La resaca del 13-F

El PSOE da portazo a la abstención y abre una reflexión sobre el auge de Vox

Ni Ferraz ni las federaciones secundan por ahora las palabras de Puente, partidario de ayudar al PP. El equipo de Sánchez traslada la responsabilidad al PP

El presidente pide a su ejecutiva que analice el éxito de las plataformas locales y cómo combatir el crecimiento de la ultraderecha

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a su vicesecretaria general, Adriana Lastra, este 14 de febrero de 2022 durante la reunión de la ejecutiva federal del partido posterior a las elecciones autonómicas en Castilla y León.

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a su vicesecretaria general, Adriana Lastra, este 14 de febrero de 2022 durante la reunión de la ejecutiva federal del partido posterior a las elecciones autonómicas en Castilla y León. / DAVID CASTRO

Juanma Romero

Juanma Romero

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Nadie. Ningún miembro de la ejecutiva de Pedro Sánchez planteaba este lunes la posibilidad de la abstención para facilitar el Ejecutivo a Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León. Ese debate está, a día de hoy, "cerradísimo" en el PSOE, como remarcan en el núcleo duro. "Descartado", abundan en la Moncloa. De modo que la voz del alcalde de Valladolid, Óscar Puente, mostrándose partidario de ofrecer "una alternativa" al PP, se queda en eso, una simple reflexión "personal", nada más. La discusión que sí quiere suscitar el presidente del Gobierno es otra: el porqué del empuje de las plataformas locales que han penalizado duramente a su candidato el 13-F, Luis Tudanca, y cómo combatir de manera más eficaz a un Vox imparable en las encuestas y en las urnas. Todo ello en pleno arranque del ciclo electoral, con las andaluzas como siguiente meta volante —en principio, desplazadas para el otoño— y con las generales en el horizonte, ya a finales de 2023.

"Sí, yo sería partidario de una abstención. Al PP hay que ofrecerle la oportunidad de que gobierne sin Vox". Las palabras de Puente, secretario provincial del partido en Valladolid y exportavoz de la dirección federal (2017-2021), corrieron hasta Ferraz cuando estaba concluyendo la reunión de la cúpula liderada por Sánchez. Pero nadie dio hilo a la cometa y, en rueda de prensa, el portavoz, Felipe Sicilia, cerró la puerta a esa opción.

"No tenemos ningún problema, faltaría más, en sentarnos a hablar con el PP, pero también tenemos muy claro que no vamos a apoyar a un Gobierno manchado por la corrupción". Dio otra razón: el escenario "no lo ha propiciado el PSOE, sino el PP, llevando a los ciudadanos de Castilla y León a unas elecciones interesadas", en las que buscaban "poder gobernar en solitario aun a riesgo de que la extrema derecha entrara". "Ellos quisieron correr ese riesgo, que sean responsables de lo que decidieron e hicieron", remachó.

“Si el PP mueve ficha, que explique por qué quiere nuestra abstención. Que nos lo digan”, retan en la dirección a los populares

Sicilia estaba apuntando a un argumento que desarrollaban después fuentes de la cúpula: "Si el PP mueve ficha, que explique por qué quiere nuestra abstención. Que nos lo digan. ¿Le van a hacer cordón sanitario a Vox? Pues que lo digan". Es decir, trasvasaban la responsabilidad al PP. Es la línea que, a primera hora, defendía el presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page —habitualmente crítico con los planteamientos de la dirección—, o que expresaban otros barones.

"Poco afortunadas" las palabras de Puente

"El que gana es el que tiene que llevar la iniciativa" y "no cabe que el PSOE se pregunte si va a formar o no gobierno o va a apoyar al PP en Castilla y León", aseguró Page. "El problema es del PP. Lo que tienen que hacer es actuar en consecuencia", señalaba a su vez un presidente autonómico a este diario. Tudanca, no obstante, mantiene el silencio, aunque este martes reúne a su equipo en Valladolid. 

Algunos miembros de la cúpula consideraban "muy poco afortunadas" las palabras de Puente, y no alcanzaban a explicarse por qué él y por qué en este momento. Él fue uno de los dirigentes que siempre apostó por Sánchez y que con más vehemencia defendió el no a la investidura de Mariano Rajoy frente a los notables que abogaron por la abstención. Unos ligaban su razonamiento a la dinámica municipal, otros especulaban con que quisiera suceder a Tudanca al frente del PSOE castellanoleonés con un debate "muy impopular entre las bases".

"Se trata de la estabilidad de los cuatro años. ¿O vamos a abstenernos hoy para que mañana el PP apruebe con Vox todo lo que le pidan?", se pregunta una responsable de la ejecutiva

Facilitar la investidura a Mañueco vía abstención —el PP tiene 31 procuradores, por los 28 del PSOE— no resolvería, en cualquier caso, la legislatura, como advertía una responsable federal: "Se trata de la estabilidad de los cuatro años. ¿O vamos a abstenernos hoy para que mañana el PP apruebe con Vox todo lo que le pidan?".

Otro compañero de la cúpula añadía que el debate no es ya pertinente en la medida en que los populares "han pactado con Vox para quitar gobiernos al PSOE", como ocurrió en Andalucía o Murcia. "¿Ahora se vuelven exquisitos?", se preguntaba este dirigente, quien añadía que se superpone otra razón que atañe al mismo pasado de Sánchez: él dejó su escaño en el Congreso en 2016 para no tener que votar abstención. Abanderó el “no es no”. Por lo tanto, sería un "papelón" para él facilitar un Ejecutivo del PP. Por no hablar de que esa posición tendrían que revalidarla las bases del partido en Castilla y León. Ferraz entiende que le sale más rentable explotar el miedo a Vox, especialmente de cara a las andaluzas de este año y los procesos electorales de 2023, pese a que esa estrategia no se ha demostrado cien por cien eficaz. La diferencia, creen en la cúpula, la marcará la entrada de los ultras en el Ejecutivo (y probablemente será en Castilla y León), porque "no es igual condicionar desde fuera" que desde dentro del Gabinete.

A través de Organización

La reunión de la ejecutiva fue larga, con numerosas intervenciones. Pero el mensaje "más importante" del presidente fue este: pidió a sus compañeros que se abra una reflexión honda sobre la irrupción de los movimientos localistas y su éxito —fueron siete escaños los conquistados por Soria ¡Ya! (3), UPL (3) y Por Ávila (1) y siete los que perdió el PSOE el 13-F— y sobre el combate a Vox. En el partido preocupa que parte de sus votantes migren a las nuevas plataformas, un "cantonalismo" que generaría un problema de "gobernabilidad" en el conjunto de España, igual que se cree pertinente analizar las causas del auge de la ultraderecha, qué raíces son las que alimentan el fenómeno, más allá de la estrategia discursiva.

En el debate en Ferraz se suscitaron "más preguntas que respuestas". Dirigentes advierten del riesgo de un "cantonalismo" que haría "ingobernable" el Congreso

En Ferraz se plantearon "más preguntas que respuestas", según varios integrantes consultados. No hubo, pues, conclusiones. Se sistematizará a partir de ahora a través de la Secretaría de Organización, que dirige Santos Cerdán, y a partir de ahí "se montarán los equipos necesarios", según confirmaban a este periódico fuentes de la cúpula.

En el partido circula la sensación, que expresan varios dirigentes, de que el mismo PSOE ha generado el "caldo de cultivo" que ha permitido crecer a las candidaturas localistas, al defender, por ejemplo, un cierto abandono institucional de Soria —pese a las inversiones del Gobierno—, o contemporizar con las reivindicaciones leonesistas en León. "Los movimientos vecinales son, por definición, progresistas, pero el problema es cuando se hacen partido. Unidad Alavesa, por ejemplo, nos fastidió en Álava, así que toca hacer una reflexión muy seria sobre este asunto, porque nos castiga a nosotros. La derecha, en cambio, es intercambiable. Tienen los mismos votos, aunque cambie su distribución por marcas. Ahora bien, si estas plataformas transigen con un Gobierno con Vox para que a cambio les hagan la rotonda en su provincia, se les verán las contradicciones", valora un responsable, que deplora que no se hayan percibido "los avances del Gobierno" en estos años, también aquellos para combatir el reto demográfico.

Respecto a Vox, habrá que ver en qué se traduce ese viaje a las "raíces" que nutren su espectacular crecimiento, dicen en el PSOE, pero entretanto la estrategia es la de alertar de su peligro en los gobiernos. Este lunes, Sicilia incidió una y otra vez en que la "disyuntiva" es clara. "Solo hay dos opciones de gobierno: o un Gobierno del PSOE o un Gobierno de Vox en el que el PP está entregado", es un "apéndice", un "subalterno", recalcó.

Por el momento, el PSOE seguirá azuzando el miedo a Vox, más aún ahora que se puede visualizar los efectos de su entrada en un gobierno

Lo que no abunda en la cúpula es una lectura autocrítica del 13-F, pese a la pérdida de 117.000 votos (4,79 puntos menos) y siete procuradores. Se subraya que el PP, que cedió 55.000 sufragios, se quedó solo 16.600 papeletas por encima. Los resultados no son "satisfactorios", dijo Sicilia, pero tampoco una "debacle". No han sido un "mazazo", justificaba una dirigente, porque por ejemplo en provincias como Segovia a los socialistas les faltaron apenas 2.275 votos para ser primeros. El problema, coinciden varios consultados, ha sido la gestión de expectativas, calentar la idea de que Tudanca podría ganar de nuevo en 2022, cuando era un objetivo muy improbable. Expectativas que agitó Sánchez al sumar un acto más de campaña en la recta final hacia las urnas.

Ahora, el siguiente paso lo debe dar el secretario regional. Tudanca dejó el domingo en el aire su futuro. Este martes, tras la reunión de sus barones provinciales y de su ejecutiva, habrá más pistas, pero Ferraz prefiere por ahora que aguante. Que resista.

Las bases del PSOE tendrían que validar la abstención

En 2016, el PSOE se abstuvo en la segunda investidura de Mariano Rajoy tras un enorme desgarro interno. Lo decidió el comité federal. Pero tras las primarias de 2017, que ganó Pedro Sánchez frente a Susana Díaz y Patxi López, se cambiaron las reglas internas. Desde entonces, esa decisión debe ser refrendada por las bases.

Así figura en el artículo 50 de los estatutos federales emanados del 40º Congreso (2021), que en ese punto trasladan lo aprobado en 2017: "Será obligatoria la consulta a la militancia, al nivel territorial que corresponda, sobre los acuerdos de gobierno en los que sea parte el PSOE o sobre el sentido del voto en sesiones de investidura que supongan facilitar el Gobierno a otro partido político".

El artículo 348 del reglamento que desarrolla los estatutos reitera esa redacción y añade que si, en los supuestos de referéndum obligatorio, la ejecutiva correspondiente no propusiera su celebración, Ferraz "podrá mandatar la organización de la consulta al ámbito correspondiente, oída, en su caso, a la comisión ejecutiva regional".