Migraciones

Llegan los bárbaros

Von der Leyen visita Lampedusa invitada por Meloni

Von der Leyen visita Lampedusa invitada por Meloni / COMISIÓN EUROPEA / ACN

Rafael Vilasanjuan

Rafael Vilasanjuan

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Confirmado, el discurso salvaje de la extrema derecha europea contra los migrantes no tiene respuesta mágica para frenar el problema. Giorgia Meloni se aupó al Gobierno de Italia con promesas de acabar los desembarcos, pero la realidad le desborda. Durante su corto mandato el número de inmigrantes que entran por sus costas se ha duplicado. El problema no son solo las llegadas, Berlín hostigado también por los discursos del caos xenófobo, ha suspendido la acogida voluntaria de solicitantes de asilo procedentes de Italia. La tensión migratoria ilegal crece también en Alemania con entradas por las fronteras de Chequia y Polonia. Solo la costa española permanece relativamente tranquila gracias a la nueva relación de 'amistad' con Marruecos. Pero la tendencia es a un aumento de llegadas y la mayoría lo van a seguir haciendo por la ruta central del Mediterráneo, es decir por Italia, por peligrosa que sea.

No hace falta repetir las razones que llevan los migrantes africanos en su mochila, pero a las de siempre se añade el calentamiento global. Precisamente en la semana donde la Asamblea General de Naciones Unidas abre la temporada de debates sobre el clima, Libia ha venido a recordar el potencial de lo que está ocurriendo en aquellos países donde la violencia y la corrupción, en algunos casos incluso financiada con dinero europeo, se juntan con los efectos del calentamiento. No es exclusivo de Libia, en buena parte del Sahel la inestabilidad, los golpes de Estado y la falta de agua también están expulsado a millones de personas y en Somalia, la situación de sequía es aún peor. El desplazamiento en África está en ebullición. El problema de Europa es que, aunque los necesitamos, nadie puede entrar de manera legal. Es increíble que la UE no tenga una política de permisos de inmigración en origen y contratos legales en destino. Visto que tratarlos como bárbaros no funciona para frenar entradas, tal vez tratarlos como personas permita pasar de tener un problema a gestionar una oportunidad.

Suscríbete para seguir leyendo