Investidura

Tantas lunas, tantos dedos

Sánchez quiere evitar la repetición electoral para seguir en La Moncloa con sus políticas conocidas y afinando mucho más su tormentosa relación con Sumar y Unidas Podemos

El presidente del PNV y del Euzkadi Buru Batzaren (EBB), Andoni Ortuzar, interviene en la celebración del Aberri Eguna

El presidente del PNV y del Euzkadi Buru Batzaren (EBB), Andoni Ortuzar, interviene en la celebración del Aberri Eguna / EUROPAPRESS

Jordi Mercader

Jordi Mercader

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El sabio Carles Puigdemont quiere hacernos creer que lo que está en juego en las negociaciones para investir a Pedro Sánchez es la luna soberanista, un “conflicto político muy serio y profundo”, y que hay que andarse con cuidado con los tontos, los que solo ven el dedo de las prisas y las sobreactuaciones de una coyuntura concreta. Así pues, sería de necios creer que lo que hay en juego es la reedición del gobierno de progreso o la convocatoria de nuevas elecciones para ofrecer otra oportunidad al PP y a Vox de ganar el gobierno de España. 

José Miguel Contreras escribió en el 'Diario Vasco' sobre el famoso proverbio trasladado a la comunicación política: cuando un político señala la luna, hay que mirar al dedo para saber que busca su dueño o que pretende esconder. Hay tantas lunas como dedos tienen los políticos. El de Pedro Sánchez señala la luna de la desinflamación del conflicto catalán para asegurar un gobierno parecido al de estos últimos años, que es más aplaudido en Bruselas que en Madrid. La luna del PNV, por ejemplo, hace brillar la exigencia de una propuesta territorial para asegurar el encaje del País Vasco y Catalunya en la España plural. 

El dedo de Pedro Sánchez no engaña, quiere evitar la repetición electoral para seguir en La Moncloa con sus políticas conocidas y afinando mucho más su tormentosa relación con Sumar y Unidas Podemos. El PNV quiere cerrar un pacto con el PSOE más detallado del conseguido en 2019. Bildu aspira a bloquear el paso al PP y a Vox, buscando diferenciarse del PNV para ganarles la batalla autonómica. ERC apuesta por los trenes y la financiación, además de la mesa del pasito a pasito, aunque no querrá quedarse atrás en la retórica maximalista de Junts.

Pero ¿qué quiere realmente Puigdemont? Su luna no es de este sistema solar y estará al caso, a través de alguna fuente autorizada, de lo que hay realmente por hablar ahora o, si prefiere, empezar a hablar de lo que será perentorio dentro de cuatro u ocho años para restablecer los daños del eventual ciclón de la derecha centralizadora. En lo que acertó plenamente el expresidente de la Generalitat es en desechar las prisas. Hasta después del 'ferragosto', Sánchez está de vacaciones.

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