El futuro del autogobierno

Cospedal enerva a la Generalitat al tachar a Montilla de «fascista»

NEUS TOMÀS / BARCELONA
GEMMA ROBLES / MADRID

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la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, encendió ayer la mecha que tan bien prende en el resto de España (ella se presenta como candidata en Castilla La Mancha), pero que en Catalunya sitúa a los populares en el extrarradio del centro político. A pesar de que Mariano Rajoy, tras la sentencia del Estatut, parecía dispuesto a pasar página, ayer su número dos recuperó el discurso más agresivo al calificar de «muy fascista» al presidente de la Generalitat, José Montilla. Fue tal la que se montó que unas horas después el PP se vio obligado a emitir un comunicado en el que precisó que Cospedal no quería insultar alpresident,sino que pretendía criticar la actitud de Montilla por querer, en su opinión, reeditar el pacto del Tinell. Pero el jefe del Govern no se dio por satisfecho y contraatacó con otro comunicado en el que, tras negar cualquier intención de excluir al PP, subrayó el «reiterado recurso» de este partido a agitar el «anticatalanismo» y reclamó a Cospedal que se abstuviese de «tergiversar» las palabras delpresident.

Como en los mejores momentos de la tramitación del Estatut, los ataques del PP fueron recibidos por el tripartito con grandes muestras de indignación. Montilla encargó alconsellerde Política Territorial, Joaquim Nadal, que abroncase a la dirigente popular con toda contundencia. Y Nadal no se cortó: «Cospedal ha traspasado una frontera intraspasable, seguramente por la excesiva familiaridad con la palabra [fascismo]».

El titular de Obres Públiques recordó que si hay sentencia es porque los populares recurrieron el Estatut y por lo tanto el «gran culpable» de la actual tensión es precisamente el PP. «Se excluyen ellos solos de la política catalana», concluyó elconseller.

MÁS LEÑA / Que los ataques del PP son también munición para el PSC está demostrado electoralmente. Por eso ayer, por si la respuesta de Nadal no había sido suficiente, compareció la vicepresidenta socialista, Manuela de Madre, para reprochar a Cospedal que sea miembro del «partido de los ministros de Franco». Y ya puestos, el líder de Esquerra, Joan Puigcercós, directamente acusó a la dirgente popular de estar ejerciendo de «franquista».

Evidentemente, esta retahíla de reproches dialécticos dirigidos a los conservadores perjudican, fundamentalmente, a la candidata del PP en Catalunya, Alicia Sánchez-Camacho, quien ayer mantuvo una conversación telefónica con Cospedal para aclarar este asunto, según fuentes populares. La dirigente catalana había sellado hace días un pacto con el líder del partido, Mariano Rajoy, en torno a la estrategia a seguir frente a la sentencia del Estatut: el plan era subrayar que se acataba la decisión del TC; intentar no provocar ni aceptar provocaciones y cerrar página cuanto antes, a fin de devolver, «cuanto antes», el foco informativo a asuntos económicos. Pero ayer Cospedal se saltó a la torera ese pacto. Y Sánchez-Camacho tuvo que pedirle una rectificación pública.

Cospedal rectificó; utilizó la manida técnica del «he sido malinterpretada» e, incluso, se excusó con Montilla. Pero eso no evitó que le llovieran las críticas. Como le ocurrió a su antecesor en el cargo, Ángel Acebes, cuando aprovechó una visita a Catalunya para advertir de que, con el Estatut, «se rompía España».