Pactos en Castilla y León

Casado huye de un Gobierno con Vox mientras Ayuso reabre la batalla interna

casado copungido

casado copungido / José Luis Roca

Pilar Santos
Miguel Ángel Rodríguez
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La victoria pírrica del PP del domingo en Castilla y León ha abierto una nueva etapa con final incierto que obliga a Pablo Casado a tomar decisiones que marcarán la historia de su partido. Según fuentes de su entorno, el presidente de los populares ha dado la orden de empezar las negociaciones para convencer a Vox de que se abstenga en la investidura de Alfonso Fernández Mañueco (PP) sin la necesidad de obtener a cambio la vicepresidencia o alguna consejería en el Gobierno autonómico. Casado ha pedido que se exploren todas las posibilidades en ese diálogo para que los de Santiago Abascal se queden fuera del Ejecutivo y ambas partes repitan los pactos de Andalucía y Madrid, donde Vox planteó algunas exigencias programáticas a cambio de dar estabilidad, pero sin compartir el Gobierno.

Esta complicada operación, rechazada por ahora por Abascal, que reclama participar del poder ejecutivo, el líder del PP la va a tener que librar con otro foco de tensión paralelo, en este caso, interno: Isabel Díaz Ayuso no tardó ni 24 horas en volver a reclamar que se celebre ya el congreso del PP de Madrid. Quiere coger ya las riendas del partido para preparar a la formación cara a las municipales de mayo de 2023.

Ayuso y Feijóo comparten una aptitud que inquieta a Casado: han frenado a la ultraderecha en sus territorios

La tregua que se dieron por Castilla y León se acabó a media mañana del lunes. La presidenta representa varios fantasmas que atormentan a Casado: Ayuso ganó en mayo con un resultado espectacular, tiene un tirón entre la militancia por toda España que no se detecta en los actos en los que participa el jefe de filas y ella sí que frenó a Vox en Madrid (solo creció un diputado, de 12 a 13, respecto a 2019). Igual, por cierto, que Alberto Núñez Feijóo en Galicia, donde en las elecciones de 2020 concentró el voto de derechas y los ultras se quedaron fuera del Parlamento. Este último aspecto, con esa aptitud que comparten Ayuso y Feijóo, es la principal preocupación del líder del PP y contiene derivadas peligrosas para él.

El plan A

Teodoro García Egea, secretario general del PP, fue el encargado de defender en los medios el plan A de Casado y que pasa por que Mañueco (31 escaños) conforme un Gobierno monocolor  tras ser investido con el apoyo de las fuerzas minoritarias [Soria Ya (3), Unión del Pueblo Leonés (3), Por Ávila (1) y Ciudadanos (1)] y la abstención de la fuerza de ultraderecha, que tiene 13 procuradores. “¿Cinco fuerzas políticas no son un poco Frankestein?”, le preguntaron en Onda Cero recordando la expresión que usan los conservadores cuando se refieren al Ejecutivo entre PSOE y Unidas Podemos. García Egea recordó que él ya negoció el apoyo de Vox a la investidura de Juanma Moreno en Andalucía en 2018 y que lo que hay que hacer es "trazar un rumbo desde el principio", “cambiar el chip” y “trabajar con esas nuevas mayorías” en esta configuración parlamentaria "tan fragmentada".  

Mañueco ha anunciado que quiere hablar con “todos” los partidos y empezará de mayor a menor, así que el primero será el PSOE, que cayó de 35 procuradores a 27. El candidato a la reelección no es tan tajante como la dirección a la hora de mostrar su rechazo a incluir a Vox en su Ejecutivo. Su mantra es que “no hay alternativa” y que, descartada la repetición electoral que nadie defiende por ahora, hay que encontrar la manera de dar "estabilidad" a la comunidad.

En el cuartel general de Moreno descartan pedir la abstención al PSOE porque Vox tendría "media campaña hecha"

Andalucía, pendiente

El debate sobre si las abstenciones podrían llegar del PSOE se cerró en tiempo récord en el partido de Pedro Sánchez, aunque tampoco tiene recorrido en el PP, según fuentes del equipo de Moreno. El presidente de la Junta es el próximo en pasar por las urnas (tiene de tope diciembre) y en su equipo creen que cualquier pacto con los socialistas en Castilla y León fortalecería más a los de Abascal. “Tendrían media campaña hecha, avisó a este diario un miembro del equipo de Moreno.

Después de los socialistas, Mañueco se verá con el candidato de Vox, Juan García-Gallardo, que señaló que, antes de hablar de cargos, deberán abordar medidas concretas. No obstante, falta por ver cuáles son, ya que el programa electoral se limita a 10 puntos sin medidas específicas. Este lunes se refirió "la natalidad, el campo y la industria". El político añadió también que exigirán "derogar toda la legislación de izquierdas", pese a que Castilla y León lleva 35 años gobernada por el PP. En concreto, citó dos asuntos: la ley de violencia de género autonómica (aprobada en 2010) y el decreto de memoria histórica (2018).

En Andalucía y Madrid, exigieron a los conservadores el compromiso para derogar las leyes en defensa del colectivo LGTBI o implementar el “veto parental” para que los padres tengan que dar su consentimiento a algunos talleres y charlas de sus hijos en las escuelas.

García-Gallardo confió en que Mañueco no llegue a esa reunión "atado de pies y manos" por Casado y "por el Partido Popular Europeo (PPE)", en referencia a las reticencias que hay en otros países a gobernar con la extrema derecha. Quedan semanas intensas para las dos formaciones. Este martes los populares reúnen al comité ejecutivo nacional, con todos los barones y dirigentes territoriales, para analizar los resultados de Castilla y León y seguirán marcando sus líneas de negociación.