Los retos de la ONU

¿Quién quiere gobernar el mundo?

Mientras muere el multilateralismo del siglo pasado, todo apunta a un desorden inevitable sin avances en los grandes retos colectivos como el clima, la salud, la pobreza y el desarrollo. Con la ONU irrelevante ¿Quién va a gobernar todo esto?

Los poderosos no deciden

Llegan los bárbaros

Asamblea General de Naciones Unidas

Asamblea General de Naciones Unidas / GOVERN D'ANDORRA

Rafael Vilasanjuan

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Se acabó. Un año más la Asamblea General de las Naciones Unidas ha terminado sin alcanzar acuerdos de calado y aún peor, sin grandes promesas, que es lo que hasta ahora mantenía cierta confianza en esta organización internacional para resolver algunos de los grandes retos colectivos. No hay agenda nueva y la que hay, aunque parezca fruto de acuerdos colectivos, nadie la asume como propia. La ONU no está acabada solo que está más cerca de ser un 'think tank' que de la ilusión de gestionar el orden mundial. 

Los intereses internacionales mutan a la velocidad del rayo, mientras la arquitectura para consensuar acuerdos colectivos se desploma. La agenda 2030 a medio recorrido solo ha conseguido cubrir un 15% de sus objetivos, la pobreza y desigualdad avanzan, las emisiones de carbono a la atmosfera siguen creciendo, no hay paz en Ucrania y en el Cáucaso se abre de nuevo un conflicto en Nagorno Karabaj, entre Armenia y Azerbaiyán, sin que nadie haga nada. La Asamblea General de la ONU debería ser el bálsamo para un mundo en desorden, pero los signos apuntan todo lo contrario y el poso que deja esta última asamblea es que los actores más relevantes en la esfera global se están buscando la vida cada uno por su cuenta. EE.UU. está abriendo una relación estratégica con la India del nacionalista y autoritario Narendra Modi, mientras intenta blanquear al príncipe saudí Bin Salman a cambio de que no no suba aún más el precio de la gasolina. Europa ya piensa en abrir la Unión a nuevos socios incluyendo a Ucrania y los Balcanes y China aprieta en África y Latinoamérica, para asegurarse no solo el suministro de materias primas sino también el consumo de sus productos en mercados emergentes. Todos quieren posicionarse y gobernarlo, pero mientras muere el multilateralismo del siglo pasado, todo apunta a un desorden inevitable sin avances en los grandes retos colectivos como el clima, la salud, la pobreza y el desarrollo. Con la ONU irrelevante ¿Quién va a gobernar todo esto?

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