Luis Planas, un tecnócrata bregado en Europa

Con larga experiencia institucional tanto en Andalucía como en la UE, disputó sin éxito las primarias socialistas a Susana Díaz en 2013

Luis Plana, nuevo ministro de Agricultura en el Gobierno de Pedro Sánchez

Luis Plana, nuevo ministro de Agricultura en el Gobierno de Pedro Sánchez / Patricia Torres Hermoso

Julia Camacho

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Luis Planas Puchades  (Valencia,1952) es el elegido por Pedro Sánchez para dirigir el Ministerio de Agricultura y lidiar con la reforma de la PAC y sus consecuencias en el campo español. Experiencia no le falta a este eurodiputado que también ha gestionado la consejería del ramo en Andalucía en dos ocasiones. Es muy amigo de dos de los puntuales del presidente, que le han avalado para el cargo: Carmen Calvo y Alfonso Gómez de Celis. Sin embargo, su nombre se hizo conocido para el resto del país cuando se atrevió a disputar a Susana Díaz las primarias por liderar el PSOE andaluz en 2013 y sustituir a José Antonio Griñán. Planas se convirtió en el primer cadáver político de la apisonadora orgánica que la andaluza empleó en su intento por escalar la cima socialista.

Casado y padre de dos hijos, se autodefine como una persona “educada pero poco blanda en la negociación”. Valenciano de nacimiento y andaluz de adopción, le apasiona el arte contemporáneo, la lectura (especialmente Juan Marsé) y los viajes. Quienes le conocen alaban su discreción y su actitud siempre correcta y cordial, con la mano tendida incluso a los políticos de la derecha. Para el aparato socialista andaluz, Planas no es una persona con “cultura de partido”. Es decir, que aunque ha sido secretario general del PSOE de Córdoba y lleva militando más de tres décadas, no es visto como alguien que ha centrado su vida en hacer carrera dentro de las agrupaciones del partido. Antes al contrario.

Planas se ha bregado como nadie en responsabilidades institucionales en España y en Europa, lo que le permite hablar con fluidez inglés, francés y portugués. El nuevo responsable de Agricultura es licenciado en Derecho e inspector de Trabajo. Obtuvo un escaño en las Cortes Generales y fue uno de los primeros diputados que se sentó en la Cámara comunitaria allá por 1986 cuando España se incorporó a la UE.  En 1993 Manuel Chaves lo llamó a su lado para hacerse cargo de la Consejería de Agricultura, y  al año siguiente daría el salto a la consejería de Presidencia, en la que se mantuvo en los años más duros para el ejecutivo socialista, la época de la pinza entre PP e IU (1994-1996).

Embajador en Marruecos y en la UE

Terminada su primera etapa andaluza en 1996, poco después dio el salto a Bruselas para convertirse en el jefe de gabinete de los comisarios Manuel Marín primero y Pedro Solbes después. En 2004 el presidente José Luis Rodríguez Zapatero dio otro giro a su carrera al nombrarlo embajador en Marruecos, donde se mantendría seis años antes de convertirse en embajador de España ante la UE. Tras la victoria del PP en las generales de 2011, regresó a su plaza de inspector de Trabajo hasta que Griñán lo rescató de nuevo como consejero de Agricultura en su ejecutivo.

Es precisamente desde ese puesto donde intentó disputar el liderazgo socialista en la región a Díaz en 2013, como Gómez de Celis –uno de los hombres fuertes de Sánchez- como jefe de comunicación. En aquella contienda Planas ni siquiera logró pasar a la segunda fase, y quedó literalmente enterrado en avales. Ni siquiera hubo votación en las urnas ante unas primarias en la que su candidatura llegó a ser vista por algunos como un intento de legitimar la victoria de Díaz. “No se hubiera prestado jamás a eso, ni por currículo ni por trayectoria política”, llegaron a decir desde su entorno. Fracasado su intento, no quiso formar parte del nuevo ejecutivo y regresó a Bruselas, donde este europeista convencido fue elegido como secretario general del Consejo Económico y Social de la UE, cargo que finalizaba el próximo año.