Congreso de los Diputados

El PSOE pacta con ERC rebajar a 4 años la pena máxima por malversación sin lucro personal

Socialistas y republicanos discrepan sobre la posible aplicación del cambio normativo a los dirigentes del ‘procés’

La modificación legal vuelve a plasmar las difíciles relaciones en el Gobierno de coalición, con Podemos desmarcándose de la propuesta 

rufián bolaños

rufián bolaños / Marta Fernández Jara / Europa Press

Madrid

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El PSOE negó durante días, de forma insistente, que estuviese preparando una reforma de la malversación para rebajar las penas asociadas a este delito, algo de lo que se podrán beneficiar los encausados por el ‘procés’. Miembros del Gobierno también desmentían que hubiera interlocución sobre este asunto con ERC. Los republicanos, en cambio, señalaban en privado que todo estaba ya diseñado. Las conversaciones, según su relato, se encaminaban a buen puerto. Como se comprobó este lunes en el Congreso de los Diputados, el partido de Pere Aragonès decía la verdad. 

Socialistas y republicanos alcanzaron un acuerdo sobre la malversación, basado en una transaccional de los primeros a una propuesta de los segundos. Todo indica que el texto, que se votará el martes en la Comisión de Justicia y después el jueves en el pleno de la Cámara baja, saldrá adelante, pese a las dudas de algunos de los grupos de izquierda, empezando por una parte de Unidas Podemos, que no terminan de ver con buenos ojos una rebaja de hasta ocho años de cárcel en este tipo de delitos, que pasarán a estar penados con un máximo de cuatro (ERC proponía tres), en lugar de los doce actuales con el tipo más agravado. 

Aun así, los morados dejaron claro que la apoyarían, encarrilando una proposición de ley que no se queda solo en el cambio en la malversación ni en la derogación del delito de sedición, medidas pensadas en clave de distensión territorial con Catalunya. La norma también incluye iniciativas tan relevantes como castigar penalmente a los juristas del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que bloqueen la designación de magistrados del Tribunal Constitucional y sancionar los incumplimientos de la legislación laboral. 

La satisfacción republicana

Los republicanos, que este lunes también dieron a conocer la ponencia política para su próximo congreso, en la que proponen que sea necesario un apoyo del 55% en un hipotético referéndum sobre la independencia, no ocultaron su gozo por el acuerdo. “ERC reitera su satisfacción por la derogación del delito de sedición y pone en valor que las mejoras conseguidas limitan la capacidad represiva del Estado”, señalaron fuentes del partido, que consideran que el nuevo tipo de malversación no serviría para castigar el referéndum del 1-0. 

“La autoridad o funcionario público que, sin estar comprendido en los artículos anteriores, diere al patrimonio público que administrare una aplicación pública diferente de aquella a la que estuviere destinado, incurrirá en las penas de prisión de uno a cuatro años e inhabilitación especial de empleo o cargo público de dos a seis años, si resultare daño o entorpecimiento graves del servicio al que estuviere consignado, y de inhabilitación de empleo o cargo público de uno a tres años y multa de tres a doce meses, si resultare”, reza el nuevo artículo, que será el 433 del Código Penal. 

Para ERC, no sería aplicable a lo ocurrido en 2017, ya que entonces no hubo “ningún daño ni entorpecimiento grave del servicio”. Fuentes socialistas, en cambio, sí consideran que los dirigentes del ‘procés’ deberán ser castigados conforme al nuevo artículo, debido a que el desvío de millones de euros para el referéndum supuso un “entorpecimiento grave del servicio”, al no ser empleado este dinero a los fines para el que estaba originalmente destinado. En cualquier caso, serán los jueces quienes tendrán la última palabra. 

El pacto no solo volvió a poner de manifiesto el entendimiento entre el PSOE y ERC, tras el acuerdo para que desaparezca la sedición y sea sustituida por un delito de “desórdenes públicos agravados”. También plasmó la dificultad de alcanzar acuerdos dentro del Gobierno de coalición. Los socialistas habían negociado durante los últimos días con Unidas Podemos el nuevo tipo de malversación. Se daba por hecho que los morados también firmarían la propuesta, pero en el último momento decidieron no hacerlo, dejando al mismo tiempo claro que votarían a favor.  

“Es sorprendente. Deciden no firmarlo, pero lo apoyan”, dijo tras la Ejecutiva del PSOE la portavoz del partido, Pilar Alegría. Fuentes de la dirección socialista transmitieron después su frustración por el comportamiento de los socios de coalición. Según su versión, todo se debe a la “división interna” en el seno de los morados, con los comunes defendiendo que había que firmar la transaccional y Podemos rechazándolo. “Llega un momento que no sabes con qué Unidas Podemos estás hablando”, señalaron las mismas fuentes.

La derecha: elecciones o moción

Y mientras tanto, la derecha continuó insistiendo en que la reforma penal exprés prueba la absoluta necesidad de que Pedro Sánchez abandone la Moncloa. Según el PP, que reclama un adelanto electoral, la reforma de la malversación provocará la salida de la cárcel de dirigentes políticos condenados por corrupción, como ocurrió con la ley del ‘solo sí es sí’, que en un efecto inesperado para el Gobierno ha traído consigo la rebaja de penas de los agresores sexuales. “Va a ocurrir con los corruptos como con los violadores”, dijo el vicesecretario de los conservadores, Esteban González Pons. 

La estrategia de Vox es distinta. Pasa por presentar una moción de censura abocada al fracaso, algo que ya hizo en 2020, con el rechazo del PP. “Estamos en el momento más delicado que ha atravesado España en los últimos 40 años y creo que debemos usar todas las herramientas que tenemos. Tenemos un golpe de Estado en frente”, dijo el líder de la fuerza de extrema derecha, Santiago Abascal, que anunció que en los próximos días intensificará los contactos para encontrar un candidato de consenso como posible sustituto de Sánchez. Ciudadanos se encuentra en una posición similar. Y el PSOE, en el fondo, está deseando que la fuerza ultra dé el paso, para ahondar en la división de la derecha.