Educación
Elena Sintes

Elena Sintes

Jefa de proyectos de la Fundació Jaume Bofill

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¿Líderes en abandono escolar, hasta cuándo?

Catalunya va a la cabeza de España y Europa en número de jóvenes poco cualificados y sin estudios postobligatorios

Estudiantes de bachillerato que están estudiando la selectividad

Estudiantes de bachillerato que están estudiando la selectividad / Ricard Cugat

Que, año tras año, casi uno de cada cinco jóvenes deje los estudios de forma temprana sitúa a Catalunya a la cabeza de Europa y de España en cuanto a jóvenes poco cualificados y sin estudios posobligatorios. Un liderazgo que genera precariedad y vulnerabilidad social a lo largo de la vida, tal y como acaba de alertar también la OCDE en el informe 'Education at a Glance 2023'. Sin duda, es una de las grandes asignaturas pendientes del sistema educativo catalán. ¿Hasta cuándo?

El pasado junio, el Parlament de Catalunya reclamó, con un amplio consenso político, un plan de choque a desplegar este mismo curso para reducir progresivamente el abandono del 16,9% actual hasta el objetivo del 9% fijado por la Comisión Europea. En definitiva, instó al Govern a situar el reto como una prioridad política, igual que lo han hecho muchos países de la OCDE y de la Unión Europea, para no quedar cada vez más atrasados.

Hay muchas razones por las cuales los jóvenes abandonan de forma temprana la formación. Entre ellas, un mercado de trabajo que atrae jóvenes sin cualificación para hacer trabajos precarios. Pero algunas causas residen en el propio sistema educativo. La falta de mecanismos de identificación de los chicos y chicas con más riesgo de abandonar; la inexistencia de una política de ayudas para que ningún joven deje de estudiar por motivos económicos; la insuficiente orientación y acompañamiento en la transición desde ESO hasta el final del bachillerato o los ciclos formativos, o que aún no exista una oferta postobligatoria suficientemente amplia y muy planificada para asegurar plazas adecuadas para todo el alumnado son condiciones que dificultan la consolidación de trayectorias educativas de éxito, sobre todo del alumnado en situación de vulnerabilidad social y educativa.

Solo en 2020, casi 10.000 jóvenes no transitaron hacia la educación posobligatoria después de haber cursado cuarto de ESO. Es decir, ni siquiera llegaron a matricularse en bachillerato o ciclos formativos. Un problema que todavía es más grave en aquellos centros que concentran más alumnado socialmente vulnerable y donde hay menos referentes y ejemplos de continuidad educativa. De hecho, el 50% del alumnado que abandona al acabar cuarto se encuentra escolarizado en el 25% de los centros educativos.

Los datos muestran que efectivamente las soluciones están en manos del Departament d'Educació, puesto que el grueso del abandono se produce al acabar ESO. Por lo tanto, es responsabilidad de la administración educativa dotar al sistema, a los centros educativos y al profesorado de los recursos necesarios para evitar que miles de alumnos se vean empujados a dejar los estudios. Es imprescindible que el Govern active las medidas necesarias para garantizar que estos jóvenes no abandonen cuando todavía están en el sistema educativo.

Que el país afronte con ambición, por fin, el objetivo colectivo de reducir a la mitad el abandono escolar los próximos años supone un giro radical. Está en juego la mejora de las oportunidades vitales y laborales de miles de chicos y chicas.