Extrema derecha

Alemania juzga el golpismo ultra de los Ciudadanos del Reich en Stammheim, una cárcel 'maldita'

Este lunes arranca el proceso al "brazo militar" de los Reichsbürger, por supuestamente pretender asaltar el poder del país

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La policía se prepara para desalojar a los manifestantes que intentaron tomar el histórico edificio del Reichstag, que alberga el Parlamento federal, en la manifestación contra las restricciones del covid el 29 de agosto de 2020.

La policía se prepara para desalojar a los manifestantes que intentaron tomar el histórico edificio del Reichstag, que alberga el Parlamento federal, en la manifestación contra las restricciones del covid el 29 de agosto de 2020. / CHRISTIAN MANG / REUTERS

Gemma Casadevall

Gemma Casadevall

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Nada menos que en Stammheim, el complejo judicial donde se juzgó a los fundadores de la terrorista Fracción del Ejército Rojo (RAF), se abre este lunes el proceso al "brazo militar" de la conjura golpista de la ultraderecha que pretendió asaltar el poder en la Alemania de hoy. Son nueve los acusados, militantes de los Reichsbürger y seguidores del llamado Heinrich XIII o Príncipe Reuss. Los Reichsbürger, o Ciudadanos del Reich, son ultraderechistas que no reconocen las fronteras, el orden constitucional ni las autoridades alemanas. Durante años se les consideró un grupo algo estrafalario y marginal. Pero cobró eco mediático con los movimientos antivacunas y un amago de toma del Bundestag (Parlamento federal), en agosto de 2020. En el frustrado asalto participaron unas 400 personas, que fueron repelidas por la guardia de seguridad del edificio histórico del Reichstag.

Los servicios de espionaje alemanes estiman que actualmente hay 23.000 militantes en ese movimiento. Obviamente, no tienen el peso para doblegar el orden constitucional y las fuerzas de seguridad de la primera potencia europea. "No hay que caer en la ingenuidad de identificarlo como un grupo de viejos estrambóticos. La redada de 2022 mostró hasta qué punto pueden penetrar en nuestras instituciones", advierte a EL PERIÓDICO Lars Kemmnert, portavoz de la Audiencia de Stuttgart, a cuyo distrito pertenece Stammheim.

Se refiere a la redada en la que, en diciembre de 2022, fueron detenidos Heinrich XIII --el "príncipe Reuss"--, un hombre de negocios de Fránkfurt, la exjuez y diputada del Bundestag por la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) Birgit Malsack-Winkemann y otros 25 sospechosos. Tenían planes concretos para otro "asalto" al Bundestag, esta vez por la fuerza de las armas, incluido si ello implicaba causar víctimas mortales. Tenían acceso a un arsenal de armas.

A Heinrich XIII, de 73 años, se le reservaba el papel de nuevo jefe del Reich, mientras que la diputada asumiría Justicia y las negociaciones con aliados internacionales para la reinstauración del Reich. Para el movimiento ultraderechista siguen vigentes las fronteras del Reich alemán (1871-1945). Desprecian las pactadas por los aliados que en 1945 derrotaron al nazismo: Francia, Reino Unido, Estados Unidos y la entonces República Soviética.

Formaban parte del grupo un soldado del cuerpo especial de élite del ejército KSK, así como un policía. Entre los procesados de Stammheim está el hombre que disparó con su semiautomática contra los agentes e hirió a dos ellos al ser detenido.

El estigma de la RAF

El de Stammheim, un enorme complejo en el extrarradio de Stuttgart, será el primero de los procesos contra la trama golpista. Le seguirán, el 21 de mayo, otro en Fránkurt, con los cabecillas del grupo, y un tercero en Múnich, en junio. Cada tribunal asume de forma independiente su parte, de modo que pueden surgir conclusiones divergentes. Sólo para el de Stammheim, se desplegarán nueve jueces y 22 abogados. Los procesados asistirán al juicio tras cristales blindados y se comunicarán con micrófonos con sus abogados. El sumario ocupa unos 400.000 folios, repartidos entre 700 archivos.

Que a Stammheim le corresponda el llamado "brazo militar" del golpismo ultra remite para la memoria colectiva alemana a los tiempos del terrorismo anticapitalista de la RAF, la banda que fundaron Ulrike Meinhof y Andreas Baader. Había surgido de las revueltas de 1968 y que hasta su autodisolución, en 1998, dejó 34 muertos y 200 heridos.

El complejo de Stammheim albergó la cárcel de alta seguridad, cuya planta número siete se habilitó para los presos de la RAF. También ahí aparecieron muertos Meinhof y Baader, más otros dos miembros de la banda, Gudrun Ensslin y Jan-Carl Raspe. En mayo de 1976 se ahorcó Meinhof con una toalla de las rejas de la celda 719. Estaba algo aislada del grupo, tras haber compartido con el resto el histórico y mediático inicio del proceso. Meinhof murió sin escuchar sentencia. A Baader, Ensslin y Raspe, condenados ya a cadena perpetua, se les halló muertos un año y medio después, el 18 de octubre de 1977. La segunda generación de la RAF mantenía por entonces secuestrado al presidente de la patronal, Hanns Martin Schleyer. Exigían la liberación de los presos. En paralelo, un comando palestino hermanado“había secuestrado un avión de Lufthansa procedente de Mallorca. La madrugada del 18 de octubre, el cuerpo especial GSG9 alemán puso fin al secuestro aéreo en Mogadiscio (Somalia). Horas después aparecieron muertos Baader, Ensslin y Raspe. Una cuarta miembro del grupo, Irmgard Möller, sobrevivió. El cadáver del jefe de la patronal fue hallado un día después en el maletero de un Audi.

Durante décadas circularon diversas teorías sobre esas muertes. La superviviente Möller habló de "asesinato de Estado". Actualmente se da por aceptado que los presos habían accedido a armas a través de abogados u otros cómplices y que pactaron su suicidio colectivo ante el fracaso del secuestro aéreo, del que se enteraron por la radio.