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¿Las bolsas? Aplaudiendo con las orejas

En el ámbito económico, redoblan los tambores y los gobernantes venden su mercancía ante la perspectiva de que en 2024 todo irá mejor de lo previsto hace unos meses

Dos clientas comprando en una cadena del centro de Barcelona la semana del Black Friday

Dos clientas comprando en una cadena del centro de Barcelona la semana del Black Friday / JORDI OTIX

Martí Saballs Pons

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Vladímir Putin se jacta de que acabará ganando y derrotando a Ucrania. Israel arrasa Gaza en su guerra contra el terrorismo de Hamás. Maduro amenaza con invadir Guyana. Sigue la guerra civil en Yemen. Persisten endémicamente las luchas étnicas en distintos puntos del planeta. El terrorismo yihadista resurge y Afganistán, país del cual ya se ha olvidado la opinión publicada, sigue sufriendo. Los derechos de las mujeres continúan vapuleados en más de medio mundo, empezando por Irán y Arabia Saudí.

Buenas voluntades de la semana:

La Unión Europea se abre, al levantarse el veto de Hungría, a iniciar el proceso de adhesión de Ucrania y Moldavia. En Dubái, la reunión de la cumbre del clima, COP28, anuncia que se ha llegado a un acuerdo para iniciar "el principio del fin de los combustibles fósiles". Javier Milei, nuevo presidente de Argentina, ya ha sacado la motosierra y pide a sus ciudadanos meses de sufrimiento antes de iniciar la resurrección mesiánica de la patria. De estos deseos a largo plazo se puede vivir eternamente; de los intereses y los balances financieros a corto y medio plazo, no.

En el ámbito económico, redoblan los tambores y los gobernantes venden su mercancía ante la perspectiva de que en 2024 todo irá mejor de lo previsto hace unos meses. ¿Por qué? Empieza a avistarse, más en Estados Unidos que en Europa, que la inflación está bajo control y que el aumento de precios empezará a caer hasta la cifra mágica del 2% en el primer semestre. Los tipos de interés (4,5% en la zona euro) no subirán, incluso pueden bajar. El crédito se aliviará y el euríbor empezará a bajar. 

Desde el Banco Central Europeo (BCE) se pide contención hasta que el pez no se haya convertido en pescado. No sea que un exceso de aumentos salariales o, quién sabe, un nuevo 'shock' geopolítico altere el panorama. Ser cenizo está en el salario de los tecnócratas bancarios y economistas de Fráncfort. El tripartito que gobierna Alemania, locomotora europea, ha logrado sacar a trancas y barrancas un presupuesto para contener el déficit. En España, el techo de gasto roza los 200.000 millones a la espera de elaborar los Presupuestos del año entrante. ¿Reformas estructurales? ¿Control del déficit y de la deuda? Ya se verá. Como aún se ha de ver quién va a sustituir a Nadia Calviño en la cartera de Economía. 

Las bolsas celebran las buenas nuevas. Índices de Estados Unidos como el Dow Jones, el Dax alemán, el Cac francés baten sus récords históricos. En España, el Ibex 35 se ha vuelto a situar por encima de los 10.000 puntos, nivel que no veía desde antes de la pandemia. Las grandes empresas españolas, cuyo negocio mayoritariamente procede del exterior, batirán récords de beneficio.

A pie de calle, la cesta de la compra de Navidad y año nuevo batirá otros récords. La ilusión de que dentro de un año estaremos mejor, mucho mejor, es bienvenida, como la ilusión de que sacaremos el Gordo de la Lotería de Navidad y taparemos agujeros.

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