Ágora

Para combatir la sequía se necesita colaboración

Preocupa que, en lugar de buscar soluciones, el Govern de ERC enfoque el debate al buscar culpables

Imagen de la sequía en municipios de la Sierra de Huelva.

Imagen de la sequía en municipios de la Sierra de Huelva. / GIAHSA

Sílvia Paneque

Sílvia Paneque

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La Taula Nacional de l'Aigua, constituida por el 'president' Aragonès a petición del grupo PSC-Units hace tres meses, debe ser una herramienta imprescindible para tener una gestión adaptada en el siglo XXI. La implementación tecnológica, la reutilización y la eficiencia pueden evitar afectaciones sobre la producción económica y que Catalunya viva como lo había hecho hasta ahora: de manera razonable y sin malgastar. Preocupa que, en lugar de buscar soluciones, ERC enfoque el debate al buscar culpables. Empezar la casa por el tejado y amenazar con multas a los municipios no contribuye a generar confianza.

Cuando el agua se convirtió en un bien escaso, se evidenció que Catalunya necesita llegar a un gran acuerdo. Agricultura, usos de la ganadería, abastecimientos urbanos, industria y ocio necesitan agua y, por eso, todo el mundo quiere excelencia en su gestión. Es por este motivo que el grupo socialista pidió la creación de la Taula Nacional de l'Aigua en la cumbre contra la sequía del 31 de marzo de 2023.

La cumbre no acabó con un buen resultado, pero sirvió para que el Govern aceptara el encargo de constituir la Taula Nacional de l'Aigua. Aquel encuentro no dio más pasos adelante porque el Govern de ERC se emperró a poner en marcha la máquina de multar ayuntamientos. Las medidas urgentes y excepcionales eran inevitables y lo mejor era hacerlo codo con codo.

La propuesta socialista para crear la Taula Nacional de l'Aigua hacía más que evidente la voluntad para mejorar la gestión en el ámbito técnico y garantizar un uso adecuado para ciudadanía, municipios y tejido económico. Por eso, el grupo PSC-Units pidió que la Taula Nacional de l'Aigua incluyera representantes de la ciencia y de las universidades del país.

La desazón se hizo patente a principios de junio, cuando el Govern de ERC no incluyó estos sectores en los preparativos de la primera reunión. Por eso, el grupo socialista pidió que pudieran asistir los consorcios del Ter y del Besòs, y los colegios profesionales, para ayudar y aportar soluciones técnicas.

El 26 de junio, tres meses después de la cumbre, el 'president' Aragonès constituyó finalmente la Taula Nacional de l'Aigua, que cuenta con personas de referencia de entidades, confederaciones o asociaciones de turismo, ocio, agricultura, ganadería, sector industrial y energía, entre otros. También se ha incluido a clústeres, centros de investigación y movimientos sociales. Pero la ausencia de actores clave hace que el debate no tenga un punto de vista adecuado, y evidencia que el gobierno de ERC solo piensa en a qué sector apunta, ahora, como posible culpable.

Hay países que tienen volúmenes inferiores de pluviometría y, en cambio, mantienen una producción y forma de vida como la que tenía Catalunya sin sequía. Lo hacen incrementando el agua reutilizada y con una gestión técnica mucho más eficaz. Situar este objetivo como punto de llegada compartido posibilitaría que los diferentes sectores sociales, ciudadanos y económicos trabajaran juntos. Pero todo puede descarrilar si continúa el debate continúa sobre quién tiene más o menos culpa. La sequía es el reto más importante de los catalanes y catalanas, y hay que solucionarlo con generosidad. El grupo PSC-Units es el primero a ponerlo por encima de cualquier otra cuestión.