Denuncian el voto telemático

Primarias bajo sospecha en Ciudadanos: "Como sigas por ahí, te van a echar"

Madrid 18 02 2019 Reunión del comité ejecutivo de Ciudadanos

Madrid 18 02 2019 Reunión del comité ejecutivo de Ciudadanos / DAVID CASTRO

Juan José Fernández

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Los militantes que han denunciado públicamente las primarias telemáticas de Ciudadanos en Murcia, Madrid y Cantabria esperan a cotejar sus datos de emisión de votos con los que les dé la comisión de garantías del partido, para descartar que les hayan hecho un "clementazo".

Así llaman entre los afiliados de Murcia a lo vivido en las primarias naranjas de Castilla y León. La candidata de la dirección, la exdirigente del PP Silvia Clemente, tuvo que renunciar a su triunfo cuando su competidor, Francisco Igea, comprobó que no cuadraba la suma de votos (se contaron 81 más de los emitidos) y que hubo votaciones agrupadas de madrugada, 50 entre la una y las tres del día 9.

Los derrotados de Madrid, Murcia y Cantabria están en contacto entre sí, comparten wasaps, se pasan lo que publican los medios. Pero "aún no hemos decidido ninguna acción en común", explica el abogado José López, derrotado en las primarias cántabras por el oficialista Félix Álvarez ‘Felisuco’.

Ninguno de los consultados descarta que la polémica acabe en los tribunales. "Algunos compañeros me han pedido que vayamos a fiscalía, pero no tengo ganas. Otra cosa es qué pueda hacer algún votante que se sienta perjudicado", comenta el santanderino López.

Votos a toda máquina

Los denunciantes de las primarias viven tres situaciones en común: todos han perdido contra candidatos sostenidos por la cúpula del partido; todos han detectado cadencias de acúmulo de voto; y todos han tenido que esperar a que el partido les pasara todos los datos que necesitan para verificar las votaciones.

Como ya hicieron otros exdirigentes, como Carolina Punset desde Valencia, critican el sistema de votación electrónica.

El caso cántabro es llamativo. A las 10 de la mañana del 1 de marzo se abría la urna virtual, y a las diez horas, cero minutos y veinte segundos empezaron a llegar votos. "Es poco natural –cree López–. Encender el ordenador, cargar la web, registrarte, meter la contraseña y votar no se hace en 20 segundos. Se diría que algunos esperaban con el ordenador encendido y el dedo en la tecla Enter".

Según la candidatura perdedora, entre las diez y veinte segundos y las 10.45 llegaron 98 votos para Felisuco: en tres cuartos de hora, el 36% de los sufragios que obtuvo (269). Después vino una cadencia pausada, hasta otro pico entre las 12:50 y las 13:10: en veinte minutos, 40 votos más.

"Como sigas por ahí..."

El equipo del empresario Juan Carlos Bermejo, perdedor de las primarias en Madrid, también ha detectado un frenético ritmo de votación al ganador, Ignacio Aguado, en los primeros 30 minutos de las primarias del 1 de marzo. "En media hora tenía 250 votos, el 15 por ciento de los 1.611 emitidos", relata Bermejo.

Apoyado por militantes de base del noroeste de Madrid, ha pedido al partido la lista de IP (indicativos de internet) que votaron, y el día y la hora en que lo hicieron. Como a otros  descontentos, la comisión de garantías de Ciudadanos le dio en principio solo parte de la información. Ahora, con toda ya en la mano, el equipo de Bermejo hace cuentas "que pondremos en conocimiento del partido para su valoración e interpretación".

En Mucia, donde el derrotado Leonardo Pérez guarda silencio, también notó su gente un ritmo irregular de votación y "un resultado poco verosímil", dice uno de sus apoyos. Ascendió al cartel de las generales Isabel Franco por 599 votos contra 237. "A cada candidato particular que la ha solicitado, la comisión le ha dado toda la información, exceptuando aquella que prohibe la ley de protección de datos", explican fuentes cercanas a la dirección del partido.

Estos días, Bermejo, según cuenta, ha recibido una llamada conciliadora de un dirigente diciéndole: "Nos han pedido muchos afiliados que te expulsemos, pero no lo vamos a hacer". El cántabro López también ha recibido advertencias: "Como sigas por ahí, te van a echar del partido".

Quién maneja la urna

Una empresa de Barcelona, Monomio Media SL, desarrolló el portal de votación en 2014, y, como webmaster, ha dirigido el tráfico electrónico de votos hasta 2018. Su dueño, Raul Enrique Guillén, desde una sociedad ya extinta, –Miércoles Comunicación, también de Barcelona– creó y registró en octubre del 2013 la plataforma electrónica Movimiento Ciudadano, herramienta electoral del líder, Albert Rivera.

Monomio no es una gran firma del sector –tiene el mínimo preceptivo de capital social, 3.000 euros–, ni es veterana –opera desde octubre de 2014–, ni alude a sus labores en el objeto social que inscribió en el Registro Mercantil: "Construcción, instalaciones y mantenimiento, comercio al por mayor…". La firma no hace público un teléfono, solo e-mail, y se presenta lacónicamente en su web: "Somos un equipo de ingenieros y diseñadores capaces de crear soluciones tecnológicas creativas y experiencias de usuario".

La relación de Ciudadanos con Monomio se acabó en 2018 "como se puede extinguir con cualquier otro proveedor", confirman fuentes próximas a la dirección del partido. En las primarias de este año, indican, le han sucedido en su labor "responsables técnicos del partido", pero con el mismo software.

Dos principales quejas de militantes pesan sobre el sistema. Una, que no hay control neutral: es la dirección, contra la que se miden algunos candidatos, quien maneja el tráfico electrónico de votos. Y dos, que el partido guarda las contraseñas de los afiliados, y no exclusivamente cada votante.

Los militantes que han perdido alguna vez su contraseña lo han comprobado al pedir una nueva. El afiliado se crea su perfil inscribiendo su DNI sin la letra final y una clave de números y letras. Si la olvida, debe clicar en la petición correspondiente. Hasta muy recientemente, el sistema, en vez de generar una nueva y enviársela por correo electrónico, se ha puesto en contacto con el administrador de la base de datos –o sea, Ciudadanos–, y este le ha recordado por 'e-mail' al usuario la clave que ya tiene guardada en su ficha.

Ahora el sistema genera una clave nueva… que sigue estando en manos de Ciudadanos. "Si el partido tiene las claves, el partido sabe a quién has votado. Y un 'hacker' de poca monta puede entrar al sistema y mover votantes de un lado a otro", advierte Bermejo. "En votaciones presenciales, con urna física y compromisarios, nadie puede venir con 80 votos en la mano. Con un sistema electrónico como este, eso puede pasar. No me volvería a presentar con este sistema, ni se lo recomiendo a nadie", asegura López.

Desde Ciudadanos, una fuente cercana a la dirección recuerda que "ha habido 300 procesos de primarias en cuatro años, y el de Castilla y León es el primero en el que ha habido que cambiar el resultado por la detección de un fallo". Raúl Guillén no ha querido atender a los intentos de EL PERIÓDICO por obtener su versión.

"Una urna-web es como el reiki"

"Como en el cine, y comiendo palomitas" dice asistir a la polémica el exmiembro de Ciudadanos Javier Carpio. El partido le expulsó el año pasado después de llevar este sistema de votación a los tribunales. El pasado 15 de julio, en plenas primarias de Ciudadanos-Málaga para las andaluzas, este informático, exmilitante del PP de Navarra y hoy vecino de Benalmádena, presentó al Juzgado de Instrucción 10 de Málaga una denuncia.

"El compareciente interpeló a los candidatos si habían recibido garantías sobre la auditoría del recuento y los votos telemáticos, respondiéndole que no, que el partido sigue sin dejar que nadie ajeno al aparato o comité electoral pueda saber los entresijos de la programación", relata la demanda. El juzgado al que tocó el caso por reparto lo archivó semanas después por "no estar debidamente justificada la perpetración del delito".

Una grabación a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO recoge el momento descrito en la denuncia.  El 13 de julio, durante una asamblea en la quinta planta de un edificio de la calle Cuarteles, sede de Ciudadanos-Málaga, Carpio preguntó a los contendientes Emilio Utrabo, David Santos y Javier Imbroda. "Tenemos que confiar", le dijo Utrabo.

Dice Carpio que hoy está recibiendo llamadas de excompañeros "de toda España". E ironiza sobre el pucherazo de Castilla y León: "Se equivocaron con el recuento porque se ve que algunos no durmieron: como estuvieron metiendo votos de madrugada…"

Este exmilitante perdió la batalla, pero la daría de nuevo si convenciese de que declaren a algunos excompañeros que le confiaron que alguien, por error o con intención, pudo trasladarles de forma virtual de su pueblo, Mollina (Málaga), a Molina (Murcia) en otras primarias. Se enteraron, cuenta, porque se les ocurrió revisar su perfil y vieron en él un recibo de votación en la localidad murciana. "El truco es pillar a votantes ajenos a la provincia, que no van a revisar su perfil, y hacerles votar –explica–. Una urna-web es tan creíble como el reiki".

Carpio critica la política electrónica porque impide el trato humano: "En las primarias de Ciudadanos, la gente de la base somos como ratones metidos en cajitas: no vemos nada de frente ni a los lados, solo podemos mirar hacia el cielo".