APUNTE

La rivalidad Barça-Espanyol: ellos

Álvaro, a la derecha junto a Joselu, en un momento del derbi del sábado.

Álvaro, a la derecha junto a Joselu, en un momento del derbi del sábado. / Reuters

Sergi Mas

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¿Perdón? ¿Una ventana semanal perica que el autor dedica a hablar del eterno rival? Correcto: una. Igual que multitudes de ventanas de cronistas del equipo rival dedicadas a menospreciar a su enemigo provincial: el calificativo con el que constantemente los otros hablan del derby metropolitano, un vomitivo ejercicio clasista por el hecho de que nuestro estadio esté situado en Cornellà de Llobregat, una comarca de clase obrera; todo un himno a la soberbia comarcal.

Claro, contra el pequeño todo vale: aparece en el APM de TV3 (la seva, nunca mejor dicho) un presunto chiste compartiendo pantalla una esvástica y el escudo del RCD Espanyol, con el título: "Si esto te ofende (esvástica), pero esto no (escudo periquito) eres víctima del sistema y presa de la ignorancia".

De momento el autor del 'gag' (@elpoylklin) lo ha borrado de su cuenta de twitter (se nos ha cagao el niño), aunque siempre queda el pantallazo. Suele pasar: alguien le dice al autor que ese gag es gracioso, se envalentona y lo publica en su twitter; al ver la reacción da marcha atrás, retira el tweet y privatiza su cuenta. Todo muy normal.

Reírse del pobre mola

Claro: se da por hecho que reírse del pobre mola. Pero, a día de hoy, entre unos y otros ¿quién es el pobre? Hagan números y compartan palancas y cuentas de resultados. Imaginen que un día escribo que el Camp Nou (bonito oxímoron) quedará bautizado como Nou Estadi Joseph Goebbels. La que me cae.

"Es que el Espanyol no se posiciona con la política catalana". Así es: como tampoco lo hizo durante el franquismo. Quienes sepáis de historia recordad que el dictador ayudó al Barça a no desaparecer con un importante crédito a fondo perdido en los años 60, hasta el punto que le cayó una medalla. Por cierto: tuvo que ser el vilipendiado Bartomeu quien retirara en 2019 la medalla del club a Franco.

No nos pueden ver, y menos que les rasquemos un punto en un estadio que se les cae a trozos. Querían aplastarnos sin seguidores pericos presentes. Pues no pudo ser. Hasta luegui. 

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