Opinión | Política catalana

Marçal Sintes

Marçal Sintes

Periodista. Profesor de Blanquerna-Comunicació (URL).

La funesta historia de C’s

Hoy los restos de Ciutadans tratan de colocarse donde pueden. Es el caso, por ejemplo, del catalán Juan Carlos Girauta.

El exlíder de Ciudadanos, Albert Rivera, y la entonces cabeza de lista de Ciutadans para las autonómicas de Catalunya 2015, Inés Arrimadas.

El exlíder de Ciudadanos, Albert Rivera, y la entonces cabeza de lista de Ciutadans para las autonómicas de Catalunya 2015, Inés Arrimadas.

La recuerdo bien a la pandilla del Foro Babel, el núcleo intelectual del que surgió el engendro que fue, todavía es, Ciutadans. Gente con un pasado de izquierdas o muy de izquierdas calada hasta los huesos de antipujolismo. Despreciaban a Jordi Pujol, al que llamaban ‘botiguer' o ‘banquero’. Habían interiorizado la idea, formalizada por Solé Tura, según la cual la Catalunya-nación es un arma de clase, una superestructura inventada para someter a los trabajadores.

El internacionalismo marxista mal digerido alimentaba la verborrea de los del Foro Babel, muchos inmerecidamente mimados por la industria cultural en español, que presumían de cosmopolismo y consideraban la catalanidad poco más que un atavismo rural.

Muchos eran, son, de familias bien y, varios, hijos de notorios franquistas catalanes. Se habían apuntado a partidos de izquierda en su juventud porque seguramente era lo que tocaba. También para intentar matar al padre, el propio padre al que -paradójicamente- reivindicarían freudianamente arremetiendo contra el catalán y contra Pujol. Un puñado firmó, coincidiendo con el nacimiento del Foro Babel, el manifiesto 'Llamamiento a la Cataluña federalista y de izquierdas'. Pero lo que les movía, como enseguida quedó demostrado, era el ardor anticatalán.

Su última esperanza, Pasqual Maragall, los acabó decepcionando y hasta cabreando infinitamente tras convertirse en presidente de la Generalitat. De toda esa hiel y de ese oscuro despecho brotaría diez años después, en el 2006, Ciutadans, el partido.

Al frente situaron a un exalumno de Francesc de Carreras, Albert Rivera, un joven vanidoso con facilidad de palabra. Exportaron el producto a Madrid con un notable éxito. ¿Se acuerdan? Luego vinieron los gritos y el histrionismo de Arrimadas en el Parlament cuando el auge del Procés.

Hoy los restos de Ciutadans tratan de colocarse donde pueden. Es el caso, por ejemplo, del catalán Juan Carlos Girauta, que, proveniente del PSC, había pasado por el PP antes de aterrizar en Ciutadans. Ahora se sube al carro de Vox.

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