democracia", se arrimaba, hace pocos años al mismo órgano para "frenar plenos en el Parlament, como el de la investidura de Carles Puigdemont, del 30 de enero del 2018", bajo la explicación que era para proteger el estado de derecho".

E Illa, que como Batet, esquivó el asunto de los presupuestos, en plenas negociaciones, ambos, con el Govern. En su intervención se limitó, a modo de resumen del año, a recordar el menguante apoyo en escaños del Govern y en reclamar "un cambio de actitud" a Pere Aragonès y a su Govern.

Espíritu navideño, por tanto, que se vio sazonado, además, por breves referencias a la no colocación de un belén en la Cámara catalana.