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Govern de Pere Aragonès: Presupuestos tras una década convulsa

El Ejecutivo independentista logró aprobar las cuentas de 2022 en tiempo y forma, pero no ha conseguido cerrar el pacto industrial

El 'president' Pere Aragonès y el 'conseller' de Economia, Jaume Giró, en el Parlament.

El 'president' Pere Aragonès y el 'conseller' de Economia, Jaume Giró, en el Parlament. / David Zorrakino / Europa Press

Agustí Sala

Agustí Sala

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Lo habitual es que un gobierno disponga anualmente de presupuestos. En Catalunya no ha sido lo común a lo largo de una década. Solo los de 2022, elaborados bajo la presidencia de Pere Aragonès (ERC) y con Jaume Giró (Junts) como máximo responsable de las cuentas públicas, se han puesto en marcha en tiempo y forma: es decir, se aprobaron antes de acabar el ejercicio anterior para que entraran en vigor el 1 de enero.

Todo un hito si se tiene en cuenta que los últimos que se llevaron a cabo de esta forma fueron los de 2010, con los socialistas José Montilla y Antoni Castells, como 'president' y 'conseller' de Economia, respectivamente. Toda la etapa del 'procés' o se han prorrogado cuentas o se han aprobado con el ejercicio ya en marcha.

Tras la desbandada de sedes sociales antes y después del referéndum de 2017, solo quedan dos compañías del Ibex 35 con cuartel general formal en Catalunya: Grifols y Fluidra. En todo caso, Barcelona ha logrado afianzarse como polo de atracción de centros de I+D y excelencia de multinacionales.

El impacto de la guerra en Ucrania se ha dejado notar. El año pasado, la economía catalana creció casi un punto más que la media española (5,8% frente al 5%). Pero en el primer trimestre del actual ejercicio, con un alza intertrimestral del 0,1%, registró una ralentización mayor que la media (0,3%). En todo caso el Govern estima que este año Catalunya crecerá el 4,9%, frente al 4,3% del conjunto de España.

Ante la falta de un pacto por la industria, uno de los compromisos que no se han logrado aún y el fiasco de la gigafactoría de baterías para vehículos eléctricos que finalmente se ubicará en Sagunt (València) o la de la surcoreana LG Chem, el 'conseller' de Empresa, Roger Torrent, se apresuró a presentar el proyecto de una planta de componentes para baterías en Mont-roig del Camp por parte de la surcoreana Iljin, una de las mayores inversiones de los últimos años con 600 millones.

La reindustrialización de los terrenos que ocupaba Nissan, en cuya comisión están todas as administraciones, no ha logrado tampoco cerrarse. La retirada del gigante chino Great Wall desató todas las alarmas y surgen dudas sobre la capacidad de uno de los líderes del proyecto QEV, que pretende ensamblar vehículos eléctricos producidos en China. Silence, por su parte, prevé contratar a un centenar de exempleados del gurpo japonés, que suponen solo el 10% del total de afectados.

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