Décima avenida

Elecciones municipales en Barcelona: ¿Quién es el anti-Colau?

Así están las encuestas de las elecciones municipales en Barcelona 2023

¿Quién ganará las elecciones en Barcelona 2023? Estas son las predicciones más allá de las encuestas

Encuesta CIS: Colau y Collboni se disputan la victoria en Barcelona y Trias superaría a Maragall

La alcaldesa tiene mucho ganado al lograr que ella sea de nuevo principal tema de conversación de la campaña

Ilustración de Leonard Beard

Ilustración de Leonard Beard / Leonard Beard

Joan Cañete Bayle

Joan Cañete Bayle

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Confieso que el mercado de predicciones electorales Predilect que publicamos en El Periódico me resulta adictivo. La herramienta, fruto de un proyecto de investigación de la Universidad de Zúrich, funciona como un mercado de bolsa basado en las predicciones de un grupo de especialistas de ciencias políticas, sociales y económicas. Lo hemos probado ya en varios procesos electorales y lo cierto es que las predicciones se acabaron pareciendo bastante a los resultados finales. En esta convocatoria, los pronósticos del Ayuntamiento de Barcelona me tienen atrapado. En marzo planteaban un pulso entre Ada Colau (Barcelona en Comú) y Xavier Trias (Junts), pero desde hace un mes las predicciones dibujan un mano a mano entre Colau y Jaume Collboni (PSC). Las encuestas han virado hacia este escenario y la última, la del CIS hecha pública el jueves, describe una situación casi de empate técnico, con ligera ventaja de Colau.  

Así, tanto las predicciones de nuestro mercado cualificado de Predilect como los sondeos indican que en el inicio de la campaña electoral los dos partidos que forman la coalición de Gobierno municipal se disputan la victoria. Llama la atención, dado que la impresión ambiental –un termómetro subjetivo, mucho menos científica que los sondeos y que el mercado de predicciones— es que este ha sido un convulso periodo para el equipo de gobierno municipal liderado por Colau en el que Collboni fue teniente de alcalde hasta el penúltimo minuto. No parece aventurado afirmar que la percepción de la ciudadanía sobre la acción de gobierno no debe de ser mala cuando los dos partidos de la coalición tienen buenas perspectivas electorales.  

Dividido en tres

A la alcaldesa le ayuda mucho el hecho de que el voto anti-Colau se divida en tres. Quien apoya a Barcelona en Comú por principios ideológicos (un votante muy importante para esta formación) y por su gestión de ocho años en la alcaldía lo tiene muy sencillo: solo debe votar a Colau. Quien se oponga a ella lo tiene más complicado, dispone de tres papeletas para elegir. A Collboni lo pueden votar ciudadanos razonablemente satisfechos con la gestión de la ciudad a los que les disgusta la bunquerización de los Comuns, las formas de Colau y el ruido alrededor de la alcaldesa. La parroquia independentista que siempre ha abominado de Colau puede elegir entre la izquierda de ERC (Ernest Maragall) y la derecha de Junts (Trias). La moción a la totalidad al modelo de ciudad del colauismo la simboliza Trias, pero Collboni y Maragall pueden sumar adeptos entre quienes impugnen de forma parcial dicho modelo.  Dicho de otra forma: no hay un plan B claro a Colau enun momento en que el principal debate político en la ciudad es Colau sí, Colau no.  

En estos ocho años de colauismo, este ha sido el punto fuerte de Colau y el punto débil de quienes han intentado construir alternativas a la alcaldesa. Colau casi siempre ha sido capaz de controlar el tema de conversación político, y muchas veces ha logrado, con la indispensable ayuda de la oposición oficial y la oficiosa, que ella fuera el tema, una baza que sabe jugar con maestría. Fue muy evidente en su primera victoria, en 2015, inesperada y sorprendente para muchos que pisan muchas moquetas y poco asfalto, y también en 2019, cuando los efectos tectónicos del otoño del 2017 dominaban una conversación política en la que el procés todo lo teñía. Tanto, que Manuel Valls, el aspirante a anti-Colau que construyeron entonces algunos alquimistas, prefirió darle la alcaldía a ella antes de que el independentismo gobernase a ambos lados de la plaza de Sant Jaume.  

Reposadas las brasas del procés, el tema de estas elecciones vuelve a ser  Colau y cómo duele a muchos la Barcelona colauista. Y de nuevo la alcaldesa se la ve cómoda en este cuerpo a cuerpo que, a diferencia del 2015, no es contra uno sino contra tres, uno de los cuales, además,  se ve obligado a matizar su discurso porque ha cogobernado con ella los últimos cuatro años. No será porque no haya temas con los que debatir e incluso impugnar la gestión de la alcaldesa (en el proceso participativo Barcelona Entre  Todos los hemos tratado con lectores y expertos). 

Cuando el tema de conversación de una elección se personaliza hasta este punto, la pregunta es: ¿cuál es la alternativa? En Estados Unidos, por ejemplo, el primer Donald Trump ganó porque no era Hillary Clinton y Joe Biden se impuso cuatro años porque su mejor virtud es no ser Trump. En el caso de las municipales en Barcelona, la primera Colau era la clara alternativa a aquel Trias. Hoy, ¿quién es la alternativa a Colau para quien no quiere volver a verla con la vara de alcaldesa? Depende. Sin una respuesta clara, la alcaldesa tiene mucho ganado.   

Suscríbete para seguir leyendo