Vox y la ecología

A río revuelto... ganancia de ultras

No todos los cazadores son negacionistas, machistas y fachas. Ni todos los aficionados a los toros

Un cazador durante una cacería.

Un cazador durante una cacería. / Unsplash

Carles Francino

Carles Francino

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“El nuevo responsable de Medio Ambiente en Mallorca es un negacionista del cambio climático… y cazador”. Recuerdo que la persona que locutaba el boletín de noticias realizó una 'paradinha' en mitad de la frase. Y por eso he colocado los puntos suspensivos; para que se entienda que esa pausa pretendía acentuar el carácter supuestamente perverso del atributo cinegético. El nuevo responsable mallorquín encargado de proteger la naturaleza es, efectivamente, un negacionista de manual. Diputado de VOX y expresidente de la Federación Provincial de Caza, Pedro Bestard se pasa por el forro los informes de miles de científicos que hace años van acumulando evidencias de cómo la actividad humana empeora la salud del planeta. Es más, ha llegado a asegurar que lo del cambio climático es un invento de algunas empresas que quieren sacar tajada. Para mear y no echar gota.

Lo que no acabo de ver es la equivalencia de tamañas barrabasadas con el hecho de ser cazador. De la misma forma que lo llamativo -lo grave- del flamante vicepresidente valenciano, Vicente Barrera, también de VOX, no es que haya sido torero, sino que presuma de dudar sobre qué nombre ponerle a su caballo, si 'Duce' o 'Caudillo'. Los toros podrán gustarte mucho, poco o nada, incluso estar abiertamente en contra; pero ensalzar a Mussolini y a Franco, creo que es jugar en otra división y mezclarlo todo no conduce a nada bueno. Lo mismo pasa con la caza. No todos los cazadores son negacionistas, machistas y fachas. Ni todos los aficionados a los toros. La identificación mecánica de unas cosas con otras revela ignorancia y prejuicio, pero lo peor es que regala a la ultraderecha la propiedad de algo que no le pertenece. Ya tienen la bandera española, han conseguido que llevarla en la muñeca sea una señal que genera automáticamente entusiasmo o urticaria; o sea, que divide. Ya se comportan como embajadores plenipotenciarios del mundo rural, por dejadez y desconocimiento supino de otros. Como sigamos así, se acabarán convirtiendo en los amos del cotarro. ¿O es que no conocemos el refrán? “A río revuelto, ganancia de pescadores”. Y por cierto: ¿a estos también los lapidamos?

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