Por su juicio por corrupción

El Parlament aparta hoy a Laura Borràs con la incógnita de su sucesión

PSC, ERC y CUP despojarán a la presidenta de sus funciones en cumplimiento del reglamento y tras su negativa a apartarse

Laura Borràs llega al Parlament

Laura Borràs llega al Parlament. /

Fidel Masreal
Júlia Regué
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Laura Borràs será despojada este jueves de sus funciones en el Parlament después de que el juez haya dictado la apertura de su juicio oral por presuntamente haber amañado contratos cuando estaba al frente de la Institució de les Lletres Catalanes para beneficiar a un amigo suyo. La líder de Junts se enfrenta a seis años de prisión y 21 años de inhabilitación por los delitos de prevaricación y falsedad documental y, ante su incisiva negativa a apartarse, la Mesa que preside –con los votos de PSC, ERC y CUP- acordará su suspensión inmediata cumpliendo con el artículo 25.4 del reglamento, que decreta el cese temporal de los diputados que estén a un paso de sentarse en el banquillo de los acusados por delitos vinculados a la corrupción.

La presidenta de la Cámara se atrinchera pese a que la oposición en bloque le exige que dé un paso al lado, acogiéndose a la suspensión voluntaria que prevé el 25.2, y evite así ser apartada por el resto de grupos. Incluso dentro de su propio partido, Junts, hay destacados dirigentes y 'consellers' que le han pedido que no someta al Parlament a la complicada tesitura que se vivirá este jueves, según fuentes consultadas por este diario. Y es que en la reunión de la Mesa, prevista para las 12 horas, los cinco votos del PSC, ERC y CUP se impondrán al único voto que podrá registrar la posconvergencia a su favor, el de Aurora Madaula, porque Borràs no podrá pronunciarse en el asunto por un evidente conflicto de intereses. Una vez quede suspendida -sin sueldo, sin derecho a voto y sin opciones de representación- se abre el melón sobre su sucesión.

Varias fuentes apuntan que, tal y como fija el reglamento, la republicana Alba Vergés asumirá las funciones de la presidenta al ostentar la vicepresidencia primera. Esto siempre que Borràs se aferre al cargo, opte por dejar la silla vacía y no renuncie explícitamente a la presidencia, ya que conservará el escaño al menos hasta que tenga una sentencia firme. Aquí es donde puede forzar un pulso con su propio partido, ya que Junts se quedaría sin el poder de orquestar el Parlament. Si, por contra, deja el cargo una vez suspendida, la posconvergencia puede proponer cualquier otro candidato al pleno -en las quinielas figura la diputada y alcaldesa de Vic, Anna Erra, y la secretaria de la Cámara, Aurora Madaula- y ERC se abre a aceptarlo, cumpliendo con el acuerdo de gobierno entre ambas fuerzas. "Los que me quieran muerta me tendrán que matar y ensuciarse las manos. Yo he venido a hacer la independencia, no a suicidarme por la autonomía", avisó Borràs en Twitter. Los fieles escuderos de la presidenta ya han movilizado a sus seguidores para que se concentren a partir de las 11.30 horas a las puertas de la Cámara en su defensa.

Destacados dirigentes y 'consellers' de Junts pidieron a su líder que diera un paso al lado pese a la oposición de Turull

Una situación insólita

Borràs será la primera diputada -y, además, presidenta del Parlament- en ser suspendida con la aplicación del artículo 25.4 del reglamento, aprobado con los votos de la CUP y Junts pel Sí en 2017. La situación es insólita y une a todos los partidos, salvo el suyo. De ahí la convulsión en Junts, con destacados dirigentes e incluso 'consellers' pidiendo a la presidenta que se aparte.

Según fuentes de la formación, el secretario general, Jordi Turull, en cambio, salió en su defensa y compartió la tesis de que no debe dimitir. Lo que no se afinó es qué decisión tomará la posconvergencia sobre su sustitución.

El debate interno en Junts corre en paralelo a la existencia de dos sectores enfrentados, el de los partidarios de Borràs y los que apoyan al secretario general, especialmente después del cónclave. Los 'lauristas' apuestan incluso por salir del Govern si Esquerra vota a favor de suspender a su líder, una posición que reúne escasos apoyos en la dirección, especialmente entre los 'consellers' y los 'turullistas', que se remiten a lo cerrado en el congreso que fija que, una vez quede auditada la coalición, decidirán si discuten o no sobre una salida del Executiu.

Todo esto terminará envenenado el clima interna, teniendo en cuenta que Borràs fue candidata en las últimas elecciones catalanas y que, si tras el juicio es inhabilitada, no podrá repetir en la lista y quedará abierta la carrera para sucederla.

El 25.4 y los delitos por corrupción, las claves de la suspensión

El artículo 25.4 del reglamento del Parlament explicita que cuando un diputado sea acusado por delitos "vinculados a la corrupción", la Mesa del Parlament, "una vez sea firme el auto de apertura del juicio oral y tenga conocimiento del mismo, debe acordar la suspensión de los derechos y deberes parlamentarios de forma inmediata".

Todos los partidos, salvo Junts, consideran que los delitos que se achacan a Borràs -prevaricación y falsedad documental- están relacionados con la corrupción, aunque la presidenta niega que pueda quedar sujeta a estas consideraciones porque insiste en que la suya es una causa política. La corrupción en sí no aparece en el Código Penal, pero el Consejo General del Poder Judicial sí incluye en esta categoría el delito de prevaricación.

En el caso de que se planteen dudas sobre el tipo de delito o sobre el régimen de incompatibilidades aplicable, la Mesa puede solicitar un dictamen a la Comisión del Estatuto de los Diputados que está presidida por uno de los hombres de confianza de Borràs, Jaume Alonso-Cuevillas (Junts).

Sin embargo, PSC, ERC y CUP consideran que no hay dudas sobre la naturaleza de los presuntos delitos, así que solo prevén pedir un informe a los letrados para aclarar quién asume las funciones de Borràs una vez esté suspendida.

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