Los acusados

Los tres terroristas capturados del 17-A esperan juicio en Morón, Picassent y Albocàsser

Mohamed Houli Chemlal, Driss Oukabir y Said Ben Iazza han cumplido su tercer año como presos preventivos bajo el rigor del primer grado penitenciario

Presos Antentados Catalunya

Presos Antentados Catalunya / El Periódico

Juan José Fernández

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Este verano los tres presos del 17-A habrían dejado ya de ser preventivos si no hubiera aparecido el coronavirus. Con la instrucción cerrada, el juicio por los ataques de Barcelona y Cambrils iba a celebrarse en mayo o junio en la Audiencia Nacional, pero el confinamiento obligó a aplazar la vista. A estas alturas, según fuentes judiciales, no hay fecha aún prevista para su celebración.

Entre tanto, Mohamed Houli Chemlal, Driss Oukabir y Said Ben Iazza, los únicos tres participantes en la trama de los atentados que quedan vivos, esperan en la cárcel recién comenzado su último año de preventivos. Solo pueden estar cuatro, e ingresaron en prisión en agosto de 2017.

La fiscalía no quiere acusarles de los asesinatos con que se saldaron los dos ataques y la explosión de Alcanar, sino solo de integración en organización terrorista a los dos primeros, como miembros de la célula integrista de Ripoll, y de colaboración con banda armada al tercero, que prestó su documentación y la furgoneta de su tío, carnicero en Vinarós, para la adquisición y transporte de material explosivo.

Clases de inglés

Los tres llevan una vida sin incidentes en sus respectivas prisiones. Mohamed Houli Chemlal, al que los mossos encontraron herido y aturdido entre los escombros del chalé de Alcanar, el detenido que más ha colaborado con la investigación, está en un módulo de FIES (Internos de Especial Seguimiento) en el Centro Penitenciario Castellón II, de Albocásser. Dris Oukabir, hermano de uno de los asesinos cuyos documentos se utilizaron para alquilar la furgoneta que atropelló a decenas de personas en la rambla de Barcelona, espera juicio en la cárcel de Picassent (Valencia). Said Ben Iazza es uno de los cautivos especiales de la prisión Sevilla II, en Morón de la Frontera.

Los tres están en primer grado penitenciario, bajo rigurosa vigilancia y en régimen de semiaislamiento. Al sobrino del carnicero no va nadie a visitarle; no comunica con ningún familiar, según fuentes de la prisión. Solo se ha visto con su abogado de oficio, y la última vez fue el 12 de julio… de 2019. Durante su estancia entre rejas se ha apuntado al programa de desradicalización de yihadistas y acude a clases de inglés.

Driss Oukabir hace "vida normal", dicen fuentes penitenciarias, en el módulo 11 de Picassent, una de las áreas de cumplimiento (y no de preventivos) de la cárcel valenciana. No está apuntado al programa penitenciario de desradicalización de integristas islámicos.

Tampoco lo está en Albocàsser Mohamed Houli Chemlal. Desde que llegó a aquella cárcel, en agosto de 2017, está en un régimen de semiaislamiento: vive solo en su celda, y sale al patio por las mañanas solo con otro procesado por terrorismo yihadista, Omar N. El superviviente de la explosión del chalé de Alcanar no se ha apuntado a ninguna actividad en la prisión. En las pocas oportunidades en que coincide con ellos, su trato con los presos no musulmanes y los funcionarios es correcto pero distante. Algunas de esas ocasiones se producen cuando le visita la familia.

De ninguno de los tres refieren las fuentes consultadas incidentes que reseñar durante el último año; tampoco que hayan dado muestras de alguna variación significativa en sus creencias.

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