Ágora

Permiso para narrar

Las mujeres palestinas hemos tenido y seguimos teniendo un rol imprescindible en la lucha de los derechos de nuestro pueblo

Un cartel en Ramala agradece a Barcelona suspender relaciones con Israel

Un cartel en Ramala agradece a Barcelona suspender relaciones con Israel / EFE VÍDEO

Natàlia Abu Sharar

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Edward Said, intelectual palestino y figura clave en la creación de conocimiento crítico, apuntaba en 1978, en el artículo ‘Permiso para narrar’, cómo la creación de relato está estrechamente ligada a los dispositivos de poder. En este marco, a las personas palestinas se nos ha desprovisto de los canales, acceso y medios para hablar de nuestra historia. En definitiva, como siempre han hablado por nosotras.

En este ‘nosotras’ me refiero a las palestinas que viven en lo que es la prisión al aire libre más grande del mundo, la Franja de Gaza. A las palestinas que viven como ciudadanas de segunda en lo que actualmente es el Estado de Israel, y que para nosotros es la Palestina histórica. A las palestinas que viven en Jerusalén y Cisjordania confinadas entre el muro de separación y los ‘checkpoints’. En este ‘nosotras’ incluyo a las más de 7 millones de palestinas de la diáspora. Las que hemos nacido fuera de Palestina, pero estamos ligadas a todos los niveles y no podemos volver porque Israel nos niega el derecho de regreso.

45 años después, observamos cómo las reflexiones de Said siguen siendo de rabiosa actualidad. Se sigue hablando de los temas que nos ocupan sin entrevistarnos, ni mencionarnos, ni citarnos. Se sigue hablando de nosotras, sin nosotras.

Como presidenta de la Comunidad Palestina de Catalunya soy testigo de cómo a menudo desde los medios, la sociedad mayoritaria y ciertos sectores del feminismo blanco, se nos representa como mujeres sumisas, “víctimas” de nuestra cultura, que es presentada como inherentemente machista, y se nos niega la configuración de nuestro propio relato. Se nos ignora, silencia y criminaliza.

Las mujeres palestinas hemos tenido y seguimos teniendo un rol imprescindible en la lucha de los derechos de nuestro pueblo. Vemos la lucha contra el patriarcado intrínsecamente ligada a la lucha anticolonial, por nuestra autodeterminación y por el fin del ‘apartheid’ israelí.

En medio de la creciente violencia por parte de Israel -más de 60 palestinas asesinadas este año, más de una persona por día-, el anuncio de la alcaldesa de Barcelona fue recibido en Palestina como una brizna de aire entre tanto ahogo.

En este contexto, vemos con preocupación cómo se le hace el juego a un relato que asocia las críticas a las políticas sionistas del Estado de Israel con el antisemitismo, y no lo vamos a permitir. La lucha por los derechos del pueblo palestino forma parte de la lucha global en contra del racismo y el colonialismo. Estamos en contra del racismo en todas sus formas.

La suspensión de relaciones institucionales con Israel ha recibido el apoyo, entre otros, de cuatro Premios Nobel de la Paz, actrices de Hollywood, filósofas, asociaciones de defensa de los derechos humanos palestinas e internacionales y de 26 asociaciones judías de todo el mundo que no quieren ser instrumentalizadas por el sionismo para tapar los crímenes contra el pueblo palestino.

Como mujeres jóvenes palestinas feministas y antirracistas, mientras seguimos resistiendo bajo el brutal régimen de ‘apartheid’ israelí, agradecemos el gesto de Barcelona y pedimos que sean muchos más quienes le sigan.