Casado se aferra a Catalunya para defender su 'no'

Casado en el debate de investidura de Pedro Sánchez

 Casado: Sánchez no es de fiar y es una prolongación de los independentistas. / periodico

Pilar Santos

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El presidente del PP, Pablo Casado, abrió la sesión de la tarde y puso el foco en los dos asuntos que Pedro Sánchez, estratégicamente, había dejado fuera de su discurso introductorio: el independentismo catalán y las negociaciones del PSOE con Unidas Podemos para cerrar un Gobierno de coalición. Pese a hablar durante dos horas, el candidato a la investidura solo había hecho unas pocas referencias, y muy someras, sobre esos dos temas. Casado se subió a la tribuna y se lo reprochó. Y le dijo que sabía la razón de por qué no había hecho referencia a los morados ni tampoco de ERC o Junts per Catalunya, que apoyaron la moción de censura. Se "avergüenza" de ellos. Según el líder del PP, el dirigente socialista se ha dado cuenta de que con "una amalgama de radicales" puede ser investido, pero "no puede gobernar" y por eso, en opinión de Casado, no había mostrado ningún entusiasmo sobre ese supuesto Ejecutivo con Podemos. Visto lo visto horas después, cuando Sánchez y Pablo Iglesias dieron el espectáculo de la negociación en directo, fuentes de la dirección del PP se reafirmaron en su sospecha de la dificultad de esa posible alianza. 

El líder de los populares lamentó que en su discurso "ocultara" la "grave realidad que tiene España con el independentismo en Catalunya". El conservador, que subió al estrado con dos folios con un esquema del discurso que había preparado, avisó a Sánchez de que “no se puede pactar un futuro de prosperidad” con los morados y los independentistas. De hecho, dejó claro su temor de que, si finalmente, en la votación del jueves, cuando se necesitan más 'síes' que 'noes', Sánchez es presidente con el apoyo activo o pasivo de ERC y JxCat, es porque el jefe del Ejecutivo tiene "debajo de la mesa" la propuesta de indultar a los dirigentes soberanistas encarcelados por el 1-O.

“Vivir" del conflicto

Por la mañana, Sánchez le había pedido que se abstuviera para evitar llegar a la repetición electoral, algo a lo que Casado respondió con un ‘no’ rotundo, porque no lo ve de “fiar” y porque llegó a la Moncloa “con unas alianzas contra el Estado” que ahora, añadió, quiere reeditar.

Su cara a cara con Casado, quien usó un tono más suave que en otras ocasiones, sirvió también para que el presidente en funciones se detuviese más en el desafío soberanista. "¿Dónde estuvo el PSOE cuando se produjo la mayor crisis constitucional de la democracia? Con el Gobierno del PP", recordó Sánchez, en referencia la aplicación del artículo 155 para suspender las competencias de la Generalitat tras el 1-O. Pero si la situación fuese la inversa, si hubiera que volver a aplicar esta medida con los socialistas en la Moncloa, entonces, anticipó Sánchez, “ustedes no estarían apoyando como apoyó el PSOE al Gobierno del PP”.  Y en ese contexto acusó a los populares de “vivir” del conflicto territorial y le recordó que solo lograron una diputada en las generales (Cayetana Álvarez de Toledo).

El Estatut

El presidente en funciones también se detuvo en el recurso que el PP, con Rajoy al frente del partido, presentó contra el Estatut. “El Estatut tiene un problema de origen, y es que fue recortado por el Tribunal Constitucional, pero previamente fue validado por el pueblo catalán", señaló el líder socialista. En la dúplica, Casado afeó al dirigente socialista que hable de "problema político" y desprecie la sentencia que modificó varios artículos de la Carta autonómica.