Horizonte electoral

España Vaciada no tiene planes para lanzar por el momento candidaturas en Catalunya

El nuevo partido ha plantado las primeras semillas pero considera que es pronto para plantear listas electorales en las provincias catalanas

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ev / Tomás Alonso / Europa Press

Ricardo Mir de Francia

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La llamada revuelta de la España Vaciada tiene el próximo domingo su primera prueba de fuego en las elecciones de Castilla y León, unas autonómicas que servirán al movimiento para medir sus fuerzas en las cinco provincias donde ha presentado candidaturas y comprobar su potencial de cara al horizonte electoral de 2023. El nuevo partido político, que aspira a defender los intereses de las regiones más despobladas y revertir los desequilibrios territoriales, se plantea impulsar candidaturas en las 30 provincias donde están implantadas las 160 plataformas y asociaciones que lo integran. Ninguna provincia catalana está por el momento entre ellas, pero desde la ejecutiva del partido no se descarta que esas listas electorales tomen forma a su debido momento, a medida que maduran las incipientes semillas que ha plantado en la comunidad.

“Todavía no hemos establecido contactos para crear listas en Catalunya. Pero es posible que se vayan produciendo poco a poco”, dice a EL PERIÓDICO Antonio Saz, portavoz de España Vaciada y uno de los miembros que componen su ejecutiva. “Ahora estamos todos muy expectantes de la evolución de las elecciones en Castilla y León. Creo que servirán para que nos reafirmemos y que los ciudadanos vean que somos una opción distinta que pone a las personas por delante de las ideologías. Ahí es donde empezaremos a ver el acercamiento y esa toma de contactos”. Las encuestas vaticinan resultados modestos para las distintas marcas del partido en las autonómicas del domingo, salvo en Burgos y especialmente Soria, donde podría obtener la mayoría de votos. Lo que no impide que puedan acabar teniendo la llave para decidir si será el PSOE o el PP quien forme el próximo gobierno.

Por el momento, ya han conseguido que los grandes partidos hayan hecho suyas muchas de sus reivindicaciones, el camino más corto para tratar de neutralizar al movimiento. “Los territorios tenemos una línea divisoria que nos separa en provincias, pero las problemáticas son muy parecidas. El mismo problema que tenemos en Teruel con la invasión de las eólicas en el medio rural, lo tienen desde hace años en Tarragona”, dice Saz, informático de profesión que comenzó su carrera política en Teruel Existe, el germen de España Vaciada. “Y cuando pedimos que los servicios básicos estén a un máximo de 30 kilómetros de distancia de cada pueblo o que todos tengan 100 MB simétricos de cobertura de internet, esas medidas son igual de válidas para el mundo rural catalán”.

Lobis catalanes contra la despoblación

El salto al ruedo electoral de España Vaciada, que se registró formalmente como partido político a finales de septiembre, coincide con la aparición en Catalunya de grupos de presión con idéntico carácter trasversal y propuestas muy parecidas para frenar la sangría demográfica. Uno de ellos, País Rural, ha tenido contactos directos con el nuevo partido, como adelantó EL PERIÓDICO, aunque no se han traducido por el momento en una adhesión formal a España Vaciada. También ha cooperado con entidades sociales que luchan contra el cuestionado modelo de implantación de las renovables en la provincia deTarragona.

“Hemos planteado una candidatura en Madrid porque es foco de absorción de nuestros territorios. Una vez exploremos nuestras posibilidades allí, indagaremos sobre la repercusión que podríamos tener en Catalunya. De momento, no hay nada en firme”, dice Saz. El portavoz del partido no cree que el independentismo vaya ser necesariamente un obstáculo para la penetración de su partido en la región. “No creo que vaya a ser un muro porque, al final, lo que queremos es mejorar la vida de las personas, independientemente de donde vivan. Buscamos un modelo de país equilibrado y en ese modelo caben todos”.

España Vaciada quiere articularlo mediante un pacto de Estado que afronte a largo plazo los problemas estructurales que propician el despoblamiento. “Para muchos municipios estamos verdaderamente ante las últimas oportunidades. Si no cambian estas dinámicas, en cinco o 10 años se van a quedar vaciados. Estamos ante una emergencia”, advierte Saz al otro lado del teléfono.

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