La endiablada formación de Govern

ERC se plantea exigir ya a Borràs un nuevo debate de investidura

Los republicanos recuerdan que Sànchez garantizó el apoyo a Aragonès con o sin pacto de Govern

GRAF261  BARCELONA  22 04 2021 - El vicepresidente del Govern en funciones  Pere Aragones (i) conversa con la presidenta del Parlament  Laura Borras  minutos antes del acto protocolario por la Diada de Sant Jordi este jueves en Barcelona  EFE Marta Perez

GRAF261 BARCELONA 22 04 2021 - El vicepresidente del Govern en funciones Pere Aragones (i) conversa con la presidenta del Parlament Laura Borras minutos antes del acto protocolario por la Diada de Sant Jordi este jueves en Barcelona EFE Marta Perez / EFE / Marta Perez

Xabi Barrena

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Este Primero de Mayo venció el ultimátum de ERC a Junts para cerrar un acuerdo de Govern. Ambas partes, con Pere Aragonès y Jordi Sànchez a la cabeza, se reunieron este sábado, por segunda vez en una semana, en la cárcel de Lledoners sin avances significativos. Así las cosas, ante lo que los republicanos entienden que es un bloqueo gratuito, Esquerra cambia de fase y se prepara para ejecutar la amenaza. Es decir, empezarán a explorar de inmediato otras fórmulas de Govern que no incluyan a los posconvergentes. Y para ello, y para ir ganando tiempo ("tenemos prisa, porque el país tiene prisa", aseveró Pere Aragonès el jueves en el Parlament) se plantean pedir a la presidenta de la Cámara, Laura Borràs, que convoque ya un nuevo pleno de investidura, semanas antes de que termine el plazo, el día 26.

ERC considera, ya hace más de un mes, que no hay motivos para la dilación. De las tres patas que tiene la negociación -estructura de Govern, programa de Govern y la continuación del ‘procès’-, en las dos primeras no hay apenas diferencias insalvables. Como no las hubo en 2015 (con Junts pel Sí) ni en 2017. Y los republicanos entienden que la diferencia en la cuestión del camino a la independencia es un argumento puramente instrumental de Junts para tener el control del reloj de la negociación.

"Van combinando dos excusas. Que si el Consell per la República (CxR), que si el plan b. En cuanto al primero dicen pretender", afirma una fuente de ERC remarcando su escepticismo, que esa entidad “sea el espacio estratégico del ‘procés’”. Y en cuanto al plan b “exigen a ERC que afine ya qué hacer si la negociación con el Estado fracasa y la única solución que ellos aportan es levantar la DUI de 2017, sin ningún apoyo internacional, y, a veces, mentan un posible referéndum”.

'President', pero no 'vicario'

Esquerra mantiene la línea roja de que nada ni nadie se halla por encima del ‘president’ elegido por los catalanes. Y, además, no ha disipado sus recelos hacia una entidad, el CxR, creada por y para mayor gloria de Carles Puigdemont, y que ya cuenta con sus órganos de gobierno y su ideario.

La propuesta de ERC para la dirección estratégica del ‘procés’ es la de un comité penta o hexacefálica. Con los tres partidos y las dos entidades (mesa a cinco) en la que aceptarían la presencia del CxR, como una suerte de entidad del 'exilio' (mesa a seis). Esta plaza podría ocuparla el propio ‘expresident’.

El paso de los días no deriva en una aproximación de las partes sobre la hoja de ruta, el gran obstáculo de la negociación

Para el plan b, ERC no se sale del guion ya pactado con la CUP: “Preparar las condiciones para plantear un nuevo embate democrático que tendrá la fórmula que se decida en la dirección estratégica”. 

La situación, para los republicanos, es insostenible. No las tienen todas consigo y temen que el manejo del reloj por parte de Junts pueda acabar con prisas, por ejemplo, para la CUP, si se retoca el acuerdo entre anticapitalistas y republicanos para encajar el pensamiento de los posconvergentes. De hecho, en un escenario extremo de pacto tardío que no dejara margen a la CUP de consultar a sus militancia, podría derivar en un ‘no’ anticapitalista que impediría la investidura. Aunque Junts votara que sí.

Palabra de Sànchez

Ante todo esto, ERC quiere utilizar las propias palabras de Jordi Sànchez, reconvertido en el líder visible de Junts, como lo atestigua “la ceremonia negociadora del Centre Penitenciari Lledoners”, en palabras de un republicano, esta misma semana, para forzar un desenlace de la negociación. En un sentido u otro.

Sànchez aseveró, poco después de la investidura fallida de los días 26 y 28 de marzo, que el voto a favor de Aragonès, en una segunda ocasión, estaba garantizado. Otra cosa es que Junts decidiera entrar o no en el Govern.

Expira sin acuerdo el ultimátum de los republicanos a Junts después de otra infructuosa cita en la cárcel de Lledoners

A sabiendas de esto, los republicanos plantearon, hace 15 días el ultimátum que venció este 1 de mayo. O acuerdo o explorar otras vías con Junts, es decir, investidura con el apoyo de los 74 diputados secesionistas y Govern monocolor (quizá con la CUP).

¿Puede Borràs negarse a convocar el pleno de investidura? ERC lo ve difícil, a menos que los posconvergentes rompan con su palabra. Es decir, el motivo por el que la presidenta de la Cámara puede vetar la propuesta es que Aragonès no tiene suficientes apoyos, argumento dado al candidato del PSC, Salvador Illa. Partiendo de la base de que, como mínimo, cuenta con los mismos votos que en marzo, y que, además, el líder de Junts ha prometido su apoyo, parece “improbable”, arguyen los republicanos, que Borràs se ponga de perfil.

De órdagos y faroles

¿Es un órdago de ERC? Si se entiende tal como una acción que busca la reacción de Junts para acelerar el pacto, porque los republicanos dan por hecho que ni en sueños los posconvergentes optarían por no controlar siete ‘conselleries’ y una vicepresidencia, sí, es un órdago. 

¿Es un farol? Los republicanos aseveran que no. Es decir, que si no se produce esa reacción y pacto, seguirán adelante hasta que la palabra de Sànchez se cumpla. Es decir, hasta el Govern en solitario.

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