EL ÓRDAGO INDEPENDENTISTA

Comités de Defensa de la República (CDR), los 'soviets' de la 'revolució dels somriures'

Existen más de 172 CDR en toda Catalunya y se caracterizan por la acción asamblearia, directa y descentralizada

Cortes de tráfico en la N-340, a la altura de Les Cases d'Alcanar, este lunes.

Cortes de tráfico en la N-340, a la altura de Les Cases d'Alcanar, este lunes. / periodico

Gabriel Ubieto

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Nacieron como Comitès de Defensa del Referéndum y ahora se conocen como Comitès de Defensa de la República, con un claro guiño, como mínimo lingüístico, a los Comités de Defensa de la Revolución Cubana. Los CDR son asambleas ciudadanas que se extienden por todo el territorio catalán con el objetivo de "defender la República de forma pacífica, pero contundente", según se definen en el comunicado que emitieron tras la reunión del pasado 4 de noviembre, donde daban por cerrada su estructura organizativa.

Los CDR comenzaron a coger forma en las semanas previas al 1 de octubre, aunque de forma mucho más intensa tras la intervención de la Guardia Civil en la Conselleria de Economia del 20 de septiembre. Surgen de forma absolutamente descentralizada, de la reunión, más o menos orquestada dependiendo de cada territorio, entre vecinos que no siempre tenían experiencias previas de activismo político. En la asamblea de Manlleu se confirmaron un total de 172.

"Aquí todo comienza con una reunión convocada por ArranEndavant, las Joventuts d’Esquerra (JERC) y el Jovent Mataroní a la que se acercó gente que no había militado antes en otros espacios políticos, como yo", explica Anna Francesch, una de las portavoces del CDR de Mataró. Si bien la CUP -Arran y Endavant pertenecen a su entorno- ha tenido un papel protagonista en algunos sitios y el asamblearismo local es uno de sus espacios históricos, los CDR no son un mero apéndice de esta formación.

"Sinceramente, la respuesta de la gente el 1 de octubre nos sorprendió mucho. Esa potente movilización nos ha permitido continuar canalizando, como CDR, toda esa voluntad de participación política que tiene la ciudadanía", cuenta Emma Rojas, portavoz de uno de los comités de Manresa.

La espontaneidad queda atrás

La "intensidad política" de las últimas semanas es algo en lo que coinciden todos. Para ello, y una vez celebrado el referéndum unilateral, "la estructura de los CDR pasó de la espontaneidad a una mayor formalización", explica Alba Cano, portavoz del CDR del barrio de Cap-pont de Lleida. Todos mantienen asambleas abiertas a todo el mundo, pero ahora cada comité tiene uno o más portavoces, que rotan cada cierto tiempo, el que marque la misma asamblea; sus encargados de redes sociales -Twitter, Whatsapp y Telegram son sus canales habituales-, y sus coordinadores. Los niveles en los que operan estos últimos son el barrio, la ciudad, el territorio, que incluye diferentes comarcas, y la coordinadora nacional, constituida el pasado día 4 en la asamblea de Manlleu.

"Nuestro papel ahora debe ser el de trabajar para que la gente no deje de percibir la intensidad con la que el Estado español nos está reprimiendo. A través de nuestras acciones hemos de evitar caer en normalizar que tenemos a ocho 'consellers' y 'los Jordis' en prisión", afirma Rojas. "No podemos quedarnos en el simbolismo de los lazos amarillos, debemos ir más allá", coincide el portavoz en Lleida, donde el domingo pasado sacaron a 5.000 personas a la calle por "la libertad de los presos".

Cortes de carreteras

Otras de las acciones son los repetidos cortes de carreteras llevados a cabo por todo el territorio durante las pasadas semanas y los de este miércoles 8 de noviembre que, con motivo de la huelga general en Catalunya, han colapsado carreteras y trenes.

Este pasado lunes, en el corte realizado en la Ronda del Mig de Barcelona, se estrenó Jordi, un joven que por primera vez se acercó al CDR de su barrio, Vallcarca. "No estoy conforme con la lógica de arriba a abajo que algunos quieren imponer", explica. En el mismo corte también participó María, jubilada y que participa en el CDR de Gràcia. "Estamos viviendo un 15-M a la catalana", afirma.