Apunte

Benditos 55 y más o menos

Un mercado laboral que envejece no se puede permitir el vicio edadista de expulsar a quien ha cumplido 55 ó más ni hundir a los más jóvenes en la precariedad

Turistas y barceloneses disfrutan de la playa de la Barceloneta al inicio del verano

Turistas y barceloneses disfrutan de la playa de la Barceloneta al inicio del verano / Alejandro García

Rosa María Sánchez

Rosa María Sánchez

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Algo está pasando con la generación de los 'boomers' y ya se nota en el mercado laboral. Y mucho. Desde que empezó el siglo XXI, los trabajadores con una edad a partir de 55 años han doblado matemáticamente su peso sobre el total de la población ocupada. Ahora representa el 21% del total de 21,24 millones de ocupados de finales de 2023, según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA).

Desde 2002, el número total de trabajadores ocupados en España ha crecido en 4,7 millones. Pues bien, seis de cada 10 de estos nuevos ocupados se sitúan en la franja de 55 y más. El dato, sin duda, es una muestra aplastante del envejecimiento de la población. Al mismo tiempo que se ha duplicado el peso de los mayores de 55 años entre la población ocupada, se ha reducido a la mitad el de los menores de 30 años.

El predominio de los mayores de 55 entre los ocupados también refleja el alargamiento de la edad de jubilación tanto legal (de 65 a 67 años, de forma progresiva), como real (por la doble vía del palo para quien se prejubile y de la zanahoria, para quien se mantengan trabajando más allá de la edad legal de jubilación).

La realidad demográfica que imponen los 'baby boomers', no solo se traduce en su peso creciente entre la población ocupada. Sucede algo parecido si se observan las cifras del paro. Los de 55 y más representaban el 6% del total de trabajadores en paro a principios de 2002; ahora, el peso se ha triplicado, hasta rozar el 19%.

Pronto, un mercado laboral que envejece ya no se podrá permitir el vicio edadista de expulsar de los empleos a trabajadores por el simple hecho de tener 55 o más. Al mismo tiempo, las políticas activas frente al desempleo también deberán tener muy en cuenta el envejecimiento de la población que nutre los registros del paro. Y todo ello sin dejar de mimar a los ocupados más jóvenes, que son ahora muchos menos y más precarios: a finales de 2023 había 1,6 millones menos de trabajadores menores de 40 años que cuando empezaba el siglo.

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