Acceso a la vivienda
Agnès Marquès

Agnès Marquès

Periodista

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El club de la gente con el agua al cuello

¿Qué es vivir mejor? ¿Hacer algo que no te entusiasma, lejos de casa, pero que te da para vivir sin ahogos? La mayoría prefiere esta lucha contra todos los elementos

Por qué cuesta más esfuerzo económico alquilar en Badalona que en Barcelona

Los pisos subieron en 2023 cuatro puntos más, hasta el 10%, en las comunidades con más turismo

¿Vivir o invertir?: descubre las oportunidades inmobiliarias de Solvia para encontrar tu próxima vivienda

¿Vivir o invertir?: descubre las oportunidades inmobiliarias de Solvia para encontrar tu próxima vivienda

Claudia y Marina tienen veintiocho años, un buen trabajo y una habitación cada una en un piso compartido desde hace cinco años y medio. Por suerte son amigas, dicen, porque les es imposible plantearse otro escenario. Irse a vivir solas en Barcelona o cercanías les es imposible por los precios y planteárselo con la pareja, cuando tienen, es casi tirarse en medio del océano sin salvavidas: si la relación no funciona, vuelta a empezar

Sobre el papel, según nos instruyen los financieros, la vivienda no debería llevarse más del 35%, como máximo, de nuestros ingresos. Pero el papel ya no lo aguanta todo. Hagan números: imposible o muy arriesgado para la mayoría, y nada parece indicar que haya una solución para la generación de Claudia y Marina, quién sabe si para los que vendrán después y para los que, más mayores, se encuentran con las mismas dificultades. Como Màrius y Tere, que lo tienen más difícil: son nombres ficticios, pero es real que no se separan porque les es imposible empezar otra vez, buscar dos pisos con el suficiente espacio para las dos niñas, así que se aguantan por necesidad. Juntos viven bien (pero mal). Separados no llegan a fin de mes.

Los números son fríos, y sin tener en cuenta a las personas y el contexto económico indican una sola conclusión: a quien no le da para ahorrar y un poquito más para invertir a final de mes está viviendo por encima de sus posibilidades y debería cambiar algo. Bueno. Ese algo a muchos ni se nos aparece por la mente: cambiarlo todo. El lugar de residencia y eso a lo que te dedicas que está tan mal pagado. Volver a empezar para poder vivir mejor. Pero ¿qué es vivir mejor? ¿Hacer algo que no te entusiasma, lejos de casa, pero que te da para vivir sin ahogos? La mayoría prefiere esta lucha contra todos los elementos. Quizá sea porque la autopercepción histórica que tenemos no se corresponde con la estrechez a final de mes. El selecto y cada més grande club de la gente con el agua al cuello.

Suscríbete para seguir leyendo