Limón & vinagre

Carla Simón | No se metan en política

La directora de ‘Alcarràs’, que ha renunciado a ser suplente de la candidatura de Junts por el municipio donde vivió de niña, no tuvo en cuenta que la política es para quienes se quieren dedicar a ella ni el rechazo que fuera de Catalunya genera la formación independentista

Carla Simón.

Carla Simón. / Jordi Cotrina

Jorge Fauró

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Haga usted como yo, que no me meto en política», dicen que dijo el dictador Francisco Franco al escritor José María Pemán, una sentencia cínica, sin duda, dado que la suya era la única opción ideológica permitida durante el periodo en que ocupó la jefatura del Estado, y por tanto, la única política posible. Si despojamos a la frase de su contexto y autoría, y, por encima de todo, del cinismo, podría ser hasta una de esas admoniciones que le echamos a los amigos a quienes un día les llega una proposición para enrolarse en una candidatura electoral. Luego, no se metan en política si no se van a dedicar a la política. La política quema a menudo al que se mete en ella, le convierte en foco de atención en determinados ámbitos sociales y geográficos, apareja en la mayoría de los casos un periodo de actividad de corto recorrido, se pierden amigos, se llegan a romper familias, y a veces, hasta se corrompen quienes eligiendo la vida pública nunca lo habían hecho antes.  

La directora de cine Carla Simón (Barcelona, 36 años) no se acordó de la frase de Franco —ni falta que hacía— el día que decidió aceptar la propuesta de Pablo Odell, amigo de la cineasta y candidato por Junts a la alcaldía de Les Planes d’Hostoles (Garrotxa), para ocupar el puesto de suplente en la lista para las elecciones de mayo. Sí debería haber calibrado la polémica tras hacerse pública la noticia. Por tres razones: porque en el revuelo se opacaba una prometedora trayectoria cinematográfica con solo dos películas (una, candidata de la Academia de Cine a representar a España en los Oscar —‘Estiu 1993’, de 2017— y la otra, también, y además Oso de Oro en Berlín —‘Alcarràs’, de 2022—); porque no le iba a prestar su tiempo a la actividad (figuraba como suplente) y ese hecho ya le había generado un problema interno al candidato; y porque por mucho que sea amiga del aspirante a la alcaldía y se trate del pueblo de su infancia y adolescencia, no ha elegido los mejores compañeros de viaje, un partido nacionalista e independentista que fuera de Catalunya suscita un rechazo más que notorio y con el que Carla Simón reconoce no compartir más que su relación de amistad con el candidato en Les Planes d’Hostoles. 

Y debió tener en cuenta otro factor importante. Llevamos tanto tiempo embarrados en eso que llaman la polarización de la sociedad que la opinión pública y la mayoría de los partidos no acaban de aceptar el aterrizaje en terrenos de la política de nombres ajenos a ella que se han ganado la popularidad con otras actividades, pero solo si esos personajes no comulgan con el punto de vista propio. Es probable que el votante de Junts viera con buenos ojos que la directora de ‘Alcarràs’ fuera incluida en una lista de su partido, por más que fuera de suplente y como independiente. En cualquier caso, lo verían con cierto grado de sorpresa, dado que Carla Simón se define de izquierdas y Junts no lo es. A Javier Bardem o a Willy Toledo no se les conoce su militancia en ningún partido ni que hayan formado parte de una lista electoral, pero expresan opiniones políticas que soliviantan a quienes no piensan igual que ellos y les jalean quienes sí lo hacen.

De los cuatro días que Carla Simón fue candidata suplente en una lista de Junts, me quedo con la segunda frase de su comunicado de renuncia: «Quiero clarificar que no soy de Junts. No comparto su opción política ni la mayoría de sus ideas. Lamento la lectura descontextualizada que se ha hecho de mi participación en la política municipal de mi pueblo, de apenas 1.700 habitantes. Por este motivo, he decidido retirarme de la lista que apoyé simbólicamente como suplente independiente». Efectivamente, se puede no militar en un partido e ir en sus listas. Hay miles de concejales en España de municipios más pequeños que Les Planes d’Hostoles que así concurren a las elecciones, aunque, normalmente, comparten la mayoría de ideas del partido porque es el factor determinante de quien un día decide dedicarse la cosa pública. No se entiende lo contrario.

A pesar de haber estado solo cuatro días como integrante de una candidatura, le ha dado tiempo a recordar una de las primeras lecciones que aprende el político. Los errores nunca son propios, sino de los demás (tercera frase del comunicado), que hacen lecturas descontextualizadas de todo.

Suscríbete para seguir leyendo