Feminismo, van a por ti

La ignorancia y los estereotipos son los aliados de la percepción del feminismo como amenaza

Un grupo de adolescentes.

Un grupo de adolescentes.

Sílvia Cóppulo

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"Oye, trae tú los condones, le escribo en Insta, y así dejo constancia de que ella está de acuerdo. Ahora, una chica pone tu nombre en una denuncia y ya estás jodido con pruebas falseadas, hasta que seas capaz de probar que no eres culpable". Entre los adolescentes emergen discursos explícitos de aversión hacia las mujeres y el feminismo. Lo cierto es que prácticamente no hay denuncias falsas, pero ellos no lo saben. La ignorancia y los estereotipos son los aliados del feminismo percibido como amenaza. Se trata del llamado 'efecto bumerán', cuyo patrimonio no es exclusivo de los jóvenes.

Como ejemplo, basta fijarse en un astuto Pedro Sánchez, cuando suelta que amigos suyos de 50 años se sienten incómodos con el avance del feminismo. Guiña así un ojo a los votantes de la derecha rancia y de la izquierda moderada, a quienes la ley trans les marea. En este orden de cosas, el feminismo integrador retrocedería y el feminismo radical demonizaría a los hombres, cual enemigos irreconciliables de las mujeres. Pero ¿dónde se encuentra ahora el feminismo? ¿Avanza o retrocede? ¿Se trata de un derecho a la igualdad o es pura venganza sobre el machismo?

Movimiento plural

El desarrollo del feminismo nos interpela en lo personal, social y político. Y hay que entender que no todas las personas feministas comparten ideas y objetivos. Que el movimiento es plural, y la diversidad, una fortaleza. ¿Dónde radica la solución contra el 'efecto bumerán'? En llevar la discusión, poniendo atención al fondo y a unas formas que, si aparecen como excesivas, al cabo resultan traicioneras.

Gestionar los tiempos, explorar complicidades, entender las resistencias y vencer paso a paso, en equilibrio y sin dejar nadie atrás. Debate, respeto y educación salpicados con inteligencia emocional y social. La fórmula es agotadora y no parece excitante de entrada. Pero es que los cambios requieren que salgamos de nuestro espacio de confort y, en este caso, la comodidad de las estructuras patriarcales debe ser superada para conseguir la equidad de género.