Vudú en Waterloo camino de la repetición electoral

Salvador Illa sale en cabeza. Mejorando los resultados de 2021, frente a ERC y Puigdemont. Eso indica el sondeo electoral de GESOP para EL PERIÓDICO. En febrero de 2021 no acertó de pleno, pero fue el sondeo que más se acercó al resultado final. Pero la pregunta es: ¿con quién podría gobernar Illa? Con Junts se antoja difícil. Aunque los cuatro años en la Diputación de Barcelona fueron plácidos.

¿Con ERC? Los republicanos no le van tampoco a dar la Presidencia. A menos que Illa se comprometiera con un giro copernicano. Pero este PSC no es el de Maragall. Tampoco el de Montilla. Nadie ve a Illa soltándole a Sánchez aquello de ‘te queremos mucho Pedro pero queremos más a Catalunya'. Si Montilla fue un acérrimo defensor de la inmersión lingüística en las escuelas, Illa habla de un modelo trilingüe que nominalmente es lo mismo que decía Ciudadanos. Otrosí sería un pacto con Aragonès al frente. ¿Tripartito? Tras tumbar los presupuestos, los Comuns no están hoy por hoy en boga de nadie. Se han ido al rincón del que sólo podrán salir con la cabeza gacha.

Si sumara el independentismo (con la CUP) tampoco está nada claro que fuera viable. Puigdemont jamás dará sus votos a Aragonès. Ni a otro candidato de ERC. Su aversión a los republicanos ha llegado al punto que antes se queda en Bélgica. Por ahí lo tiene crudo ERC.

¿Y al revés? Los republicanos no olvidan que fue Puigdemont quien labró el desencuentro que llevó a la ruptura. Están mayormente hartos de su mesianismo. Pero si este, el Legítimo, se impusiera habría negociación. Puigdemont incluso ofrecería el abrazo del oso a Junqueras, invitándole a ser su segundo. Aunque lleva seis años haciéndole vudú en Waterloo.

¿Qué otras sumas son posibles? Con una rocambolesca votación como la que dio la alcaldía a Collboni no alcanza. Sería necesario el concurso de Vox. Y aún así -con lo esperpéntico ya de la propuesta- las sumas no está nada claro que llegaran a la mayoría absoluta.

Para más inri, queda la hipotética irrupción de Aliança Catalana de Sílvia Orriols, principal fuga de votos del puigdemontismo y segunda candidata preferida del electorado juntaire. Que por lo que dice y hace no parece ni por asomo dispuesta a dar sus votos ni a PSC ni a ERC. Pero tampoco, a priori, a Puigdemont, a quien ya hizo un set en Ripoll.

Hoy por hoy, si los datos de GESOP se asemejaran al resultado final, el escenario más probable es la repetición electoral. Lo que no ha ocurrido nunca en Catalunya, por mucho que en los últimos años haya ido de un tris. Tampoco hay que alarmarse en demasía. Eso ya le sucedió a Rajoy primero y luego a Pedro Sánchez. Y tampoco fue tan grave, no se rompió España. Más bien parece que se resquebrajan las costuras de la Patria, precisamente, porque no hay repetición electoral, como piden a gritos desde Felipe a la derecha pura y dura. Y es que España lleva rompiéndose, para algunos, desde la República, excepto durante el franquismo. Entonces si era una, España entera estaba unida bajo el sol que alumbraba al Caudillo ‘por la gracia de Dios’.

Y no nos olvidamos de Graupera. Con Ponsatí. Lo tiene complicado. Pero no imposible, tras el pulso librado en el seno de la ANC, donde el puigdemontismo se tuvo que arremangar para que no prosperara candidatura alguna.

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