Los incendios verbales de Turull

El ahora candidato de JxCat defendió a Oriol Pujol y Daniel Osàcar y tuvo que rebatir críticas por la pinza CiU-PPC

TURULL

TURULL / periodico

Rafa Julve

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"Aquí hemos venido a construir un Estado, no a gesticular", espetó Jordi Turull a la CUP a finales de marzo del 2016. El entonces presidente del grupo parlamentario de JxSí replicó así­ a los anticapitalistas por haber presentado una nueva moción que llamaba a desobedecer al Tribunal Constitucional. Este jueves son los cuperos quienes tienen que responder sobre él. Porque si Carles Puigdemont y Toní Comín no renuncian al escaño, Turull solo podrá alzarse con la presidencia de la Generalitat con el voto favorable de los cuatro diputados, que para ello deberán tragarse el aluvión de críticas que ha dedicado a lo largo ­­de los años a este independentista y converg­ente de ‘soca-rel’ a quien la hemeroteca puede meter en más de un charco.

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Aunque hace 30 años ya era concejal en Parets del Vallès, Turull empezó a tener visibilidad como azote del tripartito en el Parlament. Especial protagonismo cobró en el 2010 como representante de CiU en la comisión de investigación sobre el incendio de Horta de Sant Joan, en el que murieron cinco bomberos. Agrias e incisivas fueron sus intervenciones en aquellos trabajos, en los que tuvo más de un encontronazo con varios mandos del cuerpo de extinción, que acusaron a los nacionalistas de utilizar el dramático fuego de Els Ports con fines meramente partidistas habida cuenta que faltaban pocos meses para las elecciones al Parlament previstas para noviembre de aquel año­­.

Finalmente, aquellos comicios los ganó CiU, Artur Mas se convirtió en ‘president’ y Turull fue ascendido a portavoz del grupo parlamentario nacionalista, cargo que en la legislatura anterior había ocupado Oriol Pujol, por quien también acabó metido en un atolladero, cuanto menos, dialéctico. Aunque antes cabe recordar otro episodio significativo:

15 de febrero del 2012, pleno del Parlament. Un día antes, CiU y el PPC habían ratificado su sociedad para sacar adelante los presupuestos de la Generalitat y en la Cámara se votaba además la modificación de una ley audiovisual. ERC, sabedora de que había diputados de CiU contrarios a las directrices de la cúpula, pidió que se votara en secreto, a lo que Turull respondió: "En esta Cámara la votación secreta es tradicionalmente cuando se vota o se hace referencia a personas, no a artículos […]. La votación valiente es aquella que no es secreta"… Cinco años y medio después, el pasado 27-O, el bloque independentista, con Turull en calidad de diputado y ‘conseller’ de Presidència, decidía votar en secreto la DUI, después calificada de "simbólica" ante los jueces; una mera gesticulación, vamos.

En el 2012, como socio del PPC, defendió que "la votación valiente es aquella que no es secreta". En el 2017 votó en secreto la DUI

No pocas veces tuvo que salir al paso el dirigente nacionalista de las críticas a Convergència por pactar con el PPC. Y más aún cuando Oriol Pujol, acorralado por el ‘caso ITV’, dimitió como líder del grupo parlamentario de CiU y el se quedó con el puesto, en abril del 2013. "Estoy convencido de la honestidad de Oriol Pujol y de que le retirarán la imputación, porque fue claro y convincente salvo para aquellos que quieren insistir en relatos delirantes", le defendió un año después tras acompañarle a declarar ante el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya.

De aquel paseo hacia el juzgado con el hijo del 'expresident' quedan documentos gráficos que flaco favor le hacen al diputado de JxCat, que por aquellos tiempos también quiso ‘fer costat’ en los tribunales al extesorero de CDC Daniel Osàcarcondenado el pasado mes de enero a cuatro años y cinco meses de cárcel en la misma sentencia que obliga a Convergència a pagar 6,6 millones de euros por el cobro de mordidas a cambio de la concesión de obras públicas.

Erigido en escudero de CDC contra las acusaciones de corrupción y especializado en poner el ventilador del "y tú más", en julio del 2013, en una comparecencia de Mas en el Parlament a raíz del 'caso Palau', Turull subrayó que "Osàcar no es el señor [Luis] Bárcenas" y dijo ser "testigo de la honestidad" del extesorero. "El tiempo cada vez nos da la razón. Siempre que se ha acusado a Convergència, ha acabado en nada", sentenció. En el fallo del caso, aunque a él no se le atribuye delito alguno, su nombre aparece como uno de los miembros de la mesa de contratación que otorgó a Ferrovial la construcción de un pabellón deportivo en Sant Cugat en el 2002. Por aquel entonces todavía gobernaba Catalunya Jordi Pujol, de quien Turull siempre fue fiel admirador aunque tuviera que afearle su fraude a Hacienda. "Estamos dolidos y no aprobamos los hechos del comunicado [de confesión], pero reconocemos lo mucho y mucho que Pujol ha hecho por Catalunya durante su vida", fue su reacción después de que prendiera la mecha del escándalo.