La espiral de la libreta
Olga Merino

Olga Merino

Periodista y escritora

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13 Rue del Percebe, un homenaje

Leer la historieta se parecía bastante a fisgar por el ojo de una cerradura múltiple

13 Rue del Percebe

13 Rue del Percebe / Marta Fernández / Europa Press

Mortadelo y Filemón me gustaban, pero mucho más el '13 Rue del Percebe', la historieta que Francisco Ibáñez comenzó a dibujar para la contraportada de la revista 'Tío Vivo' el 6 de marzo de 1961. Desde la muerte del maestro, el sábado, rueda por las redes la imagen del edificio vacío, sin huéspedes ni inquilinos, en una certera despedida: el retrato de la ausencia.

El microcosmos abigarrado del '13 Rue del Percebe' se daba cierto aire con la España del desarrollismo tecnócrata: desnortada, un poco cateta, hipervitaminada, siempre fiel al instinto de la picaresca, de bulla en bulla. Constreñido en una sola página, el esqueleto del inmueble mostraba el interior de nueve domicilios distintos, además del hueco de un ascensor siempre escacharrado. Cortado en sección, el corral de comedias se distribuía más o menos así:

–En la azotea vivía Manolo, un pintor moroso acosado por los acreedores. El gato y el ratón también andaban a la greña en ese espacio.

–En la tercera planta, el caco Ceferino. Y una madre con sus tres niños gamberros y una hija casadera.

–En el segundo piso, una anciana y su caterva de mascotas (tenía un gato que fumaba). Y el sastre sordo.

–En el primero, el veterinario. Y la dueña de una pensión atiborrada.

 –En los bajos, el arquetipo de la portera cotilla. Y el tendero más tramposo del barrio, siempre dispuesto a sisar a las clientas con el peso de la balanza.

Leer la historieta se parecía bastante a fisgar por el ojo de una cerradura múltiple.

Radiografía sociológica

Se ha dicho estos días que, de haber continuado dibujándola, Ibáñez tendría que haber reajustado la radiografía del inquilinato. Tal vez habría introducido un piso turístico o un piso patera o un zulo infravivienda, peor que la alcantarilla realquilada de Don Doroteo Hurón. Habría también muchos más ancianos, desde luego, y los niños se contarían con los dedos de una sola mano. Y humo de marihuana en los descansillos.

 Por su derroche imaginativo en cada entrega, fue la historieta que más le agotó. Ibáñez consiguió meter a un país entero en una sola viñeta.

En la recta final de la campaña, pienso en los 37 millones largos de electores, cada uno metido en su '13 Rue del Percebe', cada uno con sus ideas, sueños y dramas particulares, cada uno de su padre y de su madre, condenados todos de por vida a permanecer bajo un mismo techo.

Uno aspira a convivir en paz, a que las goteras de arriba no te jodan la existencia, a que el cálculo de estructuras haya definido bien los efectos de las cargas y las juntas de dilatación. Atesoro ya unas cuantas reuniones de obras en la escalera, y el quid del asunto radica, creo, en la capacidad de absorción de los cimientos. El edificio aguanta, 'malgré tout', pero sería deseable que los administradores dejaran de escamotear las verdades.

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