MANIFESTACIÓN

"Hemos venido a despedirnos"

Manifestación independentista en Madrid

Manifestación independentista en Madrid / periodico

Ángeles Vázquez

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A falta de celebraciones madridistas este año, la Cibeles ha tenido el honor de vivir una fiesta de la democracia de las de verdad, de las importantes, de las que la ponen a prueba. El soberanismo ha traído las esteladas y ha gritado a pleno pulmón en el corazón de Madrid que la española no es una democracia porque no considera fundamental el derecho de autodeterminación y porque el juicio que se sigue en el Tribunal Supremo contra los 12 líderes independentistas acusados de rebelión, sedición, malversación y desobediencia es "una farsa", porque es "político". 

Madrid no ha recibido mal a los que le recordaron su célebre "No pasarán", con el que la ciudad combatió al fascismo en la Guerra Civil. Tampoco a los que gritaban "Hemos venido a despedirnos" o "El 1-O ni olvido ni perdón". De hecho los que pensaron que tendrían que guardar los lazos o dejar las esteladas en la mochila, hasta la hora de estar en la manifestación, se sintieron cómodos mucho antes y se les pudo ver en grupos de dos o tres personas luciendo el amarillo ya desde la mañana por el centro de Madrid.

Había que hacer tiempo hasta la hora en la que los alcaldes exhibieran sus varas de mando en las puertas de la Bolsa y los políticos, como el presidente de la Generalitat, Quim Torra, se dirigieran a los medios desde la plaza en la que se recuerda a los fusilados del 2 de Mayo. Algunos remolonearon tanto que nunca fueron a Atocha y ya aguardaron a que llegara la cabecera esperando desde las aceras a que pasara la ‘procesión’.

Luego, claro, fueron los que mejor sitio tenían cuando llegó la hora de las canciones desde el escenario, bajo la iluminación psicodélica con la que el Ayuntamiento celebra este fin de semana el centenario del Palacio de Telecomunicaciones que lo alberga.

El juicio

El ambiente ya estaba caldeado con la proyección de extractos de las declaraciones de los presos que se contraponían a las preguntas de los ‘villanos’ de la historia, los fiscales que les acusan de rebelión. Unos eran respaldados con aplausos, cuando citaban artículos de la misma Constitución que se saltaron el 1-O, y los otros, abucheados.

El vicepresidente de Ómnium Cultural, Marcel Mauri, también lo citó. "Debería avergonzar a cualquier demócrata que la ultraderecha ejerza la acusación popular, que los intolerantes marquen la agenda", dijo desde el escenario desde el que algo después los de Izquierda Castellana gritaron: "Catalanes, Madrid os ama". Lo único es que a veces Madrid es una ciudad tan grande que mientras unos se manifestaban otros veían al Real Madrid, que había contraprogramado, y otros disfrutaban del buen tiempo en el cercano parque del Retiro.