Apertura del XIV Congreso Regional

Sánchez obvia a Ayuso en Madrid y solo dispara a Casado: la oposición es la que está "en quiebra"

El presidente arremete contra el discurso catastrofista del jefe de los populares, por no reconocer ni el "éxito" de la superación de la pandemia

Reivindica la respuesta socialdemócrata y su gestión. Lobato define la cita de este fin de semana como el congreso del "punto de inflexión"

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al nuevo líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, en la apertura del XIV Congreso Regional, este 13 de noviembre de 2021 en Ifema, en la capital.

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al nuevo líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, en la apertura del XIV Congreso Regional, este 13 de noviembre de 2021 en Ifema, en la capital. / EFE / VÍCTOR LERENA

Juanma Romero

Juanma Romero

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Pedro Sánchez aprendió una lección en la fatídica carrera electoral madrileña del pasado 4 de mayo: al mentar tanto a Isabel Díaz Ayuso y centrar el tiro en ella, la presidenta se rehízo, se victimizó y buscó el cuerpo a cuerpo con él, ninguneando a su rival natural, Ángel Gabilondo, el candidato socialista. La dirigente del PP arrolló a sus oponentes y dejó en los huesos al PSOE, que se vio incluso superado por Más Madrid en 6.593 votos. Aquella lección sigue presente en el imaginario del jefe del Ejecutivo, y por eso este sábado, en la apertura del XIV Congreso Regional del PSOE de Madrid (PSOE-M), evitó confrontar con la presidenta regional. Ni la citó. Solo buscó el choque con Pablo Casado, al que acusó de liderar una oposición durísima y nada constructiva, que ni siquiera reconoce que España ha vencido lo peor de la pandemia, o que la economía está remontando, alentando la imagen de que el país está "en quiebra". Para Sánchez, lo que está así, "en quiebra", es el "sentido de Estado de la oposición".

El presidente dejó ese mensaje en la inauguración del cónclave madrileño, en el Centro de Convenciones Norte del parque ferial de la capital, Ifema. El líder quiso arropar al nuevo secretario general del PSOE-M, Juan Lobato, y que se notara también el aval del Gobierno y de la cúpula de Ferraz. Y es que el nuevo barón socialista, vencedor de las primarias del mes pasado por un 61,23% de los votos de los militantes, arrancaba etapa este sábado respaldado, en el plenario, por hasta cinco ministrosFélix Bolaños, Pilar Llop, José Manuel Albares, Margarita Robles e Isabel Rodríguez—, el jefe del aparato federal del PSOE, Santos Cerdán, y la presidenta del partido, la exministra Cristina Narbona. También ocupaba la fila cero la delegada del Gobierno y quien se convertirá, con seguridad, en la primera secretaria general socialista de Madrid ciudad, Mercedes González, que previsiblemente hará tándem con Lobato (él, como candidato regional, ella, como aspirante al ayuntamiento) en las elecciones de 2023. Ambos cuentan con las bendiciones de Ferraz. No estaba entre los invitados, y era lógico, el propio Gabilondo, a un paso de convertirse en defensor del pueblo.

"Yo no le daría cancha a Ayuso, Pedro. Tú cumples tu parte institucional, pero esta señora no tiene medida", aconsejó a Sánchez el secretario general de UGT Madrid, Luis Miguel López Reillo. El dirigente sindical, uno de los teloneros de este congreso, verbalizaba lo que muchos piensan en el partido: que el presidente no puede bajar más al barro contra ella, porque es lo que ella busca, no dar cuentas de su propia gestión en la Comunidad de Madrid para alimentar su choque con el Ejecutivo, con él mismo. Por eso Sánchez evitó por completo dirigirse a Ayuso durante su largo discurso a los delegados, de una media hora. Se arrancó reivindicándose como un "militante orgulloso del PSOE-M" —esta es su federación, en la que comenzó su carrera política, como concejal en el Ayuntamiento de Madrid— y reconociendo que su partido sufrió una "situación crítica, compleja" en los comicios del 4-M, por lo que ahora "tiene que encontrar su camino". Pero tras unas primarias autonómicas que se convirtieron en un debate "riguroso, sereno, honesto, noble" entre los dos candidatos, Lobato y el alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala, ahora el PSOE-M, cree, sale "mucho más fuerte y unido" en un congreso que el nuevo líder madrileño definió como "de inflexión" tras años y años de penurias. Porque los socialistas no dan con la tecla, no gobiernan la región desde 1995 y la capital, desde 1989.

La federación sufre una situación "crítica" tras el batacazo frente a Ayuso el 4-M. Ahora busca su camino con un liderazgo renovado

Sánchez enlazó con la ronda de agradecimientos, volvió a incidir en que recogió el testigo de los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González, y de los exlíderes Joaquín Almunia y Alfredo Pérez Rubalcaba —reivindicación del legado socialista que fue uno de los ejes de la clausura del 40º Congreso Federal, el mes pasado en València—, igual que ahora lo toma Lobato de sus antecesores y, en particular, de José Manuel Franco, que tuvo que dimitir tras casi cuatro años en el cargo por la debacle de mayo, y de la presidenta de la gestora que ha dirigido el PSOE-M desde entonces, su "amiga" y diputada nacional Isaura Leal, también en primera fila este sábado. "Nunca olvidemos que el instrumento que hace posible la participación política y la expresión de la socialdemocracia es el PSOE", apuntó.

Oposición "útil y responsable"

A partir de ahí, repasó la gestión de su Gobierno, y se centró sobre todos en la pandemia, en ese casi 90% de la población diana vacunada con pauta completa, hito posible gracias a un Estado del bienestar que pusieron en pie los socialistas, recordó, y gracias también al "compromiso" de los profesionales sanitarios y de los ciudadanos. Enseguida, Sánchez hilvanó con el vaticinio que hizo Casado en una entrevista en 'El Mundo' el mes pasado —"España se encamina a la quiebra, estamos abocados al rescate"—, que matizó en el Congreso el pasado miércoles, cuando admitió que hay signos de recuperación, aunque débiles. Ya en la tribuna, el presidente martilleó al jefe del PP con la misma pregunta que reiteró este sábado: "¿España está en recuperación o está en quiebra? Los datos están ahí, en vacunación, en empleo, en crecimiento económico. España va mejor, y yo garantizo que el próximo año España estará aún mejor de lo que estamos hoy", subrayó, también para contrarrestar las menos optimistas previsiones que dan distintos organismos, entre ellos la Comisión Europea, esta misma semana.

"España va mejor, y yo garantizo que el próximo año España estará aún mejor de lo que estamos hoy", subraya el presidente, pese a la revisión a la baja de las previsiones

"Si hay algo en quiebra, como hemos visto durante estos últimos 20 meses de pandemia, es el sentido de Estado de la oposición del PP y de la ultraderecha. Eso es lo que está en quiebra", atizó. Argumentó que hace un año muchos trabajadores seguían en ertes, no había aún vacuna, y ahora hay un nivel de empleo comparable al existente antes de la crisis financiera de 2008. "Por tanto, España va mejor y el próximo año iremos aún mejor", remachó, para anticipar, como hiciera el miércoles en el hemiciclo, que las próximas navidades serán las de la "recuperación".

Sánchez contrapuso el estilo de oposición del PP con el que hace el PSOE allá donde no gobierna, "útil y responsable". Lobato, al igual que Juan Espadas en Andalucía, ha ofrecido al PP pactar los presupuestos regionales. Anteponen "los intereses de los ciudadanos a los partidistas". "Eso no ocurre en España", lamentó, porque la derecha "está tan acostumbrada a crispar y confrontar" que no "celebra" un "éxito colectivo" como la recuperación económica o la superación de la pandemia. Incluso "calla" ante esos tantos, cuando hace un año auguraba la catástrofe, siguió.

El líder socialista, como viene haciendo en todos sus discursos desde el congreso federal, remarcó el valor de la respuesta socialdemócrata a esta crisis: las políticas progresistas son "más equitativas" y justas que las recetas neoliberales, y además se han probado "eficientes". "Sabemos muy bien por qué existimos, cuál es nuestra razón de ser", apuntaló Sánchez, que se dispuso a repasar los hitos cumplidos por su Ejecutivo: la puesta en marcha del ingreso mínimo vital, la revalorización de las pensiones —no entró en el debate, ahora caliente, de la prolongación del periodo de cálculo y la pugna con Podemos—, la ley de vivienda, la subida del salario mínimo, el ensanchamiento de los derechos y libertades (la ley LGTBI, la eutanasia...) o los fondos europeos.

Una fuerza "imprescindible"

Pese a la "rabia", los "insultos y las descalificaciones" de la derecha, que ha "utilizado la pandemia frente al Gobierno", "llegarán esos fondos y cambiarán para bien el futuro de nuestro país", remachó, advirtiendo de que quienes "se van a volver a equivocar" son los populares. "Ellos fallaron, nosotros no", presumió.

El jefe del Ejecutivo insistió en que ahora mismo la "única ideología" en pie en el sistema político mundial es la socialdemocracia, rubricó que su Ejecutivo es "ejemplar" ("a diferencia de ellos, que cuando gobiernan, se corrompen"), en una implícita alusión al PP madrileño, pozo de la 'Gürtel'. Sostuvo que el PSOE hace política de forma "diferente", más dialogante, y que es "el partido ecologista y feminista de España", un subrayado que venía a cuento también en una jornada de reivindicación de "otras políticas": la charla que mantuvieron en València las líderes de Compromís, Mónica Oltra; Unidas Podemos, Yolanda Díaz, y Más Madrid, Mónica García.

El siguiente paso será la elección del nuevo líder de Madrid ciudad, cargo que recaerá, con mucha probabilidad, en la delegada del Gobierno, Mercedes González

"La socialdemocracia no es que esté más viva que nunca, es que es más necesaria que nunca", culminó Sánchez, evocando la reflexión de Rubalcaba de que el PSOE es una fuerza "imprescindible" en el sistema político español.

Pero los socialistas están muy debilitados en una región clave. Lobato presentó la cita de este fin de semana como "el congreso del punto de inflexión". El cónclave para "ganar Madrid". "El reto gigante", para el que quedan apenas 18 meses, "555 días", es el vencer a un fortísimo PP. Esa arenga queda para los discursos, porque la dirigencia madrileña y Ferraz son conscientes de que 2023 será un año imposible, en el que el PSOE aspire a retomar su puesto de segunda fuerza, para a partir de ahí intentar el asalto a la Comunidad y al Ayuntamiento de Madrid en 2027. Ayuso y el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, son vistos como intratables.

El PSOE-M, no obstante, quiere lanzar el mensaje de que "ha tomado nota", en palabras de Lobato. De que quiere "relanzar el proyecto" para Madrid ahora que la federación está pacificada gracias a los oficios de Franco, según le reconocen en el partido. La primera tarea será la de dar vida, de manera inmediata, a una nueva estructura orgánica que dirija al PSOE en la capital. El lunes se pondrá en marcha el proceso de elección del nuevo líder de Madrid ciudad, cargo que asumirá, si no hay sorpresas, la delegada del Gobierno, Mercedes González.

Tres mujeres para puestos claves y pacto con Ayala

La nueva ejecutiva del PSOE-M, que votarán los 700 delegados este domingo (este sábado se habían acreditado 614, el 87,71% del total), contará previsiblemente con unas 40 personas. Juan Lobato tendrá como número dos, como secretaria de Organización, a Marta Bernardo (1966), actual portavoz socialista de Educación, Ciencia y Universidad en la Asamblea de Madrid.

Además, Tatiana Jiménez, concejala en San Sebastián de los Reyes, se convertirá en la nueva portavoz de la ejecutiva. Y María Sainz, veterana médica y presidenta de la agrupación socialista en el distrito de Tetuán, será la secretaria de Igualdad. Sainz se hizo un rostro conocido en las televisiones sobre todo durante la pandemia, por su condición de especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública.

Otra figura clave será el secretario de Estrategia y Acción Electoral, un cargo especialmente relevante ahora que todo el PSOE se va a volcar con el ciclo de autonómicas y municipales de 2023. La ocupará Fran Martín Aguirre, secretario general de la Presidencia del Gobierno, hombre de la absoluta confianza del ministro Félix Bolaños y, desde mayo hasta este mismo congreso, responsable de Organización de la gestora que presidía Isaura Leal.

Las negociaciones de la nueva dirección del PSOE-M, que compondrán una cuarentena de dirigentes, se prolongaron hasta bien entrada la noche, por encima de lo previsto, por el tira y afloja que protagonizó Juan Lobato con el sector rival en las primarias, que encabezó el regidor fuenlabreño, Javier Ayala. El alcalde no quería entrar en la ejecutiva, pero sí que los suyos estuvieran representados: demandaba un tercio de las sillas, semejante a la representación que obtuvo en las urnas. Hacia las 23 horas, se cerró el acuerdo. Se integrarán en la cúpula seis dirigentes próximos a Ayala más una representante del consejo de alcaldes (órgano de nueva creación), Mónica Carazo, vicealcaldesa de Rivas.

Además, este sector tendrá cuatro representantes en el comité federal, máximo escalón de poder de todo el PSOE, y una treintena de miembros del comité regional. El paquete se completa con la nueva estructura de Madrid ciudad: la líder será, con toda probabilidad, Mercedes González, y su vicesecretario general, Enrique Rico, jefe de la agrupación de Villaverde y uno de los principales apoyos de Ayala. González, a cambio, elegirá a su responsable de Organización local.