GOLPE FRANCO

La era de las reivindicaciones por Juan Cruz

Barcelona 16.09.2023. Deportes. Joao Félix se anticipa a Bellerín durante el partido de liga entre el FC Barcelona (Barça) y el Betis. Fotografía de Jordi Cotrina

Barcelona 16.09.2023. Deportes. Joao Félix se anticipa a Bellerín durante el partido de liga entre el FC Barcelona (Barça) y el Betis. Fotografía de Jordi Cotrina / JORDI COTRINA

Juan Cruz

Juan Cruz

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Esta semana le dieron un premio al entrenador del Barcelona. Con el sentido del humor que seguramente ha heredado de su padre, Xavi Hernández habló del hecho como de una broma del destino, pues los medios, por ejemplo, no le han dado tregua. Ni los medios ni los árbitros, que lo han hecho dormir fuera de su sitio, y lo amenazan siempre con demediar sus partidos, hasta que él, cansado de tanto desdén por la facultad que tiene el hombre por indignarse, se insolentó con un ayudante que lo denunció al justiciero. Y fue a esa cárcel rara que tienen los entrenadores: pasarse dos o tres partidos en las tinieblas exteriores.

Anoche la vida le dio varias recompensas, algunas protagonizadas por futbolistas nuevos, y otras debidas a su propia manera de mantener la moral del equipo hasta cuando lo ponen a caer de un burro. En efecto, este Barça al que él ha dado estímulo, calidad y esperanza renació gracias a su condición de entrenador serio, implicado en la combinación sabia de las edades, y ahora el equipo recibe hasta elogios de los que antes, desde la simpatía que les queda hacia el equipo que fue de Kubala, han de reconocer que los mimbres no estaban rotos.

Todos a una, pero todos con todos

Reivindicado el entrenador, hacía falta comprobar que el futuro iba a ser tan bueno como la esperanza. Y anoche eso sucedió; lentamente primero, luego con una capacidad enorme de golear, el Barça reivindicó su memoria de la calidad del juego tal como lo concibe el entrenador: todos a una, pero todos con todos. 

El juego fue formidable, los goles resultaron de buena factura, bien hechos, la acción colectiva empezó en Ter Stegen, que pudo haber recibido un golpe y se impuso con su calidad ya legendaria, y prosiguió en Joao Félix I el Inesperado

Este muchacho que había sido expulsado a las tinieblas exteriores por el entrenador del Atlético de Madrid se empeñó en ser ahora el mejor de los once; no lo fue, hubo otros, pero no hubo un momento en que no tuviera la tentación de ser mejor, mucho mejor, que su (mala) fama. Generoso y sutil, un futbolista memorable, que lo vea así quien lo desperdició será imposible, pero ayer dejó en extraño ridículo al imperioso entrenador que tuvo.

La falta de Ferran

Su reivindicación es, seguramente, un gran gozo para él, y se vio que su cara habitualmente rota de decepción en su etapa inmediatamente anterior parecía la lozana expresión de un muchacho que sale con ventaja de su nueva puesta a prueba. Ferran Torres se ocupó de seguir en la goleada a un veterano que se alegra de lo que hacen bien los otros, pues Lewandovski señaló otra vez su número de calidad y culminó una de esas jugadas que el Barça organizó como si estuvieran Iniesta y Xavi inspirando lo que sucediera en esta etapa del equipo que ahora entrena el segundo.

El gol de Ferrán fue de una inteligencia barroca formidable: quiso el balón para disparar una falta; hizo lo más difícil, que es rodear la tupida barrera de los defensas béticos, y su disparo se metió en la puerta contraria como si fuera un mensaje que él amplificó dirigiéndose al cielo que ya tenía prometido desde que triunfó el otro día con la selección a la que pertenece.

Luego vino al campo el que más podía temer el advenimiento del joven portugués. El brasileño Raphinha no sólo marcó un gol de factura insólita, pero habitual en él, para superar la mala suerte que lo ha acompañado hasta ahora en LaLiga, sino que además estuvo a punto de superar la marca con la que pudo haber terminado el partido si no se hubiera producido la coincidencia astral de esta serie de reivindicaciones. Pues Cancelo acabó apelando a la gloria del estadio con un gol que lo estrena en un equipo que parecía la cenicienta y que ahora se presenta como un aspirante real a todo.

Gracias, claro, a Xavi Hernández, sin cuya batuta esta música no se hubiera escuchado de nuevo en las botas del Barça. Fui feliz viendo el partido, como si entrara en la geografía de un tiempo lejano en el que el conjunto no iba tan bien pero siempre había un salvador. Ahora no hay tan solo salvadores, sino entrenador y muchos futbolistas decisivos. Y eso el barcelonista lo tiene que recibir como un regalo que da el tiempo cuando esperas mordiéndote el corazón y las uñas