El secesionismo se lanza a la ofensiva con el juicio al 'procés'

El 'president' Quim Torra, en el Parlament.

El 'president' Quim Torra, en el Parlament. / GUILLEM ROSET

Xabi Barrena

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Cambio de tercio. El juicio al ‘procès’ que dará inicio el 12-F traerá consigo un cambio en la táctica del independentismo. Haciendo bueno aquella ley del judo que exhorta a emplear el impulso del rival para hacerle caer, el secesionismo catalán ve en la decena larga de semanas en las que desfilarán ante la audiencia televisiva tanto reos como testimonios, el escenario ideal desde donde clamar contra la injusticia del proceso judicial y, de paso, contra el estatus democrático del estado español.

Fue Jordi Cuixart el primero en expresar la idea de usar el juicio para “atacar España”, algo que se entendió en el unionismo por el lado literal y erróneo. Su organización, Òmnium, ha empezado ya la campaña ‘Jo acuso’, que sigue las directivas de su líder.

Un lema al que, poco a poco, se han ido sumando otros actores. No en vano, el independentismo mayoritario, el de raíz posconvergente y el de raíz republicana llegan a este 12-F con la misma pugna de siempre, el de las listas conjuntas.  Tras una nueva sesión de #PressingERC y una respuesta del propio Oriol Junqueras, vía holograma, el pasado martes, el juicio es entendido como el deseado y necesario aglomerante en un secesionismo cuya unidad muestra su habitual mala salud de hierro.

La principal sorpresa, quizá, es que el escenario más previsible hace unos meses hubiera sido el dela movilización del independentismo, en cambio, el matiz que desprende el secesionismo sube un peldaño. No es reactivo, es activo. De ataque.

No solo buena parte de las defensas se han estructurado de esta manera, dando a entender que lo que empieza el próximo día 12 es poco más que la primera parte de una eliminatoria cuyo partido de vuelta se jugará en la corte de Estrasburgo, sino que el propio Estado, via Gobierno, ha dado pátina de credibilidad a ese ataque.

Así, la campaña ya presentada y las venideras, ya anunciadas, del Gobierno del PSOE en que se reafirma la conisción de estado democrático ejemplar para España ha sido entendido en los círculos secesionistas como todo un triunfo por aquello de la ‘excusatio non petita, accusatio manifesta’. Y vista la grieta, van a intentar filtrarse por ella.

Así, siempre ene sta línea, el ‘president Quim Torra señaló el sábado en Molins de Rei que tiene la intención de ejercer de “altavoz” de los presos y de los exiliados durante el juicio y, de esta manera, denunciar “a nivel internacional” la “injusticia que se vive en Catalunya”. Torra avanzo que se van a multiplicar las visitas más allá de las fronteras españolas para hacer llegar “este clamor por la justciai” existente, según él, en Catalunya. El ‘president’  confirmó que el próximo 12 de febrero estará "presente" en el juicio, una causa que en su opinión se dirige "contra el derecho de autodeterminación del pueblo de Cataluña".

También el representante instuitucional de mayor rango de ERC, Roger Torrent, percutió en el mismo punto. El presidente del Parlament apuntó, a cuenta del vídeo de España Global, que "por muchos millones que se gaste” Josep Borrell, en tanto que ministro de Exteriores, “y por muchos vídeos que haga, nunca podrá esconder los golpes de porra ni la vergüenza de tener presos políticos en la Europa del siglo XXI". Y, como Torra, Torrent se juramentó por demostrar "la gran mentira que es toda esta farsa judicial", añadió que los presos independentistas afrontan un proceso que saben que no será justo.

Con todo, uno de los cambios más significativo de los últimos días es la nueva estrategia de la ANC que el mismo sábado desveló su presidenta, Elisenda Paluzié. Tras completar el encierro en la delegación barcelonesa de la Comisión Europea, para denunciar la "violación grave de derechos humanos" en Catalunya, la sucesora de Jordi Sànchez al frente de la entidad ha analizado que con el juicio del ‘procés’ se ha entrado en una "etapa diferente, muy complicada", en la que la entidad apostará por pasar "de las movilizaciones clásicas" a acciones más directas: "molestaremos tanto como podamos a la Unión Europea",aseguró. En un cambio de discuros con respecto a la entidad que movilizaba millones decaalanes sin que nadie lanzara un papel al suelo, Paluzié explicó que el objetivo sería la UE porque es "cómplice del Estado español, opresor y autoritario", ya que ha mantenido una "actitud vergonzosa" durante el proceso independentista.