La reactivación de la mesa de gobiernos apunta a la segunda quincena de julio

aragones-sanchez-torra

aragones-sanchez-torra / DAVID CASTRO

Xabi Barrena

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Se empiezan a trazar los primeros escenarios basados en la lógica y no en la expresión de deseos, como durante la etapa más negra de la pandemia. ERC calcula que la segunda reunión entre los gobiernos del Estado y la Generalitat se celebrará en la segunda quincena de julio. El pasado lunes, Pere Aragonès presionó al Gobierno para que se celebrara en la primera quincena. Acaso una treta por aquello de que, unos y otros, saben que pedir algo es el camino más fácil para no conseguirlo, por aquello de no parecer ante los propios como demasiado entregados al rival.

Porque la reactivación de la mesa, o en concreto, su no reactivación, es un escenario que ni maneja ERC, el principal promotor del foro, quien lo puso como condición necesaria y casi suficiente para permitir la investidura de Pedro Sánchez. Así, los republicanos hacen caso omiso a los presuntos acuerdos que el PSOE haya podido llegar con Ciudadanos, en forma de apoyo a las prórrogas del estado de alarma a cambio del bloqueo de la mesa de diálogo. El mensaje que una y otra vez han enviado los republicanos, incluso desde el atril del Congreso, es que sin mesa o con una mayor dilación en su continuidad, no hay más apoyo a Sánchez en la legislatura. Todo ello con los presupuestos a la vuelta de la esquina.

 Hay dos motivos por los que cabe apostar que la reunión se celebrará, más o menos, en un mes. La principal es la celebración de las elecciones vascas y gallegas, el próximo 12 de julio. Cuando a finales de febrero ambas delegaciones, capitaneadas por los respectivos presidentes, Pedro Sánchez y Quim Torra, inauguraron los encuentros ya acordaron, pensando en la segunda cita, que se orillaría el escenario electoral de las otras dos nacionalidades históricas. La delegación del Gobierno, especialmente el PSOE, puso mucho énfasis en que el nuevo cónclave o bien se celebrara antes del 19 de marzo, fecha de inicio de la campaña electoral, o bien pasado el 5 abril, fecha de la cita con las urnas.

Preparación previa

La segunda razón es más particular y atañe a ERC. Según reconocen fuentes del partido, precisan de estas semanas de tiempo para “prepararse” la reunión. Y es que los republicanos tienen la sensación de, a partir de la pandemia, ir encadenando asuntos delicados, cuando no polémicas con sus socios y por tanto enemigos.

Las mismas fuentes pronostican que esta segunda reunión no será muy distinta de la primera, una especie de reinauguración tras el episodio pandémico. Y no descartan incluso, que contra lo pactado en febrero, sendas delegaciones vuelvan a estar encabezadas por los respectivos jefes del Ejecutivo. "El principal avance de la reunión es la celebración de la propia reunión", detalló Quim Torra en su comparecencia en la sala de prensa noble de la Moncloa ese 26 de febrero. En julio puede suceder algo parecido.

La entrada en materia, por tanto, quedaría al albur de nuevos obstáculos en el calendario político posvacacional. Los presupuestos y la batalla electoral en Catalunya, cuya cuentatrás activó el Tribunal Supremo la semana pasada cuando fijó para el 17 de septiembre la vista del recurso a la condena de inhabilitación de Torra.

Otro de los puntos que ambas trincheras, la del Estado y al de la Generalitat, tiene que solventar en los contactos previos es el lugar donde celebrar la segunda reunión. Se dijo en febrero que se haría en Barcelona, pero cabe confirmarlo.

Suscríbete para seguir leyendo