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Crisis sanitaria estructural

La infrafinanciación en la atención primaria revierte en todo el sistema de salud y se suma a otros déficits

BARCELONA 20/01/2023 SOCIEDAD. Chequeo a la Sanidad. Colas en el CAP Manso. AUTOR: MANU MITRU

BARCELONA 20/01/2023 SOCIEDAD. Chequeo a la Sanidad. Colas en el CAP Manso. AUTOR: MANU MITRU / Manu Mitru

La huelga convocada la próxima semana por Metges de Catalunya (MC) se centra en buscar soluciones a los problemas que arrastra un sector crucial en nuestra sociedad, una vez superada la crisis del covid-19, pero con el lastre que nos ha dejado una situación precaria a nivel asistencial y sanitario, en la que se valoró el esfuerzo de los profesionales de la salud, pero de la que salimos sin dar una respuesta efectiva a unas reivindicaciones que no son solo sectoriales, sino que afectan a la propia pervivencia del Estado del bienestar. La emergencia provocada por la pandemia no ha servido para generar reacciones estructurales a cuestiones como la sobrecarga de trabajo o, entre otras, la crisis de facultativos derivada de sus condiciones laborales. Los reportajes que publica EL PERIÓDICO proponen un análisis a fondo en el que se reflexiona sobre aspectos puntuales -como el de la burocracia que atenaza a médicos en su labor diaria o el del trato a los enfermos a través de la telemedicina que se implantó durante la pandemia-, pero especialmente sobre cuestiones relacionadas con la fragilidad del sector público a partir de la escasez de recursos aplicados a la sanidad, sobre todo en la atención primaria. El déficit es estructural, con una infrafinanciación crónica que proviene de los recortes derivados de la crisis económica, a partir de 2008. En el caso de Catalunya, los expertos establecen en torno a unos 15.000 millones de euros la cantidad que la administración debería aportar anualmente para hacer frente a las necesidades perentorias, una cifra que en el presupuesto de 2022 se quedó en 9.700, una cifra similar a la de hace 14 años.  

Más allá del plan de refuerzo a la atención primaria, con 127 millones anuales desde 2020, las novedades más significativas del presupuesto para 2023 son las que anunció el ‘conseller’ de Salut, con la consolidación, con fondos propios, de 1.000 millones de euros adicionales que en el ejercicio anterior procedían del Fondo Covid, los cerca de 800 millones en tres años para reforzar la investigación con fondos europeos Next Generation, y, en función del acuerdo firmado con los Comuns, el incremento de 279 millones más, destinados a los centros de asistencia primaria, con el objetivo a medio plazo de destinar el 25% de las partidas (según recomendaciones de la OMS) al ámbito más infradotado. Pero, hoy por hoy, cabe recordar que los presupuestos de la Generalitat no están aprobados, con lo que el panorama sigue siendo el mismo que en 2022. 

La atención primaria es la cenicienta de un sector en crisis. Sin llegar a los extremos de Madrid, Catalunya es la segunda comunidad que menos dinero destina por habitante al primer eslabón sanitario (229 euros) y también la penúltima en el gasto sanitario total por persona. Y estas carencias revierten en todo el sistema que tiene otros déficits, como el exceso de burocracia; la atención virtual, que reclama un uso racional para que las urgencias no se colapsen; la falta de previsión ante la inminente jubilación (en torno a 9.000 plazas) de una generación de profesionales sanitarios o la carencia en la promoción y retención de talento, a causa de contrataciones precarias, de mínimos alicientes retributivos y de pocas plazas ofrecidas. La situación sigue siendo alarmante y son urgentes las inversiones estructurales, para atajar el problema de fondo. Más recursos, más atención a la sanidad y, en especial, a la primaria.