Convención política

Ciudadanos se aferra al liberalismo para relanzar su marca

Los naranjas se conjuran este fin de semana en una convención política para reflexionar sobre cómo reflotar la formación

Los críticos exigen a Arrimadas que convoque una asamblea general para impulsar una "refundación" del partido

Inés Arrimadas        David Castro

Inés Arrimadas David Castro / David Castro

Júlia Regué

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Ciudadanos sopla velas en su peor momento. Los naranjas celebran el decimoquinto aniversario de las siglas inmersos en una profunda crisis de la que prevén empezar a salir con la celebración de una convención política este fin de semana. No se trata de una asamblea general para impulsar una reforma profunda de estatutos, estrategia, cargos o ideario, como piden los críticos, sino de una jornada de debate "filosófico y político" para rearmarse en un tablero político en el que están cada vez más arrinconados.

Las hecatombes electorales encadenadas en Galicia, País Vasco y Catalunya, hasta la desaparición en la Asamblea de Madrid, sumadas a los errores de cálculo de la fallida operación murciana y el desenlace en Granada, suponen un cóctel de fracasos que pone en jaque su supervivencia. Una caída libre de la que el PP quiere sacar tajada, en plena OPA para nutrirse de cargos naranjas y forzar la absorción del partido que lidera Inés Arrimadas.

Los naranjas se ven obligados a hacer un ‘reset’ para recuperar su espacio político, que se ha ido difuminando con los vaivenes ideológicos y tácticos que han marcado su trayectoria. Consideran que el antídoto para reflotar su marca pasa por reforzar su carácter liberal y europeísta como dique de contención a los populismos y al nacionalismo y convocarán a 300 personas en el Palacio de los Duques de Pastrana en Madrid para redibujar este futuro. El proyecto mutará, pero el nombre no corre peligro. Eso sí, fuentes de Cs confirman que están estudiando un cambio de imagen para relanzar una marca hostigada por la debacle.

Cs estudia un cambio de imagen, pero el nombre del partido no corre peligro

Bajo el lema “Liberales”, junto al corazón de banderas que les caracteriza, se reunirán para reivindicarse como “el único partido liberal en España” pese a haber nacido en la cuna de la socialdemocracia. Se agarran al liberalismo en todas sus vertientes -subrayan el 'liberalismo verde' y el 'feminismo liberal'- para desmarcarse tanto del PSOE como del PP y defender la "necesidad" de su oferta política en las instituciones sin ataduras.

La nueva hoja de ruta "para los próximos meses y años" saldrá de mesas de debate entre expertos, representantes de los liberales europeos y miembros de la sociedad civil, así como de grupos de trabajo formados por miembros del partido y afiliados que durante dos meses han presentado hasta 2.000 propuestas en el buzón abierto por la formación.  

Rivera, fuera de juego

El encuentro también estará marcado por la gran ausencia: la de Albert Rivera, que comandó Cs durante 13 años. Auge y caída: encabezó el salto a la arena nacional y colocó a los naranjas como el partido más votado en Catalunya en el 2017 pero, obcecado en dar el ‘sorpasso’ al PP, registró una hecatombe sin precedentes dejando la representación naranja en 10 escaños. Arrimadas lidió con este panorama y con una pandemia dispuesta a recuperar las esencias, situando a Cs como un partido de centro moderado capaz de pactar a izquierda y derecha, pero sus errores de cálculo y el difícil equilibrio entre tender puentes con el PSOE y de mantener las alianzas autonómicas la han debilitado.

Rivera no acudirá a la convención porque prefiere mantenerse alejado de los focos por su trabajo en el sector privado

Algunas fuentes reprochan a Rivera que no haya defendido abiertamente a Arrimadas, e incluso que haya cuestionado de forma velada su estrategia. Pero, pese a esto, miembros de la dirección le tantearon para que asistiera a la cumbre. Rivera alegó, como en otras ocasiones, que prefiere mantenerse al margen de los focos por su trabajo en el sector privado como jefe de un despacho de abogados.

Los retos de Arrimadas

Arrimadas tiene por delante dos años sin tener que medirse en las urnas, tiempo suficiente para recomponer al partido internamente y de cara a la galería. Pero el camino está lleno de baches. Empezando por las voces críticas con su liderazgo, que se han organizado bajo la marca Renovadores Cs -que ha presentado 60 propuestas a la convención- para exigir una “refundación” ante su papel “inmovilista” y la "crisis de credibilidad" del partido.

Por otro lado, deberá frenar el goteo de bajas al PP y resituar a Cs como una opción política distinta y con entidad propia. Lo intentó tendiendo la mano al Gobierno en los peores episodios de la pandemia pero, pese a ofrecer su apoyo para los presupuestos, no fueron socios preferentes y ahora ya no quieren oír hablar de un posible acuerdo para las próximas cuentas. La salida, opinan en Cs, está en no marear al electorado y en buscar la movilización de los abstencionistas. "Tenemos los valores, la marca y el liderazgo: una receta imbatible", mantienen esperanzadas las filas catalanas.

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