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Sergi Ametller

Sergi Ametller

Sergi Ametller, director de eólica marina de Sener y directivo de Parc Tramuntana

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La eólica marina en Catalunya: una cuestión pendiente

Si queremos que la transición energética sea realmente sostenible, los partidos políticos y nuestros gobernantes tienen que garantizar que se impulse la eólica marina

El fin del verano más caluroso ya tiene fecha

Catalunya desencalla el colapso de peticiones de proyectos de renovables

El desarrollo de la eólica marina aportará 9.581 millones al PIB español hasta 2030.

El desarrollo de la eólica marina aportará 9.581 millones al PIB español hasta 2030.

El verano que hemos dejado atrás ha sido el más caluroso del último siglo y medio, como apuntan el Servicio de Cambio Climático Copernicus (UE) y la World Meteorological Organization. La temperatura de la superficie del mar también ha batido récords: según el IcatMar, el Mediterráneo en Catalunya ha logrado, entre junio y agosto, una media de 25,5 grados, casi dos grados más que la media de los últimos 40 años.

El mundo científico no deja de advertirnos de los peores pronósticos del cambio climático, mientras aquí seguimos inmersos en un escenario poselectoral incierto, a la espera de la formación de un nuevo gobierno. El cambio climático, en cambio, no espera, y urge regular y acelerar la transición energética. Los registros récord de este verano subrayan la cruda realidad de una emergencia planetaria que no se para ante ciclos electorales ni agendas políticas.

Urge un marco regulador

Se calcula que España todavía tiene la oportunidad de ponerse al frente de un sector, el de las renovables, que aportaría más de 9.000 millones de euros al PIB entre 2025 y 2030. En Catalunya contamos con un extenso litoral y un gran potencial para las renovables, entre ellas la eólica marina. Tenemos una posición estratégica para hacer frente a esta amenaza global. Pero hace falta una dirección clara, firme y colectiva.

El despliegue de proyectos de eólica marina representa una necesidad inminente y, a la vez, una oportunidad clave. La aprobación de los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) por parte del Ministerio para la Transición Ecológica, el pasado mes de febrero, que sitúan al golfo de Roses como una de las únicas zonas de todo el Estado –la única en Catalunya- aptas para la eólica marina, supuso un gran paso adelante. También lo es el borrador de actualización del PNIEC, que prevé la instalación de 3GW de eólica marina en 2030.

En este escenario, la clave de todo radica en la creación de un marco regulador que establezca criterios claros para los futuros concursos públicos del sector. Porque, sin marco regulador, el despliegue de una tecnología absolutamente fundamental como la eólica marina no puede avanzar.

El territorio en el centro

Aquí no podemos subestimar la importancia de este marco regulador, que tiene que definir como se integrarán los intereses locales y las necesidades de los territorios que acogerán eólica marina, entre ellos el Empordà. Y es aquí donde tenemos la oportunidad única de reivindicar que se escuche la voz de la ciudadanía.

Si queremos que la transición energética sea realmente sostenible, los partidos políticos y nuestros gobernantes tienen que garantizar, en sus acuerdos y en sus iniciativas legislativas, que se impulse la eólica marina en un contexto donde la negociación y el pacto sean condición 'sine qua non'. Es la hora de construir puentes entre las aspiraciones ecológicas y las realidades cotidianas de los territorios y la ciudadanía que los conforman.

Las empresas promotoras de proyectos de eólica marina también jugamos un papel clave: es imprescindible que miremos más allá de los beneficios ambientales y económicos y colaboremos con todos los actores y comunidades próximas a estas infraestructuras, garanticemos la integración de nuestros proyectos y su retorno en el territorio. Hace falta diálogo permanente y voluntad de consenso.

Desencallar la situación

Nos encontramos en una fase decisiva, donde convergen política, sostenibilidad y convivencia, y donde la eólica marina se erige como una carta de progreso y desarrollo. La urgencia es innegable y, en este proceso de investidura y pacto, la transición energética y la eólica marina tendrían que ser un punto importante en las agendas de negociación y los acuerdos de investidura.

Tenemos una posición privilegiada para impulsar un sector diferencial como la eólica marina. Pero el tiempo no se para y la inacción supone pérdidas de oportunidades a todos los niveles. Hay que activarnos lo más pronto posible y que todos los agentes sociales, económicos, ambientales y políticos y rememos en la misma dirección: la de desarrollar la eólica marina de forma sostenible.