Investidura
Ernest Folch

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Editor y periodista

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SCC y ANC, decadencias paralelas

Es significativo que Societat Civil Catalana y la Asamblea, las dos cada día más radicalizadas, estén de acuerdo en su rechazo a la amnistía

Miles de personas se manifiestan en Barcelona contra la amnistía

La ANC exige "independencia o elecciones" y anuncia que concurrirá a las próximas catalanas

Manifestación de Societat Civil Catalana en Barcelona

Manifestación de Societat Civil Catalana en Barcelona / MANU MITRU

Societat Civil Catalana reunió a 50.000 personas en Barcelona, una cifra notable en términos absolutos, pero ridícula si se compara con las grandes movilizaciones del 'procés'. Incluso las manifestaciones constitucionalistas, siempre muy inferiores a las independentistas, llegaron a conseguir, en 2017, cifras que multiplicaban por diez la conseguida este domingo. Sin embargo, el problema más grave de SCC no son los números sino su progresivo aislamiento y radicalización: abandonada por el PSC, se ha visto obliga a importar efectivos de la derecha y extrema derecha madrileña, en un estrambótico desembarco simultáneo de Feijóo, Ayuso y Abascal, que impresiona en ciertos medios de Madrid pero deja indiferente al resto de la sociedad. Por mucho que cierta maquinaria mediática se esforzara en titular que la manifestación "desbordó" Barcelona, lo cierto es que solo será recordada como la primera procesión convocada contra algo (la amnistía) que todavía ni siquiera ha nacido. Por lo demás, es una expresión más del antisanchismo más feroz que, por supuesto, no cambiará nada ni mucho menos evitará ningún acuerdo.

En cambio, lo que sí evidencia la concentración del paseo de Gràcia es el declive de Societat Civil Catalana, que sin el PSC no puede ni refugiarse en el eufemismo del constitucionalismo, y ya sin caretas, ha tenido que entregarse al extremismo madrileño para esconder su escasa capacidad de movilización. Curiosamente, el pinchazo de SCC se produce pocas semanas después del fiasco de la Assemblea en el 11-S y en el 1-O, con cifras que dividen por diez o por quince las que conseguían la pasada década. Al igual que Societat Civil Catalana, la pérdida de convocatoria de la ANC es directamente proporcional a su pérdida de centralidad, y baja por una pendiente cada día más radical y alejada de los dos partidos soberanistas centrales. Del mismo modo que SCC demostró el domingo que no es nada más que otra plataforma para derogar el sanchismo, la ANC se ha ido convirtiendo en un instrumento para ir contra la Generalitat y el sistema de partidos políticos catalanes. Por supuesto, las dos organizaciones son perfectamente legítimas, pero quieran o no son cada día más minoritarias y más extremistas en Catalunya, y consecuentemente con menos capacidad de movilización. El destino ha querido que, en su viaje hacia la nada, SCC y la ANC, aparentemente tan contrapuestas, estén perfectamente de acuerdo en su rechazo a la amnistía. Quizás no sea casualidad que en su ocaso coincidan en algo tan importante, porque las dos organizaciones comparten un desconcierto similar respecto al estado en el que se encuentra el 'procés': ni quieren ni pueden entender que 2023 ya no tiene nada que ver con 2017, y en realidad son nostálgicas de un pasado reciente que ni siquiera exisitió: ni "ho teníem a tocar" ni la unidad de España era un asunto de vida o muerte para el grueso de la sociedad. Una de las muchas virtudes de la amnistía es que dejará sin relato y apartará definitivamente del centro del tablero a todos los actores que soñaban con sacar réditos instalados en la confrontación permanente.

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