Artículo de Sònia Guerra

Ni 'pá' pipas

Poco se ha hablado de la presión psicológica a la que la derecha sometió a los mayores con aquello de que las pensiones no eran viables, mientras ellos vaciaban las arcas del Estado

El gasto en pensiones aumenta un 10,7% y consigue alcanzar una cifra récord de 11.902 millones de euros

El gasto en pensiones aumenta un 10,7% y consigue alcanzar una cifra récord de 11.902 millones de euros

Sònia Guerra

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Garantizar las condiciones materiales de vida de la ciudadanía siempre ha sido un objetivo, por no decir el objetivo principal, de la socialdemocracia. Y si echamos la vista atrás podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que nunca antes un Gobierno había priorizado la garantía de ingresos de las personas como lo ha hecho el Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez.

Las propuestas impulsadas desde Moncloa para garantizar recursos suficientes a la ciudadanía para que puedan vivir con dignidad son múltiples y conocidas: la reforma laboral para acabar con la temporalidad y la precariedad, el incremento del Salario Mínimo Interprofesional para asegurar salarios dignos (medida que ha impactado de manera positiva, especialmente en mujeres y jóvenes), el Ingreso Mínimo Vital para luchar contra la pobreza infantil y garantizar la dignidad de los que nada tienen, y el incremento de las pensiones, para acabar con el mantra del PP de que la hucha de las pensiones se acababa. 

Poco se ha hablado, por no decir nada, de la presión psicológica a la que la derecha sometió a los mayores con aquello de que las pensiones no eran viables, mientras ellos vaciaban las arcas del Estado a manos llenas. Una flagrante muestra del edadismo (discriminación por edad) a la que la derecha somete a los y las mayores cuando gobierna, solo superada por los protocolos de la vergüenza que Ayuso y otros presidentes autonómicos del PP aplicaron durante la pandemia, negando el derecho de los y las mayores que vivían en residencias a ser atendidos en los hospitales y los centros de salud o, lo que es lo mismo, negándoles el derecho a sobrevivir al covid-19 

Pero volvamos a las pensiones. Desde enero de 2023 los y las pensionistas ganan más. En Catalunya las jubilaciones suben de media 109 euros y se sitúan en 1.396,81 euros al mes. Dicen que las comparaciones son odiosas, y aun a riesgo de parecerlo, la voy a hacer: con Feijóo gobernando las pensiones se hubieran incrementado 3€ mensuales. Es decir, mientras que el Gobierno de Pedro Sánchez ha subido las pensiones 1.500 euros al año, si gobernase el PP éstas se hubieran incrementado tan solo 42 euros al año. Juzguen ustedes mismos.

Y ahora pongamos el foco en las pensiones no contributivas. Estas no se incrementan un 8,5%, sino un 15%. Y detengámonos en las de viudedad. El 96% las cobran mujeres. Mujeres que pasaron toda su vida 'ayudando' en el campo o en el comercio familiar, mujeres que pasaron toda su vida trabajando en la economía sumergida y también haciéndose cargo del trabajo reproductivo en sus hogares, del cuidado de sus familiares dependientes, limpiando, cocinando, lavando, planchando…. Mujeres que, a pesar de tanto y tanto trabajo, nunca cotizaron y, por lo tanto, no tuvieron derecho a una pensión contributiva. Mujeres que han visto incrementado su poder adquisitivo en los últimos meses gracias al complemento de maternidad para reducir la brecha de género en las pensiones, y que lo vuelven a ver incrementado con la actual subida del 15%, lo que les supone 70 euros al mes. 980 euros al año

Afirmaba el presidente del Gobierno el pasado martes en sede parlamentaria: “Gobernar es elegir, y este Gobierno se ocupa de los problemas reales de la gente”. No pueden decir lo mismo JxCat y la CUP, que votaron en contra del Real Decreto que incorporaba dicha subida. Tampoco ERC, PP y VOX, que se abstuvieron. 

El miércoles pasado recibí varios mensajes en mi móvil. Familiares y amigos mayores que me escribían ilusionados por el incremento de sus ingresos. Y sonreí orgullosa, cuando uno de ellos, me escribió: “¡Qué diferencia! Con lo que nos subió el PP, no nos daba ni pá pipas”.