En clave Madrid

Vox pretende agitar también la celebración del 1 de mayo

Los ultras, obsesionados con encontrar un hueco en una campaña en la que Ayuso les ha eclipsado, buscan voto obrero vulnerable

Abascal y Monasterio montan una marcha con su sindicato-hermano en una ciudad crispada y con 10 concentraciones convocadas

Santiago Abascal

Santiago Abascal / David Castro

Gemma Robles

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No puede decirse que a la ultraderecha le estuviera yendo muy bien en esta campaña electoral ‘a la madrileña’, en la que prácticamente se habla de todo y de todos salvo de Madrid y de sus ciudadanos. No queda mucho tiempo para eso entre tanta alusión al comunismo, al fascismo, a la libertad, a las amenazas a la democracia y a las tropecientas derivadas de este gran debate ideológico… rebozado en barro, en el que los ultras han buscado con ahínco su propio charco. Todo salpicado por continuas noticias sobre seguridad, o concretamente sobre la (posible) falta de la misma: en la noche de este martes se conoció que los Mossos investigaban un nuevo envío de munición amenazante, detectado en una oficina de Correos de San Cugat, esta vez para la candidata popular Isabel Díaz Ayuso.

La de Ayuso se suma a otras amenazas recibidas por miembros del Gobierno, candidatos como Pablo Iglesias o la responsable de la Guardia Civil (en este caso doblemente). España está entrando en un bucle peligroso que irradia un efecto-contagio y que se ha metido de lleno en los mítines. Los dirigentes de Vox, como demostraron el pasado viernes en el debate de la Cadena Ser, están dispuestos a burlarse también de este asunto –al menos hasta que ha afectado a la presidenta del PP, su potencial futura socia- si con eso logran por fin hacerse un hueco en la agenda. Y lo han hecho, con un alto precio para los demócratas, pero lo han hecho, después de muchas jornadas electorales eclipsados por el ayusismo de la presidenta. Un estilo que seduce a conservadores. Y a ultraconservadores, por lo visto en los sondeos.

Pero aún quedan algunos capítulos sorprendentes que quiere protagonizar el partido de Santiago Abascal y Rocío Monasterio en el camino a las urnas: el 1 de mayo, día Internacional del Trabajo y de tradicionales manifestaciones de trabajadores, tienen otra preparada en este Madrid electoral que ya pide a gritos que llegue, de una vez, el día de ir a votar. El empeño de los de Vox por intentar ‘robar’ a la izquierda voto obrero, aprovechando la vulnerabilidad de los más afectados por la crisis y utilizando enganches emocionales y mentiras respecto a las hipotéticas ventajas de los inmigrantes a la hora de recibir ayudas y subvenciones, se hará notar.

Marcha en coche y concentración

Los ultras han decidido convocar a través de su 'sindicato'-hermano, ‘Solidaridad’, una marcha en coche desde Coslada hasta la céntrica plaza del Conde de Casal, donde habrá discursos. A priori, esta convocatoria está alejada de las otras diez manifestaciones y protestas que se han comunicado ya a la delegación madrileña del Gobierno para esa jornada, pero la policía ya está preparando un dispositivo de seguridad por dos motivos: uno, velar por el cumplimiento de las obligadas medidas anticovid –como en el resto de concentraciones- y, dos, evitar altercados que pudieran darse en un ambiente social sumamente crispado.

 UGT y CC.OO, con sus líderes a la cabeza, Pepe Álvarez y Unai Sordo, celebrarán la tradicional caminata desde la Plaza de Cibeles hasta la Puerta del Sol y a la que, a buen seguro, acudirán distintos políticos y candidatos, por lo que el tinte electoral de este 1 de mayo será inevitable. Esto, por cierto, unas horas después de que el Gobierno español haya hecho llegar a Bruselas los detalles de su inminente reforma laboral y de pensiones, entre otras cosas.

A eso súmesele que la CGT ha llamado a la movilización, junto a la coordinadora de la vivienda de Madrid, la Red de Trabajadores Precarios, el sindicato Otras, el Sindicato de Manteros y Lateros, la Asamblea Antirracista de Madrid y algunas asociaciones alternativas del movimiento LGTBI+, en otro punto céntrico de la capital, mientras que los afiliados y simpatizantes de la CNT-AIT Madrid están llamados a concentrarse en otro punto de una ciudad que hierve. Y que se prepara, como el resto de la comunidad, para ir a las urnas con los nervios de punta; las ideologías a flor de piel, los grandes problemas en segunda fila y el coronavirus levantando la mano para que nadie olvide, por si hay tentaciones, de que sigue ahí.

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