El PDC desautoriza a Campuzano y fija el referéndum como línea roja en Madrid

La coordinadora general del PDC, Marta Pascal, el 25 de julio.

La coordinadora general del PDC, Marta Pascal, el 25 de julio.

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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Prietas las filas. La nueva Convergència no quiere saber nada de la vieja Convergència negociadora. Y por ello la cúpula del PDC (nombre provisional hasta que logre, o no, cambiarse a Partit Demòcrata Europeu de Catalunya) ha salido en tromba a desautorizar las palabras de su diputado Carles Campuzano, quien en una entrevista a EL PERIÓDICO ha asegurado que hay margen para negociar con el PSOE buscando un punto de encuentro entre el referéndum y el rechazo socialista al mismo.

"Hay una línea roja muy clara, que es que se celebre un referéndum con una pregunta clara sobre la independencia, con una respuesta de 'sí' o 'no'. Es el límite para ponernos a hablar, no hay ningún matiz ni segunda interpretación", ha afirmado en rueda de prensa la coordinadora general del partido, Marta Pascal, que ha querido ser especialmente contundente al insistir en que no estarán "en ninguna mesa donde antes no esté resuelto el tema del referéndum". "Hay una línea roja, una previa, que se ha de entender que en una democracia se ha de poder votar", ha añadido.

TEMA TABÚ

Hasta las declaraciones de Campuzano y la reflexión en voz alta del propio jefe de filas del PDC en el Congreso, Francesc Homsabriendo la puerta a una negociación aun sin referéndum, esta cuestión permanecía silenciada en el partido. La tesis oficial era que no había nada que hacer sin consulta. Pero como explicaba Homs este martes y también subraya Campuzano, existe una prioridad muy potente: echar al PP del poder. Y en este sentido se había especulado con una abstención de los posconvergentes.

Sucede, sin embargo, que la nueva dirección del partido -que se estrenó teniendo que explicar el apoyo de Homs al PP en la votación de la Mesa del Congreso a cambio de lograr grupo parlamentario, algo que al final el PP no le facilitó- tiene especial interés en aparecer como abanderada de una nueva etapa distinta al pactismo y la transacción del pujolismo y de los primeros años de Artur Mas.

Además, el PDC ya tiene suficientes frentes abiertos -próximas elecciones internas en sus territorios, necesidad de sumar más militantes a los 10.000 actuales, que se quedan 4.000 por debajo de la antigua CDC- como para tener una vía de agua en su afan por aparecer tan independentista como el que más. Como ERC, que no quiere ni oír hablar de una abstención con el PSOE a cambio de repensar la condición de que se acepte un referéndum por parte socialista.

LA POLÉMICA DEL NOMBRE

Y otro caballo de batalla del PDC es la nueva polémica sobre su nombre, cuya última propuesta es Partit Demòcrata Europeu de Catalunya (PDECAT). "Estamos esperando a que el ministerio responda. No hay confusión en nada, pero no entraremos en ninguna dialéctica con ninguna otra formación. Es el registro de partidos el que debe hacer su trabajo sin contenido político y esperamos que nos dejen de una vez por todas dar cauce legal a nuestra organización", ha respondido la líder convergente a Ernest Maragall, quien recordó que su hermano, el 'expresident' Pasqual Maragall ya registró el Partit Català d'Europa. Con todo, en las últimas horas, el eurodiputado de ERC ha suavizado su oposición y se muestra abierto a aceptar el nombre del PDECAT siempre que no genere confusión.