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La injerencia rusa no es una paranoia

El líder de Vox, Santiago Abascal, en el acto de apertura de campaña en Valladolid

El líder de Vox, Santiago Abascal, en el acto de apertura de campaña en Valladolid / Photogenic/Claudia Alba - Europa Press

Albert Sáez

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Hemos escrito mucho sobre el intento de la Rusia de Putin de utilizar al independentismo catalán como instrumento de desestabilización de la UE. Hace poco explicamos los vínculos de la presentadora estrella del nuevo canal que impulsa Pablo Iglesias. Juanjo Fernández explica ahora como organizaciones de extrema derecha apoyadas desde el entorno ruso están agitando las aguas del campo español en esta campaña electoral coincidiendo con la sequía. El esquema consiste en atribuir todos los males de nuestra agricultura a Bruselas y a sus normativas de protección medioambiental como la ley de restauración de la naturaleza que se aprobó este miércoles en el Parlamento europeo. 

Lo fácil ante estas informaciones que maneja la seguridad del Estado es restarles importancia y considerarlas meras teorías conspiranoicas. Lo que ocurre es que ya tenemos alguna constancia de que este tipo de fenómenos han influido en procesos electorales como el 'brexit' o la victoria de Trump en los Estados Unidos. Para Rusia, la UE es un estorbo del que ni tan siquiera se plantea la posibilidad de formar parte algún día. La lucha contra el cambio climático es el principal campo de batalla porque desarbola el modelo económico de Putin basado en la exportación de gas y petróleo. Y los altos costes de la transición en el sector agrícola, agravados por las consecuencias del mismo cambio climático, son un cóctel explosivo. En ese contexto, Vox quiere aprovecharlo electoralmente como han hecho sus correligionarios holandeses. Y, precisamente en esas provincias de economía rural y poca población es donde se juega la batalla decisiva del 23J como explica Albert Sagarra.

La injerencia rusa no es una paranoia de la seguridad del Estado. Es una amenaza real que tiene en Vox su principal instrumento político con sus dejes antieuropeos y su negacionismo climático. El asunto tiene mucha más enjundia que el partido de los cazadores. Vamos a seguir atentos. 

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