El atropellamiento de La Rambla

Anna Teixidor: "Amigos de los terroristas del 17-A iban a denunciarlos"

Ofrendas en el Pla de l'Os de la Rambla, poco antes de que amaneciera ayer.

Ofrendas en el Pla de l'Os de la Rambla, poco antes de que amaneciera ayer.

Martí Rodríguez Vidal / EFE

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Amigos de los terroristas del 17-A estuvieron a punto de denunciarlos por su comportamiento "extraño", pero nunca se decidieron a ir a la policía, según revela la periodista Anna Teixidor en un libro que indaga en el entorno de la célula para dar con las claves de los atentados.

Teixidor, veterana periodista de sucesos de TV-3, explica en una entrevista con Efe que 'Sense por a morir. Els silencis del 17-A' (Editorial Pòrtic) –y en castellano 'Los silencios del 17-A' (Editorial Diéresis)– no es una crónica de los ataques sino un libro periodístico que busca saber qué motivos llevaron a seis chicos de Ripoll que tenían una vida normal a realizar un atentado en las calles de Barcelona y Cambrils en agosto de 2017".

A lo largo de un extenso capítulo, Teixidor describe la normalidad con la que vivían Younes y Houssa Abouyaaqoub, Saïd Alla, Mohamed y Omar Hichamy y Moussa Oukabir en Ripoll antes de los atentados: "Muchos de ellos (que tenían de 19 a 24 años) jugaban en el equipo de fútbol de Ripoll o de Sant Quirze de Besora, tenían bastantes amigos y hacían su vida como la gran mayoría de chicos de su edad".

Ante la pregunta central de qué es lo que ocurrió para que todo saliera mal, Teixidor apunta algunos factores clave: "El primero es que, a pesar de gozar de cierto grado de integración, siempre sintieron una sensación de marginación y de pertenecer a otra identidad".

"Otro factor es que, por su cuenta, empezaron a ver vídeos de propaganda de ISIS y se vieron atraídos por aquella narrativa audiovisual", añade la periodista. "Eso les hizo dar el salto a la religión y empezar a frecuentar la mezquita".

Y el tercer factor es la aparición en escena del imán de Ripoll, Abdelbaky Es Satty. "Él es el catalizador. Es el que les anima a atentar y les transmite la interpretación más radical del Islam. Nunca sabremos qué habría ocurrido si no hubieran conocido a Es Satty. Quizá se hubieran marchado a Siria a luchar junto al Estado Islámico, como hicieron otros jóvenes musulmanes que vivían en Cataluña", explica Teixidor.

La autora también resuelve la duda de si hubo indicios que podrían haber alertado al entorno más cercano de lo que iba a ocurrir: "Varios amigos suyos me contaron que habían detectado en ellos comportamientos extraños y les habían escuchado cosas sospechosas, por lo que estuvieron a punto de ir a denunciarlo a la policía. Lo que ocurre es que entre sospechar de que un amigo planea hacer un atentado y denunciarlo, hay muchos matices".

Para construir el relato de lo que ocurrió, Teixidor se ha basado en la investigación judicial y en entrevistas realizadas a más de cien personas, gente del entorno de los chicos, policías, vecinos de Ripoll, autoridades islámicas de mezquitas catalanas y unas cuarenta personas investigadas en la causa judicial que no han llegado a ser detenidas.

"Quizá las conversaciones que más luz aportaron al libro fueron la que mantuve con la mujer de Es Satty en Tánger (Marruecos), que me permitió entender quién era el imán de Ripoll, y las que tuve con los hermanos de los chicos", añade Teixidor.

Respecto a estos últimos, explica que encontró en ellos sensaciones contradictorias: "Están pasando un proceso de duelo. De la noche a la mañana, se encontraron con que personas a las que amaban muchísimo se habían convertido en asesinos. Algunos, de hecho, se plantean dejar Ripoll porque les resulta difícil mantener una vida normal allí".

El libro también se detiene a examinar si existía alguna conexión entre Es Satty y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), como han sugerido algunos sectores. Pero Teixidor no se apunta a teorías conspiratorias: "Todos los indicios que hay al respecto son declaraciones ante el juez de algunos testigos que afirman que el propio Es Satty decía ser confidente del CNI, pero yo no tengo ninguna prueba de que lo fuera".

"En todo caso, todavía faltan cosas por saber", apostilla la periodista. "Un ejemplo claro es el de las conexiones internacionales de Es Satty y su influencia en los atentados. Se sabe poco de los viajes que el imán hizo a Bélgica y París los meses antes del atentado, que son muy extraños y con pretextos falsos".

"Es probable que la autoría intelectual del atentado viniera del extranjero y que le fuera transmitida a Es Satty en alguno de esos viajes", añade.