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Joan Tapia

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Presidente del Comité Editorial de EL PERIÓDICO.

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Odón Elorza y la amnistía

El antiguo alcalde de Donostia cree que lo importante será lo que diga la ley, pero que, como condición previa a la investidura y contra el primer partido del Estado, plantea problemas. Aunque pueda ayudar a la normalización

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Odón Elorza.

Odón Elorza. / EP

Odón Elorza fue alcalde socialista de Donostia desde el 91 a 2001. Me impactó aquella fotografía del entonces alcalde persiguiendo por la calle a un grupo de batasunos que intentaban quemar dos autobuses. Desde entonces, sigo con atención a Elorza, un político con ideas propias que apoyó a Pedro Sánchez y que ahora tiene dudas sobre la amnistía.

Dice que la amnistía puede reforzar la normalización política y que no es serio acusarla de inconstitucional, pero que el PSOE no la habría planteado ahora –ahí están declaraciones muy recientes del propio Sánchez– si no necesitara para la investidura a los siete diputados de Puigdemont. No hay duda de que la amnistía como gesto político del Estado habría servido para pasar página definitiva de un conflicto grave y doloroso. Pero la amnistía como condición (¿chantaje?) para la investidura genera problemas.

Elorza los plantea tras reconocer que la posición de Sánchez en el PSOE es muy mayoritaria. Y dice que lo importante no es tanto lo que digan Junts y ERC, sino la propia ley. Y por definición, y contra la propaganda contraria, no puede haber amnistía sin delitos previos. Pero decir –Sánchez lo confesó– que «es hacer de la necesidad virtud», puede convenir a la 'realpolitik', pero no refuerza la necesaria idea de pasar página. Y garantizar un Gobierno progresista (de Sánchez) no puede justificar que España siga dividida entre una izquierda y una derecha que se excluyen mutuamente. 

Vamos a tener –salvo sorpresa– amnistía, pero hacerlo contra el PP –que pese a sus rigideces es, guste o no, el primer partido del Estado– tiene riesgos porque la democracia no funcionará bien sin consensos mínimos de los dos grandes partidos. ¿Cómo renovar por fin el poder judicial? ¿Cómo reformar la financiación autonómica cuando el PP controla todas las comunidades autónomas salvo Catalunya, Euskadi, Asturias y Navarra? Y quizás se asegure la investidura, pero no la gobernabilidad porque, por ejemplo, las diferencias económicas entre Sumar y el PNV son abismales. 

Aunque haya amnistía e investidura, el futuro no parece nada fácil. Por eso es bueno que Elorza discuta y ponga pegas a lo que, dadas las circunstancias, sea quizás lo menos malo.

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