La lacra de la corrupción

Bustos sostiene que la FMC pagó legalmente los relojes que regaló

Manuel Bustos, ayer a su llegada a los juzgados de Sabadell.

Manuel Bustos, ayer a su llegada a los juzgados de Sabadell.

ALBERT SEGURA
SABADELL

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Ni se obró con mala fe ni se malversaron fondos públicos. Esta es la tesis que el expresidente de la Federació de Municipis de Catalunya (FMC) y exalcalde de Sabadell, Manuel Bustos, mantiene ante la acusación de la jueza que instruye el caso Mercuri de presunta corrupción y tráfico de influencias. Aun así, el exlíder municipalista se negó a declarar, al contrario que en otras ocasiones, al considerar que la magistrada no es competente en el caso.

El exalcalde, el exsecretario de la FMC Adolf Moreno y el contable de la entidad están acusados de gastar de manera opaca 14.060 euros en relojes que se regalaron a 70 políticos de la cúpula de la federación que en el 2011 dejaron el cargo. En total, la suma asciende a casi 200 euros por persona, un dinero que, según la fiscalía, habría salido de las partidas destinadas a formación, mientras que la defensa asegura que corresponde al capítulo de publicidad y propaganda. Fuentes de la defensa sostienen que ambas partidas cuelgan de un mismo concepto, por lo que consideran que se trata de «un nuevo y claro error de interpretación».

Con el rostro visiblemente serio, Bustos llegó a los juzgados de Sabadell acompañado por el actual concejal de Sostenibilidad del ayuntamiento vallesano, Lluís Monge, quien ayer también actuó como portavoz del exalcalde. «En ningún caso se utilizaron fondos para formación, y es evidente que él [Bustos] no fue en ningún caso a comprar o elegir los relojes, porque ese tipo de acciones corresponden a los servicios técnicos», señaló Monge, que defendió que ese tipo de regalos son habituales y que no se trataba de objetos que se pudieran considerar de lujo.

UNA CUENTA DE BARCELONA / El exsecretario de la FMC Adolf Moreno siguió los pasos de Bustos y también se acogió al derecho de no declarar. El argumento que esgrimen ambos es que los importes de los regalos se abonaron a una cuenta de Barcelona y que por ese motivo la competencia recae sobre la Audiencia de Barcelona y no el juzgado de Sabadell.

Quien sí que accedió a hablar con la jueza fue el contable de la federación, con 30 años de experiencia en el ente municipalista. Según fuentes de la defensa, el empleado justificó que el procedimiento se había seguido tal y como está marcado por la legislación, atribuyendo los importes a la partida correcta.